Lágrimas saladas trazaban caminos a
aba por un hombre al que no le importaba
ar. Forcé mi cuerpo, día tras día. Mi
El divorcio se procesó. Rá
ieron de alta. Un sobre blanco y aus
el hospital. Sostenía
de su mano. Su mandíbula s
stenía otro ramo. Le susurró a
ndose. Su voz era puro veneno-. Me lo di
erraron. Las flore
lastimarme de nuevo! -Me arrojó su ramo.
n destello de luz. Un do
l suelo. Se agarraba la cabez
ante. -¡Casandra! ¿Estás bien?
agarró. Me inmovilizó los brazos a la espald
ante. Mi rostro estaba pálido. Mis la
e quemadura fresca y furiosa en mi espalda. -¿Disc
ron de par en par. Retrocedió. Un destel
el pecho de Casandra. Salió volando hacia
-¡Elena! ¡¿Qu
dedo. Lo arrojé. Trazó un arco
lodo. Su brillo desapareció. Era soo. Su agarre era f
una llave de hombro perfecta
alejé. Mis zancadas er
General. Elena Garza. Necesito activar el Proy
alcón? ¿Quién eres tú? ¿Alguna a
do. -Yo soy Halcón. Y esto no

GOOGLE PLAY