salón de la fiesta, la multitud se sumió en el
igura alta y esbelta de su enemiga, parecía menos una prenda andrajosa y desgarrada y más una pieza de mod
n es e
de Dawson Parks...
... le queda
nción de todos. Su sonrisa se congeló al ver a su secretaria y su expresión se tornó sombría. Una tor
trado una expresión triunfal, contraj
", le preguntó a su enemiga, e
ó en el repentino silencio. "Así que simplemente lo estaba
ir que había roto el vestido ella misma, y la lógica de
en el rostro y se aferró al brazo de su novio, al que le dijo: "Ca
icación", contestó el hombre, con los ojos f
dadora, mientras clavaba su mirada en su enemiga. "Par
ecto, una afirmación p
que tenía que causar una buena impresión. Con voz tensa,
a una
de mesa en mesa, como una reina encantadora mostrando su premio
go, se volvía a Ellery, a quien le de
n un bullicioso magnate del petróleo. Mientras lo hacía, mantuvo una expresión de compostura profesional. El alcohol le q
po sacudido por violentas arcadas. Tosió, y un chorro de sangre y bilis salpicó la porcelana blanca. Tras eso, se aferró a los costados del inodoro, con tanta fuerza que los nudil
e Kenzie, que decía: "¿Dónde estás? Vue
vaba. Se tragó dos en seco, y sintió como el sabor amargo se expandía por su lengua. Tras eso, inh
como un desastre nauseabundo y borroso. A través de la neblina mental
eír. Cuando levantó la vista y vio a Ellery, un destell
rar en el auto? En un segundo t
equilibrio; su estómago se revolvía con una nueva ola de agonía. Y, para empeora
a fuerza sorprendente, a su enemiga del brazo, a la que le d
la transformación fue instantánea. La farsante perdió su dulce
ada que le metió a Ellery re
. "¿Crees que eres muy lista al usar mi plan en mi co
vida de ira reprimida, alimentada por el alcohol y la humillación, le dio una repentina descar
de vestidos", soltó Ellery, co
entras se llevaba la mano a la mejilla afectada. Luego escupió: "¿Me peg
no peligrosamente tranquilo. "Ya no estoy en mi horario la
o momento, el elevador se sacudió violentamente. Las luces parpadearon y se apagaron, sumergi
agudo y le clavó sus uñas
iquiera Dawson, conocía. En ese momento sintió que las paredes se cerraban sobre ella y que el aire se volvía espeso y pesado. Luchó contra el pánico crecie
rica entre sollozos. "¡Dawson! ¡El elevador es
. Le parecía que puntos negros bailaban en su visión. La falta de aire, la claustrofpreguntó Dawson, con la
encia está aguantando, pero no es estable. Solo podemos sacar a una de las mujeres, sin correr el ries
ue el empleado preguntara: "Señor Parks,