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Historia

Capítulo 4 VALET

Palabras:3786    |    Actualizado en: 26/08/2021

momento en que me dejó frente a mi edificio insistió en bajar y acompañarme hasta mi puerta, cosa que aunque al principio le dije que no era neces

acado de mi bolso metiéndola en mi sostén para que si este si se atrevía a buscar en mi bolso no la encontrara, así tendría que llevarme a su apartamento cosa que funcionó tal como

gonzaba del todo, quería que supiera que yo quería ir a su apartamento y estaba segura de que él había querido lo mismo

lantado? —me miró con una ceja alzad

bos sabíamos que no lo haría, por s

el otro lado del pasillo donde uno de mis vecinos salía de su apart

n chico formal la mayoría de las veces —le pregunté mientras colgaba mi bol

e su pantalón y con la otra jugaba con las llaves del aut

mirada hacia mí entrecerrando los ojos como si hubiese recordado algo—. Sólo voy a pedirte una cosa en específico —me dijo mientras daba un p

antener la compostura sin dejar

dillos mientras se inclinaba hacia mí. Quise cerrar los ojos por instinto, pero aguanté un poco más para ver hasta donde llegaba. Justo

e el otro pie y sería una desgracia pues entonces no podríamos hacer lo que tengo planeado —susurró en

centímetro debido a que mis manos sostenían de mi ropa y tacones. Lo fulminé con la

e la puerta de mi apartamento para poder abrir—. No te sorprendas si te vuelvo a dejar plant

nchaba más haciendo imposible que esos hoyuelos no se dibujaran cerca de las comisuras de sus labios en cierta

evarte conmigo, aunque técnicamente la última vez no me dejaste plantado porque ni siqu

verdad el hecho de que le había dejado plantado porque entonces eso le subía el ego que disimuladamente poseía. Relamí mis labios por un mom

sito de provocarle a que me besara, incluso las ganas de acercarme a sus labio

sin romper con aquella tenue distancia entre nosotros. Sonr

era vez será o no este día —dijo aún sonriendo,

atrás mirándome esta vez desde aquella distancia que había entre nosotros. Se quedó ahí unos segundos soltando un suspiro mientras ap

arde —me guiñó un ojo y después se alejó de ahí caminando por el pasillo hasta llegar al ascensor. Lo miré subir

a Thiago, quien no había respondido desde los últimos mensajes que él me había dejado anoche. Supuse que estaría tirado en la cama con una terrible resaca mucho peor que la que yo había

que había d

as torciéndote el otro pie y sería una desgracia pues entonces no podríamos hacer lo que t

lar y casi ponerme roja a pesar de que nadie estuviese ahí viéndome. Aquello no significaba que no deseaba que pasara algo más que s

arlo cada vez que lo tenía cerca de mí. No era que hubiese estado con muchos chicos antes, empezando por el hecho de que nunca había dejado que llegaran a más que tocarme por encima de la ropa, a excepción

también recordaba aquellas palabras que me había dicho cuando me negué a dejarlo a llegar más: ‘’

un buen rato? No creo, había sido bastante atento y lindo desde un principio. Yo fui quien lo había besado. Él quien había insistido en que aceptara el salir co

ener algo serio con él. O tal vez, sí. ¿Quería tener algo con él? ¿Me gustaba? Yo misma comencé a cerrarme decidiendo mejor pens

de ponerme estos últimos me aseguré de ponerme el Flogoprofen de manera correcta en el tobillo, dolía mucho menos de lo que

grisáceas cubrir el azul del cielo. Aquello significaba que la temperatura era más baja

oloqué un poco de maquillaje en mi rostro, lo típico: polvo, un poco de brillo transparente en mis labios, me enchiné las pestañas sin colocar ni una pizca de rímel –eso

lular comenzó a sonar, supuse que sería Nathaniel pero no era así. Era Thiago

ntras me colocaba el cardenal

e aún seguía en cama—. ¿Dónde te metiste? Apenas tengo vagos recuerdos de cu

endo mi labio inferior—. Me vio mu

fendido, pero por s

caj

on una desconocida —

y rodee los ojos sonriendo—. Aunq

ente deteniéndome en lo que estaba haciendo

costarse dentro de un auto —confesó d

saba? —dije sorprendida y no

ólo recuerdo haberme estado besando con ella y

por del otro lado de la línea—. Thiago eso e

lo hacíamos Olivia y yo cuando no podíamos ir a mi cas

auto todo este tiempo y no m

a te importará hacerlo en un auto —me dijo y podía

o y entonces miré la hora—. Te

eguntó curiosos y

plico. Te qu

—escuché antes

o para llegar al ascensor. Subí y pulsé el botón para poder bajar. Me sentía ansiosa de poder verlo, ni siquiera sabía a dónde iríamos, era temprano por lo que en mi cabeza descarté la opción d

no se pudiera ver desde afuera pues así podía mirarlo por unos segundos más sin el temor de que este me descubriera. Iba bastante guapo, manteniendo el porte que siempre solía llevar con él sin importar lo que tuviese puesto encima. Pantalones de mezclilla bastante oscur

erio en el que se había encontrado antes se esfumó en el aire y una sonrisa apareció en su rostro. Me acerqué a él con una de mis manos af

ste plantado, aunque no te voy a mentir que me

rucé de brazos mirándole con una cej

—repuse y su sonrisa creció un poco más siendo

testar, sólo me quedé mirándolo con una sonrisa sin siquiera mostrar mis dientes. Volvió a bajar su

nto —dije y sol

oto para que yo subiera. Lo hice después de mirarlo y cuando cerró la puerta me coloqu

iremos? —le pregun

a mucho el arte postimpresionista y surrealista, ¿qué mejor lugar que el MoMA para ir a ver las pinturas de Van Gogh y Dalí que son de los má

le había contado sobre mi amor por el arte? No solamente había recordado eso, había recordado qué movimientos del arte me gustaban. Casi me le abalanzo enc

rgió el que yo le contara sobre las pinturas que me gustaban. Nunca había ido al MoMA, siempre había querido ir, no es que no tuviese la oportunidad de hacerlo si no que siempre había deseado ir de la compañía de alguien. Con

que no bromeaba. Vi como salía a la 5ta avenida

os segundos sonriendo y ahí fue cua

después sin dejar de mirarlo mi

dó y quise cumplirle ese capricho —siguió mirando al frente esta

mos del auto y entramos, al parecer Nate ya había comprado las entradas antes ahorrándonos unos minutos. Cuando estuvimos dentro

ra recorrer todo el lugar, así que, ¿

e sin pensar girándome pa

tonces —me dijo y co

mirando cada exposición que hubiese en nuestro camino. Todas las paredes eran blancas dando un toque contemporáneo al lugar, claro el mismo nombre del museo decía que era m

ganas de querer acercarme más para poder tocarla con mis dedos. Sin siquiera tocarla se veía como la pintura sobresaltaba un poco por el exceso de pintura que Van Gogh había utilizad

par mía sin darme cuenta del momento e

esté aún con la mirad

ita? —lo escuché p

ras no está mi pintura favorita —dije apretando los l

ito? —preguntó cruzándose de

aba saber e

nsformó de una manera única en sus pinturas. Es triste pensar en que nunca supo lo verdaderamente talentoso que era y que ahora es famoso. De hecho, parte de su vida es un misterio porque nunca se podrá saber que pasaba realmente por su cabeza cada vez que pintaba, muchos dicen q

revió a hablar mientras se colocaba un poco más cerca de m

—me dijo mirándome y lo miré igual, me miró entrecerrando los o

entía que ya no podría decirle esa palabra d

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