CLARIDAD EN EL PUERTO

D EN EL

era de

o Wald

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ítu

s, mismos que fueron cruelmente sofocados. Dichas revueltas fueron provocadas por las injusticias y la explotación de las que muchos campesinos habían

ado con la vida de algunos hombres y mujeres, dej

s niños habían crecido juntos, y les había tocado también padecer las injusticias del gobierno, y de una alta sociedad para la cual no existían. "La pelusa" estaba conformada por

transeúntes se les dio casi por derecho natural. Uno de los negocios que esta banda azotaba, era la tiend

n algunas manzanas de su último atraco, sent

e sus raíces españolas, mientras el rest

del viejo continente. Un fuerte silbido de la nave anunció su arribo. El grup

s así vienen de Francia — co

ló de los cabellos

hablas al mald

que me quería regalar estos zapato

os separaron a Gilb

Gil! — gri

este enano mugroso! —

Federico el mayor de todos

stado se quitó los zapa

ner unos zapatos a los que no se les me

Anastasio? —

é en el c

aceptar nada que te regale Atilano. Nada bueno puede venir

s en forma de cruz —. ¡Se los juro much

r tus zapatos

n provecho quería sacar del p

l pueblo, todo terminaba en pelea. Y es que él siempre culpaba a la Pelusa de robarle mercancía a su padre, aunque

Federico —. No quiero que vuelva

ngustiada —. Quizás eso es lo que qui

ugio —, no debe

lo mismo nadie se acerque a la tien

con Atilano, por lo que ella se apresuró a hacerlo primero. Así

la niña entrar, para luego mirar de reojo a un cliente —. E

uedo ver a

preguntó Mercedes acercándose a Clara al nota

hablar

o dibujando una malévola sonrisa en s

Anastasio... Y no queremos que se nos acerque... Si

oy temprano del colegio... Por qué

ero

iré a asomarme a la calle a

del negocio. Mientras, el viejo Mercedes se apresuró a ir a

resentimiento y quiso salir del lu

mosura? — dijo suj

¡Los otros están a fuera...!

a nadie... O te dejaron sola

iña dando un grito par

Eres muy hermosa. ¿N

ía más asusta

mujercita que eres, voy a meter a la cárcel

stada empujó al viej

ora veo por qué no te le caes de la boca al sonso de mi hijo.

jeme

as lo que te propongo voy a m

en los ojos, dejó de gritar. Sabía que el

ela entrando por la puerta tras

¿Qué es lo

Atilano! ¡Esto es

¡No se le ace

rden! ¡Lárgate de aqu

iedo, pero salió de la tienda apretando los pu

speranzas. Entonces el viejo Mercedes acarició el rostro de la niña

n los vidrios de la tienda

la Pelusa apedreando su negocio. — ¡Pos si esos cabrones de tus amigos quieren acabar co

golpeó al viejo con un madero, dejándolo por un ins

uró vengarse de la Pelusa. No iba a a

en el pu

ta Clara! — dijo

ría proteger! — di

quiero pensar en lo que hubiera

óname F

orden ¿por qu

la cárcel o a lo mejo

Clara —. A mí que me mate el viejo gordo ese, pe

centro del pueblo. Después de aquel incidente, se volvió devota y oraba p

iglesia se topó con u

la Cl

ó en todas direcciones, pensando q

no fui al colegio.

s lo que

ar con

ue hablar contigo —

oy tan ma

ior... Viste lo que él iba

Yo

que me busques... Yo creí que tú e

irar justo en el momento en que un fotógrafo disparó

animado. Él no pudo decirle que fue él mismo quien avisó a Federi

los zapatos a Anastasio, para que el niño le plat