img Skyfall © - Parte III  /  Capítulo 4 NATHANIEL | 23.53%
Instalar App
Historia

Capítulo 4 NATHANIEL

Palabras:3691    |    Actualizado en: 30/08/2021

o! ¡Suéltame! —lloró mientras su voz se volvía cada vez más

dió y sentí que me ahogaba. Sentí mis dedos húmedos al querer tocar la zona en mi abdomen, una humedad espesa que sabía con exactitud de qué s

hacia ella no podía, mi cuerpo no me lo permitía, mis párpados pesa

rdor me recorrió por dentro. Pero después todo dejó de doler sintiendo

la

le

l

le

os avanzaban, y en el fondo de estos había un eco gritand

eco poco a poco volvién

una sensación de asfixia cuando mis ojos

la de aire para obtener el oxígeno que sentía que me faltaba. Sentía el sudor

rar en mis recuerdos de dolor—. Tranquilo, estás bien —tr

orporada mientras me miraba. Había una tenue luz que pasaba por debajo de las cortinas que

su mejilla ahuecando su rostro desesperado por adentrarme y permanecer en la realidad. Ahí estaba ella, ahí estaba ella a mi lado después de todo.

na bocanada de aire—. Estabas llorando y grita

ndo una mueca de dolor. Negó y subió

pulgar comenzaba a moverse lentam

ire por la nariz después liberándolo por la boca recuperando la respiración normal. Mi pulgar le acarició la mejilla disfrutando de l

la respiración normal que se me dificultaba retomar. Su mano volvió a deslizarse por mi cuello

en voz baja mientras abrí

aron hasta el otro l

spués mirándome mientras sus dedos se e

rde de la cama apoyando mis manos en esta misma. Sentí como la castaña se revolvió en la cama y luego se incorporó cami

ue luz del amanecer. Cuando me giré Valet miraba en dirección hacia mí un tanto sorprendida, pero podía jurar que l

alguna manera un poco alborotado. Me acerqué a ella sin decir nada aún con sus ojos mirándome con brillo. Al tenerla

? —pregunté mirándo

o después queriendo alejarse

ntarte —informé y esta fr

uiera me sentía capaz de poder hacer algo en la cocina, así que ella había tenido que hacer nuestras comidas o en ocasiones pedirlas de alg

ste tiempo bajo el mismo techo. Podía ver como ahora había una pizca de esperanza en sus ojos, después de hace un día que por fin me habí

nos había dificultado acostumbrarnos al cambio

días anteriores. Pero necesitaba ahora yo demostrarle que no me lo iba a permitir a mí mismo. No podía volver a

la, mirándola detenidamente y

egunté y pude ver sorpresa en sus oj

mos tortil

un suspiro en medio de este y yo sonreí de por medio con una de mis manos

so —susurré sobre s

rostro y me miré en el espejo apoyando las manos en el lavabo. Mis ojos de inmediato se enfocaron en

ber o no haber estado. Un recordatorio de lo que ahora tenía que hacer. Era una mar

er

un momento. Había un sonido agudo y constante que taladraba mis oídos y sentía mi cuerpo entumecido. Moví los dedos de

ba en la habitaci

derecha había una jeringa injertada. Un tubo que conducía a una bolsa de líquido cristalino que colgaba a la par d

o primero que escuché al despertar. Tragué saliva sintiendo la boca seca y cuando quise incorporarme sentí un ardor en mi a

quién se trataba. Una mujer baja de estatura que me miró sorpren

o al monitor a la par de mí, lo miró y despu

yacía en la parte inferior de mi abdomen, quise toca

y al anestesiólogo para subirle la dosis —informó mirándome como

unté mirándola y después mirando

nte el ardor que quise ignorar. La en

esito que s

Hay una chica —repetí buscando la mirada de la enfermera—

onderá a todas sus preguntas —dijo la enfermera interrumpiéndome y maldij

y no pude borrar de mi mente los gritos

a vivido después de todo. Pero,

é a mi castaña mirándome con cierta preocupación. Giré mi rostro y ahí estaba miránd

