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Historia

Capítulo 3 Sonrisas de odio

Palabras:1713    |    Actualizado en: 09/07/2023

e había sonr

do una sonrisa a mi madre y me había sonreía a mí. Antes de que lo pensará correctamente, mi mano voló a su mejilla. El impacto de

i

nidad de hacer. Me observó con odio en sus ojos y se acercó hasta tener su cuerpo prácticamente enci

u mana tomó mi cuello. Sin embargo, no fue eso lo que hizo que mi corazón se acelerará de golpe, fue que durante

asustada, pero el auto terminó siendo la barre

o cuando su cab

e hiciste—espeto Santana

como de su acción sorpresiva. Aun en shock por lo que había hecho segundos anteriores, tuve que meter r

é una respiración profunda para tranquilizarme. Cuando Santana entró en el auto, mi corazón ahora se encontraba estable. Su ira

ho a que me hablas así—expuse con renovad

ía sentir la tensión asfixiante en ese lugar pequeño. Un semáforo

lo con el ceño fruncido y me di cuenta de que estaba mirándome—, eso lo

te per

nr

fería con que mi vida le pertenecía? ¿Era por qué era mi único tutor o por otra cosa...? ¿Qué otra razón habría par

ser diferente a ella. Si conseguir un trabajo impedía que Santana sint

a salió rápidamente del auto y empezó a dirigirse a mi puerta. Sabía que

a, Santana tomó mi brazo y

pensé mientras sentía que volvía a enderezarme sobre mis propios pies. Observé sus ojos, su mirada parecía enl

se acerc

con frialdad mientras me acercaba a un tirón a su cuerpo. Intenté que mis manos quedaran rígidas a mis

piensa

sa apareció de n

ue me

a llevarme a rastrar

or lo qu

—empecé a decir asustada—, no

o que voy hacerte, te

ecir con eso exactamente? ¿Qué pensaba hacerme?», pensé con miedo y desesperación. A

er cosas que no eran?», pensé con el frío colándose en mis huesos por el temor que sentía. En el momento que caminamos por el recibidor y en dirección h

ón de las escaleras, escuché una risa f

a. Pero él no e

aggie. «¡La madre de Santana!», pensé con alivio. La seguridad de

enseguida. Me

do tarde, lo miré a los ojos y con una sonrisa igual a la que

ie?! ¡¿

char los pasos de su madre, tuvo que soltarme a regañadientes. Con una ex

a sincronización fue perfecta. Pues en ese momento, apareció una anciana en un cuerpo peque

éjame verte—pidió la

. Mi madre siempre había dicho que se alegraba de las visitas de su suegra. Pues era la única razón del

ucho cuando no se hacían l

zarla y a cambio recibí un golpe e

del d

tienes el derecho que faltarme al respeto, señorita

el golpe, tallé mi

duramente, y termi

ñal para que me acercará y la abrazar

o nos alejábamos—, te ves muy delgada. Debes

hijo con r

cuando giré mi rostro, observé que estaba justo detrás de mí

edé c

uela. Puedes hacerlo con confianza. Aun con estos viejos

ma en que Maggie hablaba de Santana lo

o ha est

nció el ceño, pero después de varios segundos en silencio,

y me e

ña, enséñame

tana con voz sombría

miró a

ggie era imposible de ignorar. Bien. Pude sentir la mirada de Sant

no hay ning

r ese tono extraño y obse

mientras lo miraba, después, alzó

por el grito, pero por

unos pasos, Santana se

a, tú y yo, terminaremos

algo, pero M

as atrás, Marie?!

me estaba dando, pero cuando Maggie volvió a llama

tir la mirada de

me detenía de golpe y ob

esonaron en mi

o sé muy bien. Pero ahora, tu educaci

ensé mientras miraba esos ojos penetrantes y pr

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