img Su hijo secreto, mi corazón roto  /  Capítulo 4 | 40.00%
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Historia

Capítulo 4

Palabras:1013    |    Actualizado en: 11/12/2025

tré a la casa, mis ojos fijos en el lugar donde había encontrado la foto de A

sde el sofá. Su escritorio solía estar impecable, pero hoy, una caja pequeña y polvorien

hí estaba ella otra vez. Ángela. En casi todas. Riendo con él en una playa, su cabeza recostada en su hombro. Besándolo apasionadamente bajo una cascada. Una foto, en particular, hi

era la ex. La que él amaba. La que

de texto. "Extrañándote, bebé. Contando las horas para llegar a

staba contando las horas? ¿Mientras planeaba una vida con otra mujer, usando mi dinero para com

rprendentemente firme mientras le transmitía la nueva informació

a y eficiente-. Habitación 1403. Nuestra red acaba de confirmarlo.

negación, se extinguió. No era un ma

lá -declaré,

cesitas ser inteligente. No de

onectando la llamada antes

ante, los nudillos blancos. El St. Regis, un sím

os. Mis ojos escanearon el área. Cerca de la gran fuente ornam

Lo colocó en el dedo de Ángela. Ella chilló de alegría, luego le echó los brazos al cuello, besándolo profundamente. Un pequeño grupo de per

ños de confianza ciega... me desgarraron por dentro. No me importaba ser inteligente

nte, mis piernas mov

RTU

e tan compuestos, se abrieron con puro terror. Áng

pie torpemente. Parecía un venado lampare

emblaba, apenas un susur

mo una víbora, di

-Su voz era burbujeante, falsamente alegre-. ¡Todo es una so

La advertencia de Brea. Las palabra

queda grande. Quería asegurarse de que fuera perfecto para ti, Karla. ¡Eres tan afortunada! -Levantó la mano y, efecti

do la compostura,

a ayudando, modelando el anillo ya que tiene manos tan delicadas. Solo me aseguraba de que se te viera bien, mi amor. -Tom

e Arturo. ¿Era verdad? ¿Había malinterpretado todo de nuevo? ¿Mi paranoia me había ganado? La v

imas nublando mi visión-. Lo s

estrés. Pero todo es para ti. Esto es solo un adelanto. La propuesta real,

haba con mi necesidad desesperada de creerle. Me estaba pidiendo que me casara

un sollozo escapando de mis labio

na sonrisa diminuta, casi imperceptible, jugando en sus labios. Pero la descarté. Era demasiado. Tenía que creerle. Qu

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