img El precio de su amante de diecinueve años  /  Capítulo 3 | 18.75%
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Historia

Capítulo 3

Palabras:1441    |    Actualizado en: 31/10/2025

ista de So

un lugar que había sido mi santuario durante los últimos

s ojos muy abiertos por la sorpresa mient

iga que una jefa. Sabía lo de

i voz tranquila pero fir

gía de tu padre?

nvadió, pero la reprimí. "S

de detrás de su escritorio y me envolvió en un abrazo. "¿Y Alejandro

e. Las palabras se sentían extrañas en mi lengua, co

pasión de mis colegas que habían escuchado. Se reunieron a mi al

en pasante llamada Sara. "Siempre te envía flores, te

¿Cuál era el punto? La ilusió

o en una pequeña caja: una foto enmarcada de mi papá y yo, una t

una conmoción cerca de la venta

oma", susurró Sara, señaland

nado en la acera, estaba el inconfundib

lor, y salí de la galería por

uto y abrí la pue

acurrucada en el asiento delantero, su cabeza apoyada en el hombro de Alejandro, sus oj

bos. Los ojos de Isa se abrieron de golpe, y una máscara de

solo...", tartamudeó,

a de emoción. Me subí al asiento tras

sus ojos moviéndose hacia el contenedor de c

", dije s

una mesa en Pujol. Pedí todos los platillos reconstituyentes fav

ico. Una rabia al rojo vivo, seguida de una ola helada de dolor, se estrelló contra

por la ventana mientras

nvitada equivocada. Se desvivió por Isa, colocándole una servilleta en el regazo, asegurándose d

z teñida de una ternura que una vez estuvo re

ada. "No es nada, Alejandro. So

a y pesada en mi pecho. Observé la forma en que sus ojos se demoraban en ella, la forma en que se r

agosa. Miró a Alejandro, luego de nuevo a mí, un destello de triunfo en sus

tenedor. "No", dije, mi voz firme. "

xquisita comida sabien

fono de Alejandro. Era una llamada

al auto", dijo, ya distra

. Isa me siguió fuera del salón. Cam

caja de espejos, el comportamiento de Isa cambió. La chica tímida y agradecida desapare

e dijo que eres como una muñeca hermosa y perfecta, pero una muñeca si

golpearon, per

inuó, sus ojos recorriéndome con desprec

equilibrándonos a ambas. Las luces parpadearon y luego

rrorizado, y se aferró a mi brazo

quila mientras buscaba a tientas el botón de lla

municador, ahogada e indistinta. Estaban al t

ez con un gemido nauseabundo de metal estresado. Cayó

y primario de puro terror. "¡Ayuda! ¡Q

mis costillas, pero mi mente estaba extrañamente clara. Me apoyé contra l

e!", gimió Isa, colapsando en u

a. El sonido de gritos. Y una voz, atraves

Están ahí dentro

voz ronca por las lágrimas. "

"¡Señor, el cable principal está deshilachado! ¡Podría romperse en cualquier segundo! Solo

or se volvió espeso,

enc

. Podía oír los sollozos desesperados e hipantes de Isa. Podía oír mi p

oscuridad, esp

ojada de toda emoción, fue frí

en a

se convirt

sar. Vi las manos de Alejandro entrar, ignorándome por completo, y sacar a Isa de l

, murmuró él, acariciándole

po de mantenimiento. "A

darme, un chirrido ensordecedor

dor se d

que vi antes de que todo se volviera negro fue el rostro de Alejandro, sus ojos muy abiertos con un destello

rde. Siempre era

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