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Historia
Una noche en las vegas

Una noche en las vegas

Autor: Marian
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Capítulo 1 CAPITULO 1

Palabras:2411    |    Actualizado en: 17/09/2021

sociales, nunca había sido tan social por causales de su crianza, su padre siempre le había dicho que no se podía mezclar entre los hombres ya que el resto de personas puede llegar a creer que es una

etraída, ni siquiera en su lugar de trabajo tenía amigos y con la ún

Morri

él desde el momento 1 que comenzó a trabajar para él y es que el hombre da esas vibras oscuras y misteriosas que a las mujeres les suele gustar, nadie sabía absolutamente nada de su vida privada,

su deseo no era terminar como secretaria, Morrison Corporation le ofreció un gran sueldo con el que puede sostenerse cómodamente. Cuando e dijeron que había quedado seleccionada celebro sola en su pequeño departamento con una botella de vino, pero solo basto una sola copa para

aclamado elevador, todos los días un ataque de claustrofobia la atacaba y lo sabía disimular perfectamente, pero afortunadamente en el día de hoy la caja de metal se encontraba des

. Pe

rita Rowtter. sal

quebró un poco gracias a los nervios de

ana viajaremos a las vegas, tengo unos socios con los cuales hablar y

hora pa

n las vegas lo antes posible para org

nte con su cabeza.

ya preparando el avión, no quiero que se presenten lo

rporation. varios papeles llegaron a lo largo de toda la mañana lo cual todo indicaba que a cada minuto Alida debía ver a su intimidante jefe el cual era parecido aun tempano de hielo, organizo los últimos pap

no le gustaba ver a su jefe a los ojos porque sentía que p

vío el departamento de economía. — le tiende l

erando estos papeles.

más? —pregunta la

a no señor

tá b

ió al ver el vaivén de sus caderas, llevaba una coleta alta que lo hacía imaginar agarrándola mientras que l

almado gracias a sus pecaminosos pensamientos, pero era inevitable no sentirse atraído por una guapa chica como lo era Alida Rowtter, pero de algo estaba seguro y es que él no la m

su oficina, Christopher su me

so, sabía que no tenía amigos porque siempre la veía sola caminar por los pasillos y no estaba incluida en los chismes de oficina, por una parte, estaba

ó y se dirigió a la parada de autobús donde esperaría su medio de transporte, relámpagos comenzaron a iluminar el cielo oscuro, Alida maldijo por lo bajo al rebuscar en su bolso y n

ía a la perfección, era el auto del señor Morrison. La

al auto y este se coloca en marcha y como por arte d

as acomoda unos cuantos cabellos

me sirves que estés enferma. —suelta con brusquedad. Ella simplemente

Subway, desde allí podre t

mpo posible con ella en un espacio tan reducido como lo era el del auto.

be dónd

e había buscado información acerca de la ojiazul. — me gusta

z de revelar info

sabía cómo explicar, pero le había guastado. —pasare a buscarte y quiero verte lista cuando llegues, sabes que odio las demoras, empaca ro

or sus fuentes inhibitorias hicieron corto. — Arthur me comunico que lo más probable es que se prese

otos de la ciudad, claro qu

nta Alida con ceño fruncido gracias a la

día moriremos, pero mi

callar, después de todo este era su trabajo

a la ciudad, pero no podía mandar en lo que hacía o no su secretaria, por lo menos el edificio donde vivía era lindo y decente que el resto

— una débil sonrisa s

a ve y descansa que mañana

ñana señor

ñana señor

rió tratando de cubrirse de la lluvia y funciono un poco porque no t

os se amoldaban perfectamente a sus senos, gimió ligeramente cuando pellizco sus pezones, poco a poco sus manos fueron bajando hasta ubicarse en su intimidad, con suaves movimientos comenzó a darse placer imaginando que era su candente jefe. Una voz imaginaria con el mismo timbre de Gael le comenzó a decir que hacer para llegar lo más pronto posible al

áfico, una extraña sensación la invadió y tuvo la necesidad de tocarse y lo hizo, comenzó a conocer la anatomía de una mujer y cuáles eran sus puntos erógenos y en cuales causaba molestia. Tuvo una muy mala experiencia

rigió a su closet para sacar su maleta y la ropa que necesitaba

eciente en su bóxer, cada vez que cerraba sus ojos podía ver los de Alida vié

dice mientras que su mano s

e encanta verlas retorcerse de placer y de dolor a la vez, y es que sus gustos por el sexo son diferentes, el mundo del BDSM se volvió su medio para sentirse libre y poder d

boca, y es que esos zafiros que tiene por ojos son imposibles de olvidar y es que tienen ese toque de ternura que te cuestan creer que harían tal cosa como chupar una verga. El movimiento se vuelve aún más frenético cuando siente sus bolas ten

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