entró. Su rostro, normalmente impasible, estaba tenso c
. Se sentó en la silla junto a su cama. "N
jos secos por el llanto. "Quiero presentar car
on él. Está arrepentido. Fue un
e golpeó, Mateo! ¡Perdí a un be
tus gastos médicos, te daré la casa, el coche, una compensación económica generosa. Lo que
inada. Y tú te preocupas por la suya". Sacudió la cabeza, incrédul
o lo que es amar a alguien de manera irracional. Tú lo amas a él, a pesar de todo
l aire entre ellos,
a en voz baja. "Sofía está muerta.
reacción la sorprendió. En cinco años, nunca le había levantado la voz. "Tú sigues
vier". Mateo miró el teléfono como si fuera una serpiente. Lo igno
, necesitan que pague su fianza", dijo, su vo
lo llam
uvo, sin
la, su voz era monótona, sin vida. "No
arruga de confusión en su
ió de sus labios con una facilidad espantosa. En ese momento, quería herirlo. Quería que sintiera una fracción del d
ncredulidad, y luego a una ira fría y aterradora. Se acercó
su voz era un s
. Soy estéril", repitió e
sustó. "Vas a revertirlo. Encontrarás al mej
o termine?", se burló ella, aunque su corazón latía con miedo. "Olvídalo,
a su única arma, su única forma de recuperar algo de control. Vio el desconcierto y la furia en lo