img Su Amor Imprudente, Su Vida Destrozada  /  Capítulo 2 | 9.09%
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Historia

Capítulo 2

Palabras:1446    |    Actualizado en: 02/09/2025

tía ninguna clase de apego por el lugar; su partida fue limpia, quirúrgica. Además, y

imiento. Él ya lo apr

durante una semana. Era un hombre obsesionado y su mundo se reducía a un

iguió un nuevo pasaporte, visas, un boleto de ida a un país donde nadie conocía su nombre. Además, vació sus cuentas bancarias, dejando solo los fondos que la familia Par

que conservaba como símbolo de una vida que técnicamente era suya. Se concentró en la ropa, los libros y la foto de su madre. Dejó todo lo demás atr

lla aparecía un número desconocido, desde el que le habían enviado un mensaje: "

bía quién estaba exactamente detrás de eso. I

en un tono brillante, ajeno y, ap

ncarnando una visión de riqueza y privilegio casual. Por un momento, vio al niño de trece años que había conocido por primera vez, perdido, enoja

avorito ni a un parque tranquilo, sino a una joyería de lujo, de esas q

con los ojos brillantes. "Tienes buen gu

cimiento distante y clínico. Su amante de toda la vida le estaba pidiendo que

iño en una dulcería. Señaló un collar de diamantes, un brazalete de zafiros y un par de aretes

gusta el verde, ¿verdad?

tima por él. Estaba comprando afecto, tal

por ende, más atemporal", aco

vendedor envolvía la caja para regalo, él se volvió a su secretaria y con una ex

egro p

hombre, atrapado en sus fantasías. "Ha pasado por mucho. Su familia perdió su fort

de "zorra contratada"; definitivamente no describiría a su autora como pura e inocente. Además, cono

nte no siempre es lo que parece". "¿Qué estás tratando de decir?", preguntó e

olo ten

él, en un tono amenazante; el aire crepitó

peso que había cargado durante años. Dawson la veía

zón", musitó la joven

sión desapareció de inmediato, pues h

. "Kenzie mencionó que quería una caja de música antigua, esas de las que hacía

nte, con voz monótona. "¿Ella quie

losa?", inquirió él, con una e

solo estaba contando los minutos para que todo acabara', pensó la chica. Sin embar

Él contestó, transformando

qué pasa?

o de la línea, que decía: "¡Tengo miedo! Me secuestraro

en este momento. Ya voy para allá", cont

e estrelló contra la ventanilla del asiento del copiloto. Su cabeza golpeó la ventana, produciendo un chasquido

s nudillos blancos sobre el volante. En ese momento era un hombre poseído, y

cuando llegaron al estacionamiento de un hotel de lujo. Acto seguido, salió corriendo hacia los

, pero Ellery ya lo estaba sigui

andaba mal: el rostro del criminal le resultaba familiar a la joven. El atacante era el hijo de un contratista al que su pa

us pupilas. Luego, sonrió lenta y fríamente, pues entendió que ese no

precio, mientras daba un paso al frente. Luego hizo algo que le heló la s

icientemente alto para que el hombre la oyera. Señaló a su

los labios rozándole la oreja, le susurró al oíd

lando a su empleada con él, sin qu

una distracción, un nuevo objetivo. Entonces, supo que iba a sacri

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