de convencerla y me incliné

cer el de

par mi boca en la suya, de

es mi turno —ladeé m

que pudiese caminar lejos de ella, la

timo, después se mordió el labio inferio

da hacia sus ojos y de nuevo dando un solo paso

ila, yo me encargo de ahora en adelante, ¿sí? Todo está bien —son

lli

la boca después sonriendo un poco—. Hablaré co

sus brazos por debajo de los míos acariciándome la espalda y yo rodee su cintura apoyando mi barbilla sobre su cabeza. Sentí su respiración cálida g

rdé aquel momento en que la tuve

s mi mirada estaba posada en la puerta de la habitación—. Se le sometió a una operación para sacar la bala

uevo ignoré las palabras del docto

ías desde que lo som

errumpí al doctor mirándol

s segundos, después sonri

o hacerle pasar a alguna —dijo el doctor con un asentimiento mientras c

momento preguntándome de qui

lia

sic

le

más pod

. Valet debería de estar ahora en un lugar seguro y el estar aquí no era precisamente

or la forma en que ERSA había intervenido cuando Rob entró para lle

i abdomen presionando para detener el sangrado. Dici

ón para ver de quién se trataba. Una parte de mí se llenó de miedo

mí y no me importó el dolor, fui yo quien de inm

n su rostro enterrado en mi cuello. Le acaricié el pelo y la espalda queriendo aferrarme de nuevo a ella como lo había queri

d—. Tranquila —sus brazos se aferraban a mi cuel

desaparecido de este mundo y ella

y no solamente yo, ella ta

Sus mejillas estaban empapadas, el verde de sus ojos parecía como si se hubiese aclarado más por e

en mi rostro como si quisiera comprobar el que fuera

ue Bastian… lo vi, esa noche lo vi afuera y cuando quise entrar para advertirte n

uevo en su pr

, escú

ubiese reaccionado más rápido, si hubiese id

erada, llena de dolor y culpabilidad. Pero, ella no tenía la culpa d

descontroladamente y comencé a detect

o lo que estaba en mis manos por acariciarle y limpiar las lágrimas.

a —traté de calmarl

tono en su voz que me hizo entender que n

on ese silencio hasta que sus siguientes palabras hicieron que todo se volviera silencio y al mismo tiempo un ruido enso

cabeza volvían recuerdos que hace días mucho antes

ada más. No había una esperanza ya. Toda esperanza mante

pregunté si

evelarme más información de esa noticia que a

—no terminó la frase, sa

rido hacer lo mismo que yo con los Bachelor; desha

Solamente

ugar. Lo que me tuvo en el silencio procesando toda información de lo ocurrido. El impacto que había sido para mí saber que ahora lo úni

sionó la muerte de mi madre, ni de la adicción, ni de su rencor, ni de nada. Ni

oz me sacó de mi

azos. Sus ojos verdes me miraron y me permití volver a per

e pasaba por mi mente en ese instante. Bajé la mirada temiendo que pudiese sabe

No necesitas guardarte nada —inquirió mie

en

dejé un beso

ue parecía que los papeles habían cambiado y ahora era

gu

aso —traté

prenderme de un

pretando la boca. Miré hacia la ventana del otro

miré y pude ver el asombro en sus ojos por mis palabras—. En mis sueños lo veo a él, diciéndome que tenía razón resp

dolor que mis palabras le causaron, no por el

así? —inquirí mirándola mientras hacía un

u culpa. Hiciste todo lo que podías hacer para protegerlo, hiciste lo que c

mirándolo y traté de

besé y me alejé de ahí saliendo de la habitac

a aquel duelo, no podía permanecer de esa forma. Tenía q

más me daba cuenta de que era un pésimo jugador, y había fracasado en muchas veces estando al

s. Ahora solo me importaba una cosa y

ue cueste, porque era lo único que me quedaba y porque d

sta

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY