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Historia

Capítulo 9 La indeseable, ¿o no

Palabras:2765    |    Actualizado en: 27/02/2021

iv

última vez que hice tal cosa estaba en bachiller. De pie, en la puerta del baño, espero de forma

estoy dispuesto a que vuelva a pasar. Por eso estoy aquí parado, espero a que haga acto de presencia p

o sesenta y cinco se mueve con una agilidad y sensualidad indescriptible. Su anatomía tiene las curvas en el lug

enarla tropieza contra mi pecho y sus castaños ojos se posan sobre los míos. Lleva los pelos enmarañados y los ojos hinchados. En estos momentos,

lo único que soy capaz es de mirarla y dejar volar la imaginación. Su mi

caído de

impática que de guapa, de hecho, su

y no ceso en mirarla. Se gira a la derecha para esquivarme, mi cu

mbre, Dios! —se quej

bado mirándola. Sin querer sonrío debido a

que menos comprendo es cómo Hugo te so

que he recibido esta semana, mi sorpre

compañero, tú con tal de echar un polvo eres capaz de molestar al resto de habitantes de esta casa. Claro, como el nene e

us palabras se clavan en lo más profundo de mí, tengo que

uya y para hacerle comprender m

z que entras en mi cu

e volver a entrar —replica

ainilla. Confundido e irritado me marcho a paso ligero

o tanto solo con verla. Tras unos cuantos gritos más necesito apaciguar mi mal humor con algo, solo se me ocurre una forma, lanzar cualquier ata

o no se le puede considerar ropa de noche, eso es una tortura para cualquier hombre. Una mini camiseta de tirantes y unas invisibles braguitas de en

ava nada más conectarme a la red. La bandeja de mensajes anuncian que tengo diez sin leer, con optimismo accedo a ella y rezo para que un

forma en la cara al comprobar uno de ellos: «ConquistandoElMundo—Sigrún ataca a La

has regresado al juego, bie

ete y cuarto de la mañana, im

simas condiciones. La indeseable mantiene en perfecto estado el resto de la casa, parece igual de

ero picoteo. Me siento en la silla y saco los apuntes del próximo examen, tengo

evo la grata sorpresa de que mi amiga

a, asesino

ocurre enviar un solo n

o y con quién mejor que cont

me lo espero tod

libre. Cuéntame. ¿Qué tal

entiendo cómo hemos podido llegar a llev

ya sabes que ligo lo justo y neces

con el cuento a otra, que

estás? ¿Qué tal

o que me gusta, pero mucho mejor que el anterior. Por lo menos a

or: J

el mujeriego que todo el mundo piensa, que solo lo h

er a Silvia a casa y mi compañero ya piensa que cada día ha sid

a engañar a la novia y t

que ha captado la idea. Además, creo que la chica sigue sin que

que atender. ¿Hablamos en otro momento c

ces, voy a ponerme a est

las cuatro estaré co

: Besos

fastidiarla, creo que le caigo igual de bien que ella a mí. Pero se va a enterar, será la primera vez que voy a ir acompañado. Silvia sabe moverse en la pista

s y una camiseta ajustada blanca de manga corta. El pelo ni me mol

ran. Ríen ante algo que ha dicho la indeseable. Se sorprenden

ora cuando est

tarte a nuestra nueva compañera. Sofía,

ocerla anoche y topármela esta maña

o cuello de sedosa piel que llama a gritos ser besado. Sus senos quedan resaltados gracias al corpiño

ara mí ha sido ag

callada, con lo guapa q

nado hacer acto de presencia, aunque se

ienso comer frente a esa arpía, lo mismo me envenena con la mirada. «Dios, qué mirada. Para qué negarlo», pienso. Desde mi posic

quita el ojo de encima y ha desplegado todos sus encantos hacía ella. Es lo malo de conocerlos tantos años, apuesto todo lo

canciones que me gustan. Decido poner fin a la tortura a la que me someto e invito a bailar a Silv

rme solo en moverme. Mi acompañante no es de las mejores bailarinas del local, pero la chica sabe mover de forma sensual el

o el primer error. Frente a mí se halla la mujer que me hace perder la razón por momentos. Subida a unos tacones de infarto y con unos vaqueros tan

e percat

esa chic

render a qué vie

la soporto. Es una tocap

hace acto de pres

muchos años y ninguna mujer te ha a

sto sin despegar la vista de

ran y él la agarra con posesión. Gracias a que Silvia se muev

atención, me agarra la c

ro piensa que a lo mejor cuando admitas tus sentimientos, puede que sea demasiado tarde. —Quiero replicar a la sarta de tonterías que d

más —expreso mirándola—. Además, h

nder por qué, nuestra extraña

músculo de mi cuerpo, esta parte de su vida la desconocía—

o qui

ose el labio—. No quiero ser toda la vida una

te vendes —afi

. Aprovecha que está de espaldas para bailar con ella.

no tarda en arrebatárselo, cosa que le agr

, mis dedos tocan su sedosa piel y saltan chispas entre los dos. En menos de treinta segundos nos movemos como si solo fuésemos uno, la sincronización es perfecta.

cierto tiempo el ritmo. Es tal la pasión que pone, que en un momento dado deja al descubierto ese cuello que me llama

í y te quedas sin pel

do su vena

uténtico gilipollas. Nunca he tenido fijación por una mujer, sin ella saberlo, me ha dado motivos más que s

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