da. No fue una celebraci
par en par por una fracción de segundo. La sorpresa fue
voz tan baja que solo yo p
nte del engaño de los Norton. Mi existencia en su casa era una humilla
a rabia. En la oscuridad, debió haberme confundido con ella. Susurró
i algo parpadear en sus profundidades: confusión, tal vez incluso una pizca de arrepentimien
eca perfecta y silenciosa. Tenía que vestirme como él quería, hablar cua
ido sordo cuando desperté a la maña
y dos analgésicos. Junto a ellos, una nota
l. Baja a las nueve
ra cubriendo mi lengua. Hice lo
con el cierre, sus ojos evitando cuidadosamente los míos. Todas lo sabían. Veían los more
peso pesado en la parte baja de mi espalda, guiándome a través de la multitud. Sonrió para los fotógrafos, su
s, ella
nn No
un deslumbrante vestido plateado, capturó todas las m
con una sonrisa deslumbrante en el r
o su rostro público no vac
su agarre. No era un gesto de consuel
ello de desprecio en sus profundidades azules
un gesto deliberadamente íntimo. Yo me q
vestido azul. Una elección cruel y deliberada. Un mensaje para mí y para t
pletamente en Aislinn. Se reía de algo que ella decí
zaron mi oído. -No te muevas de esta mesa -susurró. Luego me besó la mejilla, una f
esmoronó. -¿Crees que eso significa algo? -se burló-. Solo es
-Te ves patética con ese v
dentalmente" su champán sobre mí. El líqui
con ella. Su grito de falsa sorpresa fue ahogado por el chapoteo c
el aire de los pulmones. Luché por mantenerme a f
ta. Sus ojos se encontraron con los mí
no nadó hacia mí.
de cristal. Ignoró mis desesperados jadeos en busca de air
rrón de agua oscura y sonidos ahogados.
on, sacándome a la superficie. Era uno de los empleados del evento. Me arrastr
s hombros de Aislinn, susurrándole suaves palabras de consuelo. Ni siquiera m
era frío y húmedo, la oscuridad absoluta. Era mi castigo por ave
a crujió al abrirse. Fletcher
? -preguntó, su voz resona
o, acurrucada en el
undo de locura, que podría elegirme a mí.
Equivocada al ser una Norton
un pequeño carbón cálido en la oscuridad hela