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Historia

Capítulo 4 Boss3

Palabras:2026    |    Actualizado en: 25/01/2022

parado a saludar a mi primo, mientras yo aún estaba retenida en mi silla, viendo como Darius apretaba la mand

s contró

para que yo pudiera salirme del agarre de mi hombre dominante y pudiera ir hasta mi primo, que a pesa

primo, se había salido del abrazo colectivo y me esperaba con

etó por el culo, dándome la vuelta en el sitio para que quedara d

más que nosotros supiéramos lo que decía— no te meto la lengua en la boca porque eres mi pr

ombro, empujó a mi primo y salió conmigo encima por toda la casa, ha

o me manoseara así, y como él y este otro hombre que me presionaba ahora contra los azulejos de la parte media de la piscina era

nía y que nunca tendría y subiendo mi vestido estropeado por la maldita piscina a la q

se paseaban por mi sexo de extremo a extremo

realidad él era quiene enloquecía a mí. Cada gesto duro, cada palabra exigente, cada movimiento a

estido con su otra mano, liberando mi pecho y mordiendo mi pezón con rabia — todo lo que Henry puede hacer conmigo — me aventuré a decir para provocarl

la y me apretaba la mandíbula sin llegar a lastimarme — tú eres mía y dormirás

, como

uien lo provocaba a veces para conseguir ponerlo al límite y que de

cluso había creado un mecanismo para decirme que me amaba sin hacerlo de forma literal, pero resulta que eso s

anga para que me recibas — es qu

nte lo que debíamos estar haciendo pero los demás, no venían porque nunca intervenían en las

a estaba libre y nadando en el agua. El gruñó. Yo gemí y me mordí los labios cuando lo cargué entre mis dedos y lo acaricié, vena

uctora y lo apreté un poco más

n el borde de la piscina y cuando cerró los ojos, acercándose a mis labios creyendo que lo besaría,

fuerza que tenía, me colocó delante de él, y así, apoyada en el bordillo cómo estab

dos nos desbocamos en la forma de respirar y nos tomamos

acia adelante para comenzar a embestirme lentamente — soy yo amando lo q

sa, pues él sabía que sus costumbres domin

con sus dedos mis protuberancias, trataban de educa

itos años tratando de que yo fuera s

oder dejar de intentar educarme en un mundo al que nunca pertenece

te a ser

lo seré Darius, má

pirar en mi cuello, cuando sonrió guiando mi vientr

otro lado, me pedía hasta el cansancio que fuera suya, porque era su manera de hacerme saber que seguía en su postura de domina

sabía que así era, pero que nunca sería suy

dientes que me abrasaban la piel con su calor, y su boca reclamando la mía desde atrás, era algo que no

más que él y su formidable manera de follarme, haciendo que todo

pero, él me hacía sentir así, cuando ya no l

palabras me hicieron darme cuenta, de que Henry v

ina, lo miré con mala cara, porque el sabía lo que estábamos haciendo allí dentro mi domina

nsciente de que estaba follando con él, y sentir que me clavaba la polla hasta el fon

pegándose detrás de mí al muro y con una mano apretando mi pech

casa de la playa este fin de semana,

arius y mi familia en l

que hacer aquí —una estocada pro

do con Rebecca, dile a tu padre que

nry, que se ganaría un buen escándalo mío

lo que es — respondió

Henry po

que estaba más que feliz de lo que había provocado. Él siempre ha querido que Darius se rinda y que yo tenga una relación con él, pero m

expone de manera física todavía, pero Lindsay y yo, sabemos que es

étame — exigía en mi oído, mordiendo mi cuel

mo un código que teníamos. Él sabía cuando estaba a punto, no necesitaba d

a él, le parecía insuficiente y

lidiando con los deseo

voz alta y me giré hacia él cuando salió de m

pués de mí, dijo sentandose a mi lado, tomando una mano mía para bes

ete a s

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