img La Puerta a Ezcae´z - Nunca Sabrás Cual es la Entrada y Cual es la Salida  /  Capítulo 9 Capitulo 9 - El Poder Del Laberinto | 81.82%
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Historia

Capítulo 9 Capitulo 9 - El Poder Del Laberinto

Palabras:7049    |    Actualizado en: 16/11/2021

uieta, si el tanto quería verme, me intriga cual fue ese

parecer en cualquier lado, son lecciones muy avanzadas que aun no comprendo, tomo menos

alón principal, sus ojos son las d

orgulloso, —baja la cabeza, lo que has hecho es una ofensa, no arruinaras todo lo que he logrado, tengo un plan y no lo vas a derrumbar por tus idioteces, —lo siento padre, pero te traje algo, para que ella venga, —no importa vendría de todos m

deje del otro lado de la puerta, sé que no podré volver a casa hasta no resolver esta situación y más haya no volvería aun así, Jack decidió

vos de rescate, no saben nada y temen lo peor, el bosque está repleto de agen

en los árboles, cruzan el rio llegan a donde apareció la puerta, pero solo es un camino vacío, siguen días

pregunto si están bien, ellos son importantes para mí, despierto mirando el sol recordando la vieja

pero me encuentro con la fe que estas personas han puesto en mí, con las pesadil

lveré a cruzarla, razón por la cual estoy nerviosa,

—que locura, grita aquel que se escondía de nosotros, —si entran jamás volverán, ese laberinto esconde muchos secretos, es peligroso de noche, nos sigu

ía, —Pues ella sí, entro, antes me pidió regresarla, dijo que tenía que hacerlo, que no la siguiera, que debía llevarla a salvo —no lo recuerdo, —no sé lo que hizo, espere durante años frente al muro y nunca volvió, aún sigo esperando, —quien era ella, porque quiso entrar, —su nombre es Suliba, ella era mi esposa, trataba de llegar al castillo, quería tanto como yo salvar a nuestros amigos, ella sabía cosas que los demás no, secretos de la reina, se fue, entro en la puerta y aún sigo esperando, se lo digo, no hay salida y aun que lograra entrar es imposible salvarlos, —debemos hacerlo, le digo, Jack me tomo del hombro y me dice, —vamos es momento,

a vida, sé que no cambiaran de opinión, pero deben esperar hasta mañana, yo iré con ustedes si me permiten, —no hija, no te dejare, —papá tengo que ayudarlos, es lo mejor mamá lo querría así, pasaran la noche con nosotros, nuestra casa está a dos minutos, partiremos temprano de regreso, se lo aseguro su alteza, es lo mej

alofriante rugido de las paredes lo hace aterrador, esa puerta que nunca se queda ta

en y lanzan espinas al momento de pasar, la oscuridad aparece como si en un instante se hubiera convertido el día en noche, de pronto una neblina húmeda no deja ver el camino, un hum

o de la manera correcta, se me ocurrió una idea y advierto a los demás, —creo que se cómo cruzar, cuando mencione su nombre, saltaran uno a la vez, si ocurre algo griten y el que este en el primer peldaño volverá, —Jack tu turno, se lanza, lo oigo caer, una parte de mi lado derecho se derrumba, —regresa, regresa, me quedo quieta unos segundo, el suelo tiembla, —muy bien, me digo tratando de analizarlo todo, —ahora Andy, nada pasa, todo silencio, —todos están bien, me responden con un sí, pienso por un instante en cada detalle con mucho cuidado, algo que me haga entenderlo, —Mel, me escuchas, son nueve, son nueve peldaños, —si lo sé, me detengo mirando las formas y me digo, —una para cada uno, —ya lo sé, grito, —puedo resolverlo solo es cuestión de adivinar cuál es de cada uno, —Andy, ves el siguiente peldaño que figura hay en él, —es como una águila Mel, bien no me equivocare, —su majestad, puede escucharme, —si te oigo, deben hacer lo que les diga, ira al primer peldaño, cruzara el segundo y se detendrá, Andy cuando el rey de la señal saltaras al segundo, así lo aran todos, no se adelanten, ni se muevan hasta

s, quien sigue, —hay un grifo, Jareth sigues tú, —listo, —sí, cruza y todos nos encontramos un peldaño antes del final, —bien escúchenme, Demian, vas a llegar al último sin detenerte, cruzaras al otro lado, cuando des la señal todos saltaremos, caemos uno por uno esquivando aquel abismos, abro la puerta saliendo a otro gran pasil

e los lados, —o por dios, — vamos, toma mi mano, me dice Jack, —sigamos, — donde están los demás, —venia tras de mí, dice Max, —no los veo, —vámonos, susurra Jack cuando del suelo crece un árbol gigantesco, que alarga sus raíces, haciendo tropezar, golpeado como látigos nuestra piel, el brazo de Max es alcanzado por uno igual que mi pierna, sangran, el veneno es sumamente doloroso pero no mortal, el ardor hace entumecer mis nudillos, no puedo levantarme, siento como recorren por mi pierna miles de cosquilleos insoportables, cuando por fin logro pon

iene del cuello, así puedo hablar aunque muy débil, giro mi mano hacia el árbol que aún me sostiene, con voz suave y apenas tenue digo varias palabras como si mi cabeza las ha memorizado, -Vhira, Kast, Rotna, Esnet, el árbol empieza a estallar,

oma uno por uno a todos excepto a mí, —quieres salvarlos, deberás hacer lo que yo te diga, su voz es escalofriante como las psicofonías de un fantasmas, —dime que hacer, respondo, —debes cruzar el pantano, sin usar tu magia, hay una llave, si logras cruzar y abrir la puerta, soltare a tus amigos, tienes una hora treinta minutos, si el tiempo se acaba ellos morirán, tú no podrás salir quedaras atrapada aquí serás mi prisionera, —sabes quién soy —si es por eso que eres valiosa, pero recuerda algo, este no es un pantano cualquier, frente a mí los números gigantes de un reloj aparecen, —tu t

vez hasta encajarlo por completo en la tierra, eso me hace avanzar un poco más rápido, quedan ya menos de treinta minutos, casi estoy por llegar, lucho hasta que no pude más, subo a la barandilla al final del pantano, ahora debo saber cómo encontrar la llave, no está por ningún lado, «piensa, piensa donde la pudo esconder, como será» sin rendirme hago hasta el más mínimo esfuerzo, intento hasta lo imposible, son los diez minutos más cortos de toda mi vida

muros superiores hacia nosotros, —cuidado, alerta Jareth, —agáchense, bajamos la cabeza contra el suelo, hincándonos en la yerba, puedo oír el tronido de cómo se estrellan los cristales de hielo sobre nosotros mientras avanzábamos por el corredor de aquel lugar, en uno de los lados hay ramas entrelazadas, —cuidado, se oyó la voz de una mujer, aquellas enredaderas pronto crecen como antes, se alargan, como queriendo tomarnos de los pies para enredarnos

la puerta, cuando la abro es en sí perturbador salgo de este lugar solo para presenciar otro momento desgarrador, no es calma al contrario de eso es una impresionante pena, todo afuera desmoronado, destruido, cubierto de hielo, personas, lugares, rincones congelados, escombros en todas parte si esto fue un pueblo hoy ya no lo parce, hay cadáveres en todas partes, —que paso aquí pregunta Andy abrumado, —una batalla que devasto a todos, Esmeralda creyó que podía protegerlos, mientras ella trataba de alejar a Leonard de su reino, le respondió el rey, —a pesar de ello se sacrificó por todos nosotros, —ella solo quería lo mejor para usted su alteza, yo vi como su mejor amiga la abandonaba, como se llevó a sus hijas y al príncipe Jack, sabía que, era imposible controlar la situación y que si algo malo les pasaba a us

as, como puedo decirles así cuando yo no pude hacer nada para salvar a esas personas, en mi puedo sentir aquella necesidad, les debo la vida su sacrificio al protegerme, necesito hacer algo para salvarlos a ellos, no puedo dejarlo todo como esta, estoy segura, sé que no me iré hasta verlos de nuevo, hasta encontrar a mi hermana, me ocultaron

, a su lado esta Mitna, esa mirada nunca la voy a olvidar, no puedo, esos ojos que por poco acababan con mi vida y la de Jack aquella noche, flot

ucear de cosas que no entiendes, —no vine por él, asi que suéltalo ahora o no tendré piedad, mi capacidad para manejar esta situación me parece algo incomoda, como soy lo suficientemente capaz para hacer esto, —crees que puedes venir aquí a insultarme, tú no tienes derecho, ahora yo soy el rey, dice mientras ríe, mira niña ingenua, tu madr

acia atrás para irme, Mitna grita, —es tu oportunidad padre, acabala, cierro los ojos unos segundos y de inmediato los abro, —es momento de que entiendas lo que gobernar significa, mi poder es tan grande que todos incluyéndote me obedecerán, todos serán mis súbditos, jamás ha existido alguien como yo, te mostrare mi verdadero s

hacer es defendernos, Jack lanza una de las espadas a Roger, Margarita se hace grande para ayudarnos, así ahuyenta varias de e

as creando hechizos —como saldremos de nuevo por el laberinto, dice Brenda —no se algo se nos ocurrirá, por ahora tenemos que llegar afuera, nos abrimos paso, corremos hacia afuera, el solo nos ve con una sonrisa en el rostro de satisfacción como si la ventaja le da algo de oportunidad a su ansiedad por destruirnos, es para él un juego divertido, intentamos de todo hasta lograr zafar las sombras, nos paramos en el patio, pensando cómo hacer para salir, como escapar, las sombras no nos siguen, cuál es ese motivo, me paro justo frente a la estatua de hielo de mi madre, la miro

—no tenemos tiempo, tenemos que averiguar cómo salir, exclama Jack —e

veré por ti mamá, de repente, un destello sale de mi hacia el cielo, como una bengala de auxilio se releja en sus

do mi madre, he roto el hechizo, no sé como pero lo hice, ahí está frente a mí, aun no puedo averiguar cómo obtuve ese poder, como logre hacerlo, despierta inclinándose hacia mí, sin fuerzas la tomo

que volverías, eso fue lo único que me pudo deci

tarla, la apoyo en mi hombro —rápido amor ayúdame hay que sacarla

pero es inútil, después solo repite, —váyanse, yo estaré bien, corran no tienen tiempo, llévense a Esmeralda, solo háganlo —amor corre ayúdalo, ve —no su alteza

nte unos segundos, aprieta los puños, golpeando una estructura de roca a su lado, sé que se niega a entender cuál fue la razón de no actuar a tiempo como si se culpara, lo que ha pasado lo dejo un poco desconcertado, su padre es lo único bueno en su vida después de tanto tiempo, en un segundo Leonard

ectamente, yo estoy de espaldas intentando levantar a mi madre de nuevo para salir de ahí, crea con sus manos un arco de luz, una flecha negra resplandeciente con llamas de fuego verde, como en cámara lenta pued

teo al oír mi nombre, solo veo su cuerpo caer lentamente golpeando fuerte el concreto, mirándome con una sonrisa, en ese momento dejo salir todo de mí, se escucha un grito de ahogado que es lo único que me queda, al verlo ahí tendido en el suelo, puedo comenzar a llorar, —Jack, pronuncian mis labios, —Ja

miran a lo largo sin ver más que una escena desagradable, una que nunca quiso ver, su mejor amigo está herido, posiblemente ni siquiera sobrevivirá, llega a él y se arrodilla frente a su cuerpo, que yo sostengo mientras pronuncio repetidamente, Jareth también llega muy rápido mencionando —Jack, vas estar bien, no te preocupes hermanito te sacaremos d

avor has algo, estoy asustada, descontrolada, no tengo claros los pensamientos, todo me da vueltas, —no bromees conmigo Jack, por favor, —Mel mi amor, apenas puedo oír su voz, —escúchame, tienes que salir de aquí, Roger, Jareth llévensela, —estás loco, no me iré sin ti, se fuerte te pondrás bien me oyes estarás bien, solo resiste —no escúchame tu a mí, tienes que ser fuerte, me sostiene la mejilla, voltea hacia mí, me mira tiernamente como siempre, —lo que viene no será fácil, solo puedo decir que te amo, no lo olvides, me volteo un instante sin poder resistir y comienzo a llorar, —mírame, mírame me dice una y otra vez, por favor Melany mírame, yo te amo Melany pero ahora tienes que irte, lo siento pero fue todo lo que pude hacer para protegerte, no debes llorar, me seca las lágrimas con sus dedos, tocando mi mejilla suavemente —solo escúchame, solo un momento, —amor no puedes morir, yo sé que vas a estar bien yo lo sé, amor resiste, —Roger tengo que pedirte un favor, —lo

mirado, tan profundos, puedo navegar en ellos y sentir sus recuerdo

n vida, que abra los ojos que vuelva, me inclino sobre su pech

clinándose al pecho de Andy, —lo sé, le dice, sus ojos también derraman un par de lágrimas, cuando la conmoción pasa se acercan a mí, —vamos Mel, —suéltame, digo furiosa, —no me toques, —no podemos quedarnos —yo no voy a irme sin él, no voy a dejarlo aquí, —no tenemos tiempo, —déjenme, no me toquen, sigo diciendo, desprendo de mi cuello el collar de flor, el que me regalo cuando prometió volver a mí, lo pongo sobre

isa de gozo, lo dude, un segundo dude si podía controlarme, me zafo a la fuerza y regreso unos cuantos pasos frente a la ventana del castillo, —porque no peleas, grito al verlo irse, —mírame cobarde, acaso no tienes el valor de mirarme, porque no me enfrentas de una

o dejarlo, se ve tan quieto, tan en paz, no me quiero ir, no puedo alejarme, soy una inconsciente silueta transparente en medio del bosque obscuro, nada me ara cambiar, nada me puede sacar de la cabeza la sonrisa en su último minuto de vida, la mirada perpleja, titubeo por

se fue, en el vacío enorme que sentí al dejarme, hay dolor mucho dolor en mi pecho, rabia, sentimientos encontrados, estoy segura de algo, nada me lo devolverá, corro junto a ellos pero no soy yo, solo un cuerpo vacío sin alma, mis pies siguen el curso de los demás, estoy viva y muerta al mismo tiempo, mientras tanto solo voy en dirección a un lugar, pero qué más puedo hacer si no huir, eso pensaron todos y tienen razón,

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