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marrones claros son como un atardecer que guarda secretos: profundos, intensos, capaces de desar
ia de quien sabe que no necesita alzar la voz para ser escuchada. Hay algo fino en su f
arece con la misma suavidad con la que cae el rocío y, al hacerlo, transform
lo es hermosa;
aridades debe de estar enamorado
ciudad desde las sombras, es el jefe indiscutible de una organización mafiosa que controla desde los clubs más excl
que impone. Nada en él es casual. Desde su reloj suizo de platino hasta los puños de su camisa que ocultan dis
ario. Quienes lo miran fijamente aseguran que en su mirada hay
paz de calmar una tormenta o sembrar el pánico con una sola frase. Nadie la olvida. En las call
favores le deben los que aún respiran. Solo una cosa es segura:
oso Alessandro Morgan quien en su m
ha dado autorización para instalars
o con Katherine Volkov, hija de alguien que fu
organ había salvado a la niña Volko
Italiano más respetado, al igual que la más pe
cruzar su linaje. Pero Alexandra Morgan no tiene mi autorización para
etrov Palace, sólo se oía el leve zumbido del reloj antiguo marcando los segundos. Mikhail Baranov no necesitab
.. una mujer como ella y los líderes lo sabían -
, su más cercano lugar
to ha llegad
en seis días, y ahora... ahora organiza una gala esta noche. Dicen que t
ntrecerró
oj
r que usaba el rojo era una advertencia. Una que desafiaba,
? -preguntó con la voz tan b
incluso el Ministro de Defensa. Y... -V
cabeza hacia él. El nombre
to no es una visit
olvió, esta v
tratar de encajar con una mujer para d
ma hubiese sido lavada de sangre para convertirse en arte. El eco de violines flotaba en el aire, y cada rincón brillaba
ño en rojo sangre, espalda descubierta, con detalles finos de encaje francés que insinuaban más de lo que mostraban. Su postura era firme, cad
ado a Moscú -susurró uno de
n de golpe cuando la gran
cuando cruzó las puertas. Alexandra, al otro extremo del salón, giró
rió. Ella
como si el aire mismo reconociera al verdadero poder. Traje negro, guantes de cuero en la mano iz
aron a su paso, no por
eró apenas un segundo, no se permitió parpadear. Mikhail cami
n honor tenerlo esta noche. Aunque me han hablado mucho de usted, p
a. No inclinó la cabeza. Tampoco sonrió, pero su p
e parecieron eternos. En sus ojos, el azul cielo encont
u voz grave como un trueno conte
plicó ella con una inclin
a que no llegaba a sus ojos-. Moscú no está acos
exandra sin perder el ritmo-. Y esta ciudad ti
ía insultos, pero cada palabra era un movimiento e
orizado? -pregunt
s desde hace décadas. Morgan Enterprises se ha expandido
acercándose apenas un paso más, invadien
uencias -replicó ella, mantenie
nte a frente. Él, forjado entre la sangre y el acero. Ella, nac
rtó primero, apenas
gan. Moscú no es amable con
-dijo ella con calma-. Vine a trabaja
e retirarse hacia la barra, donde
, se acercó rápidamente a Alexa
v. ¿Sabés que dicen que si él pronun
iación -respondió ella, volviendo
la hizo frunci
la estaba
corbatados, Mikhail Baranov tenía los ojos puestos en ella como un caz
Pero por dentro, supo una cosa: Mikhail no estaba acostumbrado a sentirse amenaza
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