su mejilla roja
. La ira en sus ojos se desvaneció, reemplazada
. -Su voz era tranquila-. Si eso es
mis sienes, trazando el oscuro moret
ra tranquila. Plana
-Bien. Eso es bueno. -Incluso sonri
sposo modelo. Me trajo flores. Se sentó jun
tó el médico, sonriéndole cálidament
s mejillas. -Aprendí de la mejor. Mi Elena me e
en una pequeña sonrisa sin humor.
nes, sus dedos suaves contra mi piel. -¿T
idado una manta sobre mis pie
enética estaba allí. -¡Señor Ochoa! ¡Es Casandra Calde
. Ya estaba a medio camino de la pu
n los míos. Yo lo estaba observando.
n. -Sus heridas son graves, Elena. Me nece
uerta se cerró de
día. El dolor en mi costado se intensificó. Entraba y salía de l
a tarde. César estaba allí. Su sombra se e
ngre. El tipo de sangre de Casand
ma, se cerró en un puño. La s
, Elenita. Solo un poco. Por Casandra. Ella me salvó l

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