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Historia

Capítulo 3 VALET

Palabras:3337    |    Actualizado en: 26/08/2021

ante. Tenía calor. Mi ropa estaba empapada en sudor y la tela se pegaba a mi pecho. Traté de incorporarme lentamente debido al d

pe

io, la otra en el otro extremo era la puerta de aquella habitación. Fruncí el ceño confundida y me miré. Quité la cobija blanca que tenía encima y ca

a mí, haciéndome correr sin importar el dolor en el tobillo. Salí de aquella habitación buscando algún baño. Necesitaba vomitar. Al salir vi cosas que me resultaron familiares, pero cuando vi una puerta en diagonal hacia donde yo estaba fui a abrirla, al ver que era un baño no dudé en entrar y arrodillarme

y el dolor punzante en mi cabeza. Jadee como si aquello fuese a ayudar a desaparecer ambas cosas. Pasaron minutos creo

e nuevo. No llevaba mi ropa, llevaba sólo una camisa negra que me llegaba a los muslos. De pronto com

han

astro de él. No era que tuviera un excelente ángulo desde ahí para ver si se encontraba en la estancia. Frente a la puerta del baño se encontraba otra puerta que estaba a la par de la habitación donde había dormido, supuse que era alguna ot

i mano se encontraba sobre la perilla de la pu

rs y una camisa gris. En su mano sostenía una taza color negro y mientras me miraba daba un sorbo a esta. Supuse que era café por

e y después volvió a mi rostro—. Tendré que ponerte más Flo

de la última ocasión iba a ser bastante complicado, después de lo que yo había leído, de lo que yo había descubierto de él. Aunque bu

aunque ya me quedaba lo suficientemente larga para llegarme por debajo de la mitad de los muslos. Su camisa, era su camis

bajo con cierta vergüenza

y algo más que no pude divisar. Se acercó hasta mí y al tenerlo frente a mí tuve que alzar un poco la mirada—. To

Claro, era de pensarse después de todo lo que había hecho y dicho ayer. Sentí mis mejillas arder al pensarlo, apreté mis labios y tomé el vaso y la pastilla llevando esta a mi boca despu

ada con cierta pena. Sentí su mano

abrí los ojo

Mi celular, ¿dónde está? —pregunté al recordar a Thiago

saje desde tu celular diciéndole que estabas bien —comentó Nate detrás de mí cu

i contraseña? —l

etiéndose a la cocina sin antes no dedicarme una son

e Nathaniel le había escrito un mensaje donde se hacía pasar por mí diciéndole que estaba bien. Dios, este ch

de nuevo recargado en la pared e

eté los labios, dejé salir un suspiro cerrando los ojos por

ó la última vez que nos vimos. Te agradezco lo que hi

o sin comprender a qué venía su pregunta, muc

S

para entrar a la cocina después salió con un termo que tenía un popote y se acercó a mí—. Mientras toma agua, debes

tendible por qué no le importaría, anoche me comporté como si nada de eso hubi

erlo, mal

se alejó volviendo a la cocina, pero antes de entrar se detuvo se giro hacia mí haciendo un

veo que tienes frío —me comentó después desviando su mirada a la camisa que llevaba puesta. Me sonrió de lado mo

. Tomé la camisa mirando por dentro de esta y confirmé lo que pensé en el momento en que vi que mis pezones estaban erectos y se h

et, solo te podía

s de anoche no me fallaban, él me había dado su camisa con la que había dormido y unos pantalones de deporte que no me quise poner. ¿Ahora resultaba que si tenía ropa para mí? Me duché y me cambié en el baño, no pensaba salir envuelta en toalla para cruzar hasta la habitación. Me coloqué la camisa

mi lugar. ¿Alguna exnovia? ¿Alguna amiga con derechos? Pero era nuevo. Todo era nuevo, lo confirmé cuando vi la etiqueta en cada una de las prendas. Había ido a comprar eso para mí. Au

estancia lo vi sentado en la mesa mientras checaba algo en su celular. Al parecer sintió mi presencia pues giró para mirarme. Me mi

elamió sus labios y casi corro

ndo mi garganta cruzándome de bra

vaso con lo que al parecer era jugo. Me miró y me hizo una seña como significado a que me acercara a sentarme. Lo hice

una taza y daba un sorbo a esta. No me h

bía preguntado si me gustaba–, tiras de tocino y pan tostado acompañado de mantequilla. Todo se veía delicioso y

rastro de algún otro plato, ni las intenciones

e sonrió dando otro sorbo a

ién? —pregunté mirándol

r

yoría de las veces me es imposible no despertar temprano —r

pues él no dejaba de mirarme en ocasiones cuando no estaba mirando su celular. En mi cabeza no dejaba de pensar en qué pasaría ahora, ¿

—pregunté dejando los cubiertos en el plat

ndo en la vez que te salvé de tu exnovio ahí —me di

, que

azos del pan tostado. Me había devorado los wafles y la fruta que era una combinación que amaba y le agradecía en mi mente por haber acertado con aquel

omencé a decir pe

colocándolas sobre la mesa—. Te diré en algún punto o al menos te explicaré maso menos lo que h

y, ¿me estaba dando a entender que quería seguir viéndome entonces? Me replantee aquella oferta en mi cabeza más veces de las que debería haber hecho. ¿Era buena

da en la zona de mi cintura cuando nos besamos. Aquí. Quise voltear a ver el piano donde había sido, pero sabía q

el de rehusarme a estar con él sin saber la verdad de su vida, había querido solamente abala

mientos haciendo que las imágenes de nuestro beso

lado, soltó un suspiro pesado

ios y en ese instante yo hizo lo mismo co

a que no me lo dirás esta noche, ¿entonces cuando? —le pregu

nchó mostrando ambos de sus hoyuelos. Se inclinó un poco más hacia adelante mirando esta

e su rostro—, cuando te dije que este tema no se trataba de confiar hablaba en serio, confío en ti. Es un tem

malo? ¿Debes algo? —pregunté

cialidad sino sobre lo que hay implicado dentro de ese mundo —empezó a decirme mirando fijamente a los ojos—. No es q

nté y este tensó la mandíb

volvió a apretar la boca—. Hay una gran diferencia

ntonces no puedo quedarme quieta —comenté al instante. Este sonr

r el capricho de querer saberlo todo —me guiñó un ojo levantándose

ntuflas y tirársela porque sin que yo lo hubiera au

y caminaba hasta él para poder golpearlo, pero cuando lo hice

n este cruzándose de brazos mientras alzaba ambas cejas. Sonrió un poco de

e —relamió los labios y se acercó a mí—. Después iré a verificar si tu ropa ya esta lista en la secadora y puedo llevarte a tu apartamento, así te doy

ntras yo me alejaba y caminaba hasta la habitación donde había pasado l

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