img 1. ¿Qué quieren los aliens?  /  Capítulo 8 7 | 22.22%
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Historia

Capítulo 8 7

Palabras:3157    |    Actualizado en: 17/07/2021

e mis brazos cuando escucho el

nco unos centímetros más adelante que el mío—. Los chicos de atr

cos hacia adelante hasta que al medio se forma un acordeón. Bostezo,

ado? ¿No dor

e con la tarea, pero la mami me mandó a dormir a las diez. En mi pieza tampoco pude hacer mucho porque mis hermanitos dormían y no podía pr

, palabra que pongo entre comillas porque, como tengo quince años mis “problemas” no son cosa seria, mi novio no dice o hace algo más que quedarse callado y escuchar.

uja de lengua? —Señalo lo que dejó en las

o, por eso lo pude

Ángel empuja mi cabeza hasta que me vuelvo a enderezar. Ambos nos miramos un seg

nos saludan, pero dejan sus cosas en los banco

—le pido a mi novio, obviando su actit

istoria, es

e que ya venían hablándose desde la semana pasada, todavía Benja pone distancia entre ellos. Ema intenta sacarl

ía que en el puesto dos. Tiene ojos color miel, sonrisa espontánea, hasta pue

a mirada hacia Ángel—. Te estoy contando e

os

hora Emanuel le está enseñando algo en su celu a Benja que tiene ganas d

el libro en su mochila porque suena el timbre para ir a la formación—. Igual, por la cara

ese instante, agito una mano y Benja tiene que dejar de luchar contra Emanuel para devolver el

ación, le agarro la mano a Ángel, pero él desliza sus d

iero matar porque habla y habla de que es necesario mantener la buena conducta,

debemos portarnos bien porque habrá severas medidas de adiestramiento, digo, sanciones

bro puede descansar unos cinco minutos a

se con Yoel. Bueno, más que juntarse, parece que ya se traían onda desde hace r

que Ángel ni bola me dará. Los dos tienen las manos entrelazadas

vez Ángel tiene que moverme porque mis ojos se cierran sin querer. Por suerte, luego de enseñarnos un tema que no me voy a preocupar de acordarme has

amar Pablo. Él, con su encantadora forma de ser, saluda a la profe y conversa un poco con ella hasta que ambos miran hacia Man

an

hubiera dado electricidad. Lentamente gira la c

ogo quiere

taría alguien con una tabla pegada a la espalda, nuestro compañero se levanta mirando hacia el suel

y vuelve a su escritorio

para detener el acoso de Manuel, habí

advertirá que deje de acosar a las ch

ne a un degene

oreja—. Te estoy diciendo desde hace

del artícul

Qu

blanco, echándose sobre

ad

r lo que Ángel murmur

eo que mi suspiro de alivio se escuchó muy a

ega a nosotros y sacude nues

a? —pegun

na aparece al lado de su novio —. No

—propone mi novio—. ¿Cuántos gatitos v

eando y profesores tratando de separarlos. Uno de los chicos met

está llorando y sus am

está Be

o grupos de chicos murmurando entre

matarse mientras Gisel es contenida por una de sus amigas que intenta sacarla del patio. Por mirar hacia

ene siempre, nada más que ahora hay un pliegue muy chiquito en medio

no habrá Bema

campo visual al pararse frente

hablan? —pr

y Emanuel se llevaban b

, negando co

s poco par

a Elena—. Ah

tar en las escaleras del m

nosotros, no le damos mucha importancia. Siempre pasa y siempr

o con la de Santi—. Nico, el chico de rulitos lindos del otro cu

rgüenza —c

rece tranquilo, maduro y calculador. A las p

os sinvergüenzas que conocemos, pero en medio d

. Entramos al curso como caballos al galope para recoger las bo

mbién irá c

el alien en este momento. Entonces, el alien tiene que manejar d

cinco vueltas por los alrededores del patio. Algunos hacen un pequeño trotecito qu

entras que yo aprovecho para ponerme en forma para el próximo parti

y aquellos que quieran pueden agarrar una de las pelotas de futbol para armar u

icas que intentan romperme los tobillos en vez de jugar a la pelota. Por suerte, la

el camino sin saber cómo carajo parar al de su equipo rival. Aprovechando su desfachatez, llego

La sonrisa se me va cuando Benja salta hacia el lado derecho y

ta Yoel—. ¡Qué

toca el silbato—. ¡Sigan así y van a ten

nos esforzamos lo suficient

as mejore en la cancha

es atrapada por las manos de Benjamín en otra

madre! —ex

! —reclama el profe—. ¡Una

la cosa quede tan caliente que algunos se empiezan a

porque Benjamín pone todo de sí para evitar que alguno de mi

ra interrumpe nuestro juego de copa mundial. Todos los del e

agarra por los h

, pero sin quitar la vista de esa sonrisa orgullosa que ahora tiene Benjam

urmuro—.

cantando que ganaron, otros echándose a

a cuando nos sentamos de nuevo los cuatro—.

e una botella de un litro que

—Sacude su pelo rojo—. ¡Casi pa

botella de medio li

para

lena se abanica con una mano—. Dios, ojal

i mueve sus cejas arriba y abajo

n como Benja seguro tiene a otro alguien q

mo

ersona enamora

o vamos charlando de lo difíciles que parecen las tareas que nos dejaron hoy. No vamos acompañados

despedir rápido porque su papá está por ahí y lo llam

se está yendo. Apenas cierro la puerta y comienzo a

erro de

Qué le dijist

puede fruncir tanto el ceño

capó y yo estoy por l

er. —Estiro mi uniforme sobre el res

oy diciendo que me

os?! —Lo alcanzo a mitad del pasillo

ami y los veo tomando leche

én desa

comer a eso de las cuatr

er

viene antes que yo y hay plata para que

os de mi estómago. Siempre es lo mismo. Revoleando los ojo

urre hacer para hoy es gui

nitos que apenas levantan la cabeza de sus tazas—. T

eviso la heladera y encuentro zanahorias, algunos tomates, y salsa de tomate. En l

la pieza

s y Matías agarra la mano de su herm

cada cosa que ven. Casi los muerde un perro, que sacaba la cabeza desde una reja,

e la casa, la que siempre está llena a esta hora del día, pero que

eña fila. Nos quedamos unos cinco min

e, la esposa de Lucía, la dueña y

—Miro para todos lados—.

cuchillo—. Corrimos a la salita de Villa P

atiende a otra señora y Raú

e dejarla esperando un momento porque mis hermanitos

r de cosas y una bolsa ecológica que casi le corta el hombro de tan pesada que está. Camina r

o se admira

os corren a acabar su desayuno

lla, escucho una pelea

mías!

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