elocidad, uno detrás del otro, desafiando la superficie mojada del asfalto. Es
rray intentaba ignorar el dolor punzante en su abdomen. Su pie v
isor, se percató de que el auto de los secues
mente. Solo unos instantes más y co
secuestradas. Lograr liberarse había exigido todo lo que
inación feroz. Ellos no se rendían: se mantenía
piel estaba tan pálida como una hoja en blanco, y su voz, quebrada por el terror,
e con más fuerza y le lanzó
la distancia y la velocidad, y en
rdenó con voz firme
a frase, su mano ya se diri
el pánico desfigurando su rostro y con la respirac
rmuró Dayna entre dientes, con
ante, el puente se c
ora!", gri
ojó fuera del vehículo en movimiento. Madison,
epentina que los secuestradores
tumbó en el aire cuando ambos autos colisiy rodó una y otra vez, hasta que f
si todo su cuerpo hubiese sido a
carros se convirtió en una bola de fuego, y la onda e
l pecho y tragó con fuerza, obligando a la
escuchó el rugido bajo de
una chispa tenue de esperanza
Foster, s
ría hacia ellas con una expresión desespe
ndose en sus brazos temblorosos,
la. Sin titubear, pasó de largo y corrió h
n incredulidad. Por supuesto. Si
ó el pecho, y el frío de la
una vez más, sin importar n
ivido por un pelo, él no se preocupó por su e
os, Declan se sentía aliviado por verla co
erida?", preguntó
llorar suavemente. "Llegaste justo a tiempo. S
rse hacia su esposa. "¿Planeaste todo esto, ve
os capturaron a las dos! ¡Cas
cado todo. De no haberse visto obligada a p
de mostrar grati
ó con malicia: "Esto fue tu plan desde el principio. Uno de
conmocionada. Siempre supo que la otra carecía de escr
sorprendería descubrir que Madison
n recibió los golpes
ison, ahora duros como el acero. "Pagarás por cada
ector. Su mirada estaba cargada de desprecio absoluto. "¿Cómo puedes ser tan
spalda y se alejó, llev
tones en su cuerpo no eran nada co
entro de ella se hubi
hiciera o cuánto resistiera; bastaba un llanto o una expresión herida po
as observaba cómo Declan levantaba a Madison sin
encontró el momento para enviarle a Dayna una
go, Dayna nunca había sentido un
en que Declan sufrió un accidente automovilístico y ella se arriesgó a
guirlo, colapsó
heroína. No importó cuántas veces Dayna intentara aclarar los hechos, Declan no escuchó. Para él, fue Ma
or. Se trataba, más bien, de una fría alianza entre dos familias pod
ió una pizca de calidez. Ni siquiera la cortesía básica res
acer creer que Dayna había sido infiel. En realidad, no había ocurr
el universo de Dayna se t
rehabilitación. Con nadie más que se hiciera cargo de Grupo Murray,
o por la traición del hombre con quien se había casado. La joven cr
ara salvar la compañía, ella aceptó, sin
ir a la luz. Nada había sido f
an. No había existido un rescate, sino una toma total. La empresa
el desprecio. Dejó de regresar a casa. En las escasas ocasiones en que s
como una tormenta implac
s se agotaran por completo. Un hilo de sangre brot