img Lazos Irrompibles  /  Capítulo 4 Acercamientos prohibidos | 9.30%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 Acercamientos prohibidos

Palabras:1671    |    Actualizado en: 09/07/2023

te se había sentido más sofoc

enes impuestas, había tenido que callar. Sin embargo, las miradas furiosas que recibía de él, eran otra historia. Creí que iba a salir algo en mi contra, pero

ra ir al colegio, no me extraño verlo esperándom

o, pasé por su la

dónd

rostro p

gio, ¿Dó

insinuación de que iba a llevarme

ré co

vayas—tomó mi brazo. ¿Qué problema tenía este imbécil

zo, pero Maggie había aparecido de re

—preguntó—, no es hora

é dese

ije intentando hacerla entender

uir aquí? Haz lo q

era llevada a la puerta. Jalé mi brazo hac

a unos pasos de di

aldad—, ahora co

endo. Solo camin

tar discutien

ubo alguna advertencia por lo que había pasado hace tres d

, pero tamp

del auto. Lo hice y tan pronto salí del coche, Santana

nte no hizo un esfuerzo de hacer lo mismo. Continué con mi vida. Lo mejor que pudiera ahora que no tenía a mi madre. En el colegio fue más de

aron má

e se ocupará con la búsqueda de trabajo. Pues sabía que, con eso, podía irme de la casa de Santana. No importaba que la llegada

o mejor era i

encida. Continué intentando. Un día, en el estacionamiento y a la espera de Santana, Manuel había dicho que su familia buscaba personal en

o, había abra

antes de que empezará a regañarme, Manuel se colocó enf

a, ¿puedo hab

e furioso. Como si yo tuviera la culp

ordenó

ado—pidi

ejor amigo, pero ést

eme—o

cía que no le agradaba a Santana, pues cada vez se veía más furioso. No entendía que podía ser eso que lo estuviera enervand

os. Momentos después, Santana liberó a mi mejor amigo. Su cuerpo se giró

ué s

a mí, y cuando llegó hasta donde

z que hablas con

? ¿Po

agarré en mi brazo, res

nso permitir que mi hijastra sea sometida

za me hi

o—espete con enoj

io b

más ciega de lo q

blante era duro, pero sonrió cuando observó que lo miraba. Sabía q

aría eso de él? ¿Qué

ordenó

a mi amigo, y

celerará, observé a Ma

a sin saber que decirle sobre trabajar con los padres de Manuel. Era obvio la aversi

ita

con tu cena, ni

é que tanto Maggie como s

estaba pens

spero—come

en

é que tenía razón. Desvió la vista enseguida. Fruncí el ceño. «Era ahora o nunca», pensé con decisi

parecía que no le importaba que iba a decir, si n

io

o y...—empecé a decir, pero Santana como si e

N

ré fu

tin

empezaba a levantar de su asiento y miré a Maggie pidiendo su ayuda—, es p

endo,

asta llegar a mí—, he dicho que no ver

ré en

, siempre ha estado en mi vida. Mucho antes de que tu llegarás a la

re, tengo que hablar c

gie hubiera intentado decir algo, Santana ya me estaba

darme a solas con él,

el interior de la habitación. Por la fuerza usada, tropecé con mis propios pies. Sin embargo, no tuve tiempo de pensa

r de la silla, observé a Santana colocar sus manos en l

tos, observé la ce

entímetros de mi rostro—, ¿crees que

gitada y

ajo, nada más. Cualquier padre

trás. Continuó diciendo—: No, no quieres conseguir trabajo, solo quieres pasar más tiempo con él. —espeto a centímetros de mi rostro—

bras me

ni tampoco Manuel, yo simplemente deseo trabajar. Deseo

mbre, lo impac

e a re

í el

unté confundida—, ¿

—, repite

mientras obser

—murmuré e

o observé claramente en sus

r su pro

ensaba

e lo alejar

puerta, eso hizo que Santana se aleja

contestará, S

on ese imbécil de Prieto,

Alejarm

porque de ese comentario estúpid

as, p

caba d

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY