altó, un olor que siempre asociaría con el peor día de su vida.
, hicimos todo
tan simples,
destrozada. El impacto fue demas
acia él. El mundo se volvió un zumbido sordo, una mancha de luces blancas y caras borrosas. Lo último que pensó antes
físico, aplastante. Le dolía el pecho, le costaba respirar. Su hijo estaba muerto. Su Miguel, que trabajaba en tres lugar
nces l
do de la cena, su cabello perfectamente peinado, su maquillaje intacto. Un ligero olor a vino
lvió el estómago. Su hijo yacía muerto en una camilla fría a pocos
él, barriendo el dolor y la conmoción. Se pu
ena de una angustia que no sabía q
cara de tristeza, pero s
do, cál
estabas celebrando!" , su voz se quebró en la última palabra, un sollozo desg
genuinamente sorpr
o sabí
de nosotros! ¡Nunca te ha importado!" , le e
sarle a mi familia" , murmuró, una excusa débil. Ricardo se quedó paralizado, ob
esmoronaba a su alrededor, y fue entonces cuando escu
ablando
está bajo control. Ricardo es
pa
sabrá que todo el dinero que le he sacado, todo por lo que M
n. Una mentira larga, cruel y calculada. El dinero por el que él se rompía la espalda, el dinero por el que su hijo hab
mucho más feo de lo que ja