iela
o con una falsa cordialidad. Su sonrisa, antes desl
as estado? Tanto tiempo sin vernos, ¿verdad?"
. Yeray, de la mano de Estrella, me miró con curiosidad, pero sin el
ondí, mi voz monótona. No ha
legro. Leandro y yo hemos estado poniéndonos al día. Y Yeray está
do la mano de Estrella. "Sí, ella es
como un puñetazo en el estómago. El
zó una mirada severa. "Gabriela, Estrella se quedará unos
Mi voz apenas
e Leandro. "Solo será un breve tiempo, no
e Estrella. "¡Vamos, tía Estrella! Quiero
nunca me había dedicado. "Vamos, cariño. La
"Gabriela, asegúrate de que sus maletas
lgada. "¿No crees que eso es tra
briela, no me discutas. Est
la contuve. No valía la pena. Mi
unció el ceño. "¡Mami Gabriela es a
i corazón se hizo pedazos. El niño que había criado,
a. "No te preocupes, Yeray. Tía Est
mansión, riendo y conversando. Parecían
por un instante. "Gabriela, encárgate de las m
s un susurro. La humill
a. "Sí, tú. ¿Tiene
io fue mi
uba." La señora Elena era una de las empleadas de la casa, una m
cargar las maletas de Estrella mientras y
aré," dije,
e hombros y siguió a
juela y comencé a sacar las maletas. Eran muchas, y pesadas. Cada un
por las escaleras, escuché risas
n el regazo de Estrella, y ella le most
amó Estrella, su voz aguda. "Tu
eza, sus ojos brillando.
lla sostenía. Un collar. Un collar de pl
e atascó en
a Navidad juntos. Un regalo simple, pero que yo había atesora
liar, que su abuela se la había dado a su
iar para la es
en las manos
as. Mis manos, que sosten
expresión. Su
dedo. "¡Mami Gabriela tiene cara de enojad
, una risa huec
eso no se dice." Su tono era suav
a. Tía Estrella es la que le gusta a papi," Y
udo me perf
sorprendentemente clara. "
sorpresa en sus ojos. Leandro, con una confus
dirigí a mi habitación, el peso de la maleta e
e mí. Solté la maleta y
ontenido durante tanto ti
ré por Yeray. Lloré por
ente, una voz me recorda
para mi

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