ojó al suelo, aferrándose a las piernas de mi
ues! ¡No sobrevivi
fundo dolor, como si el sufrimiento de Luciana fuera e
o. "Mira lo que has causado. Tu pri
hecho nada.
no puede ir. ¡Es frágil! ¡Tú, en cambio, has sido entrenada toda tu vida para so
, pregunté, mi voz pel
Que tú vayas le da más peso a esta alianza. ¡Padre tendrá más razones p
ue casi me reí. Me estaban enviando al mata
zos de mi madre, mirándome con ojos llenos de lágrim
o. Había creído en su debilidad, en mi deber como la he
veía la ma
ra. "Es tu deber. Como una Salazar. Sacr
pregunté, refiriéndome a su propio
venir. El golpe resonó en la habitación sil
as ins
stro en el hombro de mi madre, una sonris
co nada comparado con el hielo
ermano, a mi prima. Los
las lágrimas que había estado conteniendo ca
oz rota por un sollozo cal