las paredes altas. Elena y Mateo cenaban como de costumbre, sentados en extremos opuestos de una la
su voz era siempre formal, como si estuviera en
a vista de su plato. "Aprobaron el dise
o mutuo y distancia cortés. Un matrimonio por conveniencia familiar, un contrato para unir dos familias influyentes. Él era un abogado
Era una rutina que se había establecido al principio de su matrimonio, una oblig
voz apenas un susurro. Se apartó
encia. Simplemente la miró con sus ojos oscuros y pragmáticos,
dió ella al vacío de la
por la total ausencia de emoción. Era un recordatorio constante de que su matrimonio era una farsa, una actuación para sus familias. Su
de abogados de Mateo. La curiosidad la venció y lo abrió. Dentro, encontró un borrador de un acuerdo de divorcio. Las firmas aún no estaban, p
No era tristeza, sino una confirmación. Esto
nó, interrumpiendo sus pe
l otro lado de la línea. "Tuve un problema en el b
estás?", el pánico
en el estudio. Vio la expresión
untó él, su tono tr
o también sonó. Él miró la pantalla y su expresión cambió por completo. Una so
ara ella. Sofía. Su prometida fallecida. El
observó irse, dándose cuenta de que ambos vivían atrapados en el pasado, amand
uchaba a Javier suplicar por ayuda al otro lado de la línea, firmó el papel sin le
e el escritorio, tomó su bolso
rte de su hija, regresó al estudio. Vio los papeles de divorcio firmados sobre su escritorio. Una punzada de alg
alejarse a toda prisa. Supuso que iba a re
teléfono y ma
o en la Ciudad de las Artes está listo. Me mudo la próxima se
nocido hacía unos meses. Era de Sofía. Liliana se le parecía tanto, tenía la misma sonrisa, el mismo brill