l hospital, un paisaje de tubos y monitores, mi cuerpo un campo de batalla de dolores y suturas. La recuperación
ra depravación de mi matrimonio, asumieron que me estaba recuperando en la privacidad de mi lujosa casa, atendida por los mejo
fícil de soportar que el dolor físico. Cada cambio de vendaje, cada inyección, se sentía como una v
a de mi puerta. Sus voces eran bajas, pero en el si
completamente sola. Y la nueva prometida del Sr. Henso
rís para cada uno de sus antojos. Mientras tanto, a la Sra. Maddox la sacaro
lmando de regalos. Trayendo chefs. La ironía era un sabor amargo en mi boca. Había soportado tanto, todo por un hombre que podía prodigar
de la Ciudad de México. Nadie vino a recogerme. Firmé los papeles yo misma, un fantasm
familiar gritó mi nombre. "¡C
us amables ojos llenos de preocupación. Corrieron hacia mí, sus rostros grabados co
or la emoción. "Sobre el accidente. Hemos estado
lvieron en un cálido abrazo, un consuelo que no me h
io, con voz suave. "Te llevare
estaba alta, las luces tenues. Mis otros amigos también estaban allí, una pequeña reunión de
río de Gregorio!", declaró una amiga, levantan
otro. "Eres brillante, herm
uina en lo que pareció una eternidad. Por un breve momento, ro
para componerme. Cuando regresé, la mesa estaba va
pasaba, mi voz temblando. "Mis amigos, ¿
ivada en la parte de atrás. "Se los... se los l
en mi estómago. Conocía ese brillo
ecido por el alcohol, reía, con el brazo alrededor de Sara. Sara parecía incómoda, sus ojos desviándose hacia la pue
ndo?", exigí, mi voz aguda, una furi
a quién es", arrastró las palabras, su voz goteando veneno. "L
en la habitación, sus ojos recorriendo la escena. Su mirada encontró instantánea
, afilada como el hielo. "¿Q
el problema, Gregorio? ¡Ella es la que intenta robarme a mis amigos!". Me
r. Henson, Srta. Hewitt, hubo un malentendido. El Sr. Henson solo estaba aclarando su
e abalanzó sobre mi amiga, agarrando el brazo de Sara. "¡Ah
grité, un rugido protector saliendo de mi garg

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