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o por sus amoríos de temporada con chicas de diecinueve años. Durante c
e perfecta era una chica de diecinueve años llamada Isa. El día de la cirugía, mi padre mur
í. Cuando un candelabro se estrelló, protegió el cuerpo de ella con el suyo y pasó sobre mí mientras
malagradecida, completamente ajeno a
s del divorcio y desaparecí. El día qu
tro donante para tu papá. Va
ítu
ista de So
va favorita, una chica de diecinueve años, en lugar de asegurarse de que l
cacielos de Reforma. Era el heredero dorado del imperio inmobiliario Garza, un hombre cuya
pecífica, casi clínica: chicas jóvenes e inocentes,
menudo becarias deslumbradas por su carisma y su riqueza, las colmaba de regalos, las paseaba en fiestas y luego, con la misma rapidez, las des
desapareció de su vida. La de literatura del Tec a la que le regaló una colección de clásicos en primera edición antes de descubrir que las llaves de
o, est
a de su mundo de penthouses y apellidos de abolengo. Yo era de un mundo de turnos nocturnos, sopas insta
años cuando el mundo de Alej
Fue un romance vertiginoso que escandalizó a la élite de
go, de repente, increíble
ritas. Aprendió a cocinar el estofado favorito de mi padre, sentándose pacientemente en nuestra apretada cocina mientras mi papá, G
las pantallas gigantes que usualmente anunciaban marcas de lujo mostraban
odos susurraban. La chica de clase trabajad
manera que confundí con un amor profundo. Construyó una fortaleza de afecto a mi alreded
zo añicos cuando
ica esperanza era un trasplante de médula ósea. Buscamos en el registro mundial, pero no se encon
masiva campaña de donación en toda la ciudad, financiando kits de prueba y pegando la historia de mi
o. Se encontró una co
ella Luján. Una be
iecinue
traído. Llevaba un sencillo vestido blanco, sus manos agarraban nerviosamente la correa de su mochila. Miró a Aleja
e provocó un escalofrío, pero lo descarté rápidamente. Est
u sistema inmunológico sistemáticamente destruido por la quimioterapia para prepararse para el tr
queña. Una vez completado el protocolo de quimio, el cuerpo de mi padre era una pizarra en blanco, incapaz
tor junto a su cama, comenzaron a flaquear. El pitido de la máquina se
erpo, despojado de sus d
. Mis manos temblaban tanto que apenas podía sostener el teléfono. Ca
inalmente contestara. Su voz era débil, mezclada co
ospital acaba de llamar. Mi papá está en estado crítico!
mblando. "Tengo miedo, Sofía. La idea d
trata de la vid
miliar y perezosa interrumpió la llamada
uién hablas? Reg
Alej
ndro. Mi
eje. Mis oídos zumbaban, un grito agudo que ahogaba el frenétic
mente un vacío aullante y en blanco. Tomé un taxi, mi voz un graznido ahogado mientras daba la dirección: la
que tenía el viaje más suave para mí, estab
erta. La suite era una vasta extensión de vidrio y muebles minimalistas. Y allí, en el
poso. Llevaba una de sus camisas de seda, con las mangas arremangadas hasta los co
ente gentil, de la misma manera que solía tocarme a mí.
tumbo bajo y tranquilizador. "Podemos posponerla. Unos días no
beso posesivo y tierno que me había dado miles de veces
y empalagoso. "Eres tan bueno conmig
susurró él en respuesta.
. El sonido agudo cortó la neblina de mi
l hos
on la garga
pesada, sombría. "Lo lamento mucho.
sitó te
ez falleció hac
el zumbido del aire acondicionado del hotel, incluso el
dos entumecidos, cayendo con est
s hizo levan
en el umbral, un fantasma en el festín de
había terminado. Nu
rada, y la primavera f
ara tragarme por completo. Lo último que vi fue el rostro de Alejandro, su expresión cambiando de un afecto gentil
ra él, no

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