img Su Amor Imprudente, Su Vida Destrozada  /  Capítulo 3 | 13.64%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1220    |    Actualizado en: 02/09/2025

jos desorbitados por la rabia y la desesperación, vio su

y un brazo musculoso le rodeaba el cuello y la jalaba hacia atrás. Sintió su espalda golpeando el frío e implacable concreto del borde

en sus oídos, tragándose cualquier otro sonido. Ella sintió que estómago se le revolví

rrador, un pensamiento, claro y frío, atr

n peón desechable para asegurar la seguridad de su preciosa e idealizada Kenzie. Los doce años de su vida, los interminable

; un pitido suave y rítmico llenaba el aire. Ella parpadeó varias veces, m

verla despierta, le sonrió y le dijo: "Bienveni

reguntó Ellery, en

e el hotel había instalado para los limpiadores de ventanas. Terminó con unas cuantas costillas rotas y una co

as palabras. Su agresor no había caído en la r

upervivencia. Sabía que había una posibilidad de que ella sobreviviera, mientras se aseguraba de que la amenaza para Kenzie fuera

veía cansado y su traje caro estaba arrugado. Sin perder tiempo, se

no para tocarle la mejilla,

un largo y cansado suspiro. Luego, agarró la mano de la mujer co

o resp

til al que recurría cuando quería algo. "No te pong

etaria, en voz plana, mientras se

y respondió: "¿De esto se trata todo? ¿Estás enojada porque te

la que él torció su acto egoísta en una e

rgo, solo se limitó a susurrar: "Deberías irte. Kenzie de

palabras y luego asintió, alivia

veré cuando tenga tiempo", contestó. Tras

Kenzie. Con ella, se comportaba como una persona diferente: era gentil, atento y le complacía todos sus caprichos. Por ejemplo, le da

lery, solo una profunda e insondable sensación de alivio. Y el d

orrió a su lado, la agarró del brazo y exclamó: "¡Ya est

legado a esperar, salamera y falsa, un marcado contrast

mente sobre el muslo de Dawson. Ellery se instaló silenciosamente en

seria, le preguntó en un tono que era la mezcla perfecta de i

rofundo silencio. El hombre apretó el volan

con una sonrisa de complicidad, antes de

ho los ojos. Dawson miró a su asistente con un

o saber Kenzie,

mirándola fijamente y e

dejado de amarla. Cómo hablaba de ella durante horas, y cómo percibía a cada mujer que conocía como una pálida imitaci

el rostro enterrado en el hombro de su novio.

a, detuvo el auto y, con una expresión mezcla de confusión e ira, la ag

y con tranquilidad. "¿Una historia de amor pe

ron a centímetros. Escrutaba su rostro, e

riste. ¿Por qué?", soltó en

ensó, la chica, sintiendo que el agotamiento la invadía. Pero no

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