ista de So
ivado con vistas al salón principal, Alejandro estaba en su elemento, levantando su paleta co
s de platino, zafiros de inspiración vintage, clásicos broqueles de
iopelo a nuestra suite, los ojos de Isa se ilumin
zando las facetas de un impresionante coll
qué no dejas que Isa se quede con este? No tiene ninguna joya bonita. Y después de todo", añadió, su v
tido en piedra, de alguna manera encontró un
dor del cuello de Isa. Sus dedos rozaron su piel, sus movimientos lentos y de
Isa, su voz un tímido susurro mientr
ensa con una emoción que conocía de
té y salí del palco, murmurando
llo revestido de mármol, su máscara d
no cubriendo protectoramente
mi voz hueca. Inte
iendo de repente su dulzura.
o esto terminaría. Recuperaría a mi padre y se
ó hasta la gran escalera, sus tacones
uperior, volvió a hablar. "Es mí
réplica en los labios,
emp
desequilibrada, mi cuerpo todavía débil por mis heridas.
ró mientras rebotaba por la implacable escalera, una muñeca de trapo con un vest
erior, el mundo era un borrón de dolor y carmesí. Sangr
uperior de las escaleras, su rostro una máscara de horror teatral. En un único y calculado movimiento, se
or su rostro perfecto. "¡Me empujó, y yo... accidentalm
ptaron la escena: yo, yaciendo en un charco de mi propia sangre al

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