Salazar, reinaba en
más cruel se libraba en silencio,
de piedad, me empujaron una y otra vez hacia los t
raba, fingía miedo con sus ojos enormes, arra
tequila, uno con oro y el otro sin él,
esinada lejos de casa, todo por complac
e traicionara así, que me arrojaran a lo
ión y el desprecio de quienes se
pero también la rabia de un
no sería la i
is verdugos estaba sellad
a traicionada y renacida, habí