Publicaciones Indecentes

madre dijo que el corazó

las, manos, piernas, dedos de las manos y de los pies, ojos, fosas nasales, dientes y labios. Solo el corazón funciona solo

como el mío, nunca se enamoraría y

eso ocurrió

eso dejé de

ize de la elegante habitación de hotel que había ocupado durante las últimas horas. Me

, me remordería la conc

u dinero por encim

ivo que necesit

para pagar mi factura de electricida

la primera vez que robaba algo, y lo definitivo de la situación me daban ganas de vomitar. No era una ladrona. Aun así, estaba a punto de hacerle daño a este perfecto de

noche no f

uego, suspendí una entrevista de trabajo tan estrepitosamente que la acortaron para ver un partido de los Yankees.

me en el apartamento de mi novio William para secarme. Tenía la llave, y él probablemente estaba en el trabajo, puliendo su artículo sobre la atención méd

. Empujé la puerta de William, sacudiéndome las gotas de lluvia de la chaqueta y el pelo. Primero, g

tomar algo, se inclinó sobre un lado del sofá que habíamos elegido juntos

un cazador soli

o directo al pecho brillante de William, luego

a beca completa. La única razón por la que no habíamos vivido juntos era porque papá estaba enfermo y no quería separarme de él. Pero es

ta Á

do al Medi

ta de sol e

aron perfec

derno al que había bautizado con cariño como Kip

re mi desayuno mientras me perseguía por el pasillo, pero abrí la puerta de la escalera de emergencia y subí los escalones de dos en dos. William estaba compl

ardieron y mis mandriles qu

uas y vendedores ambulantes

cionado, pero no devastado. Mi cora

un cazador so

y de mi desafortunada falta de trabajo durante los últimos

tamente eso, y ahora estaba a punto de da

no tendrá problemas para p

mi habitación. Unos sofás de terciopelo rojo y mullido me tentaban. Los ventanales me invitaban a disfrutar de la vista de la adine

gail Isabella Hathaway, dejarás de pensar e

o después de sacar una cadena de condones, y lo examiné con mis manos temblorosas. Una creación de cuero de B

l Extraño Junior no era lo único gordo. Conté a toda prisa,