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Historia
La Fisioterapeuta y el CEO Paralítico

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Capítulo 1 Capitulo 1

Palabras:1528    |    Actualizado en: Hoy, a las 08:35

d con una expresión pétrea, los labios apretados en una línea dura, las manos firmemente apoyadas sobre las ruedas de su silla. La luz del atardecer teñí

ora enfrentaba otro desafío: reemplazar a

Adrián seguía disfrutando de sus vacaciones, al otro lado del océano, Eduardo Cisneros se preocupaba en silencio. No era solo por el futuro de la empresa, sino por

su voz grave y cargada de preocupación, ape

sculos de su mandíbula tensos como u

as arreglaré aquí -gruñó con esa autoridad natural qu

spiró, pasando la mano por su cabello, ahora con más canas que hace un añ

para ti en todo momento -añadió, su voz algo t

s de la ciudad empezaban a encenderse, pequeñas e

ios igual que Adrián -espetó, con una dureza que

día cortarse c

ro de Alan. El apretón fue breve, casi torpe. Luego, se giró y se mar

, inspirando el aroma de madera encerada y cuero. Exhaló lentame

.. todo dependía ahora de un hom

tante barato, Maritza Méndez estaba cerrando la puerta de su casillero de un golpe seco. La bata blanca colgaba todavía de su brazo

ales quebradizos como porcelana rota, la obs

-. No podemos permitir su comportamiento. ¡No puede grita

azos, clavando en ell

riar bebés llorones. -Su voz era un látigo seco que cortaba cualquier int

blusa sencilla y unos jeans gastados. La mujer alzó las cejas, ofendida, pe

e alguien pague tanto dinero

ue tan espeso que se podía oír

zanjó la directora, girándose

stado y salió del lugar sin volver la vista atrás, como q

mechones sueltos, haciéndola estremecer. El cielo, cu

vimento agrietado. Las luces de los negocios parpadeaban en la penumbra cr

el aire con una promesa vacía de consuelo. El murmullo de conversaciones ajen

er en una silla junto a la ventana, mirando sin ve

talla agrietada reflejando su rostro c

abrió su carpeta en la nube y empezó a enviar currículums

epcionista, encargada de

esa de formica agrietada. Cada clic enviando un currículum era como arroj

archivando papeles?", pensó con amargura, g

último currículum a una oferta vaga que pedía: "Asiste

ien los requisitos.

nza líquida, y salió del local, envolviéndose en su chaquet

e enviar su currículum.

o como siempre, ya comen

^

izado de papeles desbordados, carpetas abiertas y tazas de café medio vací

amilia, hojeaba currículums con un

onrisa falsa... -murmuraba entre dientes, d

papeles y se volcó a revisar

ces cuando

oterapeuta. Historial académico impecable. Amplia

inutos encontró reseñas de clínicas anteriores: "tormenta

do, una chispa de di

eresa

: alguien que no se dejara amedrentar n

, tomó el teléfono

^

as y el frío se colaba sin piedad, Maritza buscaba en vano algo para cen

o -murmuró para sí, sintie

to de abrir la app de reparto, cuand

o desc

ño fruncid

Bue

poración Cisneros. Me gustaría saber si está disponible para un puesto

otro lado la sac

su oído un momento, mirándol

personal? -re

¿Está in

squina del techo, la calefacción rota que chisporroteaba de vez en cuando

posición de

almente, su voz ba

na a las diez en punto. -Y

a como si quemara. Se apoyó en el r

ra quién iba

a qué le

una forma u otra, estaba a p

cho menos poder callar sus arrebatos. Pero de algo esta

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