Al sentir una fría mirada, Ayla se giró y se encontró con los ojos penetrantes de Brian. Mientras tanto, Anna estaba esperando apreciar un buen espectáculo.
"Lala, ¿sucede algo?", preguntó Toby al ver que la chica estaba aturdida. Luego la tomó de la mano e interrogó nuevamente: "¿Tienes frío? ¿Por qué tus manos están tan frías? ¿Te sientes bien?".
"Ah, sí, estoy bien", dijo Ayla, forzando una sonrisa mientras apartaba su mano. En ese instante, ella supo que el malentendido se hacía cada vez más grande.
Pero pensándolo bien, estaba segura de que podía afrontarlo.
"Comamos. Si no es suficiente, puedo pedir más para ti", dijo Toby, acariciándole el cabello con dulzura. A sus ojos, ella seguía siendo igual que antes, una niña que no había crecido.
Había planificado volver para celebrar su cumpleaños número dieciocho, pero ya era muy tarde, y no lo había logrado. Sin embargo, supuso que ella no celebraría su cumpleaños sola, así que le parecía bueno que pudiera compensarlo ahora.
"Está bien así, gracias, Toby", contestó la chica. Después bebió el jugo de naranja que tenía frente a ella y se comió el delicado postre, pero se sentía intranquila.
"Señor Clark, ¿por qué deseas que una mujer así sea tu esposa?", preguntó Anna. De hecho, no entendía por qué Brian se había casado con la hija de la familia Woodsen, si él solo quería vengarse de Clayton. Una mujer tan frívola, no era la adecuada para él en lo absoluto.
Si él lo deseaba, todas las mujeres querían ser la esposa de Brian. No obstante, ¿por qué solo quería casarse con esta mujer, Arlene?
Brian removió el café frente a él, y respondió: "Bueno, lo sabía desde hace mucho tiempo".
¿Qué clase de hija tendría un hombre como Clayton? Él decidió contraer matrimonio con esta mujer, para estar unido de por vida a ella, debido al odio en su corazón.
"Señor Clark, de verdad no entiendo por qué la elegiste. Es cierto que es hermosa y está en buena forma, pero hasta donde yo sé, tú no valoras a una mujer por su apariencia". Expresó Anna mirando al hombre frente a ella. Era fuerte y atractivo y bajo esa apariencia fría, había un corazón sorprendente.
Ella no lo entendía, y los demás tampoco. Quizás, nadie en su vida podría entenderlo.
"Anna, tú me conoces bien", dijo Brian. Era verdad que no era un hombre que solo se fijara en la apariencia; en realidad, él ni siquiera sabía cómo era Arlene cuando decidió casarse con ella. Después de eso, él simplemente observó una foto que le había enviado Clayton.
Lo que desconocía Brian era que la foto que le envió el hombre no era de su hija biológica, Arlene, sino, de su hija adoptiva, Ayla.
"Yo espero ser la única mujer que pueda comprender tu corazón", dijo Anna, dibujando una sonrisa en su rostro. No importaba qué tipo de mujer estuviera a su alrededor, ella era la única que podía acompañarlo.
Brian no emitió palabra alguna. Simplemente, tomó la taza y bebió el café lentamente. Después, se giró y observó a su esposa con frialdad. "¡Vámonos de aquí!", le dijo a Anna.
Esa mujer era tan desvergonzada que no le importaba estar con otro hombre frente a él. Al pensarlo, él creía que había sido muy complaciente con ella.
El corazón de Ayla se aceleró cuando notó la mirada de su esposo cuando se fue. Pero al ver a Toby frente a ella, no pudo evitar sentirse culpable e impotente.
"Lala, ¿ahora vives en la escuela? Yo puedo ayudarte a encontrar otro sitio para vivir, ¿te parece?". A Toby le daba miedo que ella estuviera siendo intimidada en la escuela. Sabía que nunca la habían tratado bien en la familia Woodsen. Teóricamente, Ayla era la segunda hija de la familia, pero en realidad, la trataban como una sirvienta.
La chica negó con la cabeza, contestándole: "No, tranquilo, yo...". Ella ni siquiera tenía una libertad básica en ese momento, por ende, era imposible mudarse.
"¿Qué sucede? ¿Aún sigues viviendo en la casa de la familia Woodsen? ¿Clayton te prohibió vivir fuera de ahí?", interrogó Toby. Él sabía que Ayla obedecía a Clayton, y también era consciente de que la chica no tenía derecho a rechazar alguna petición de ese hombre, sin importar de lo que se tratara.
"No, ahora estoy viviendo en la casa de un compañero de estudio. A cambio, le ayudo y le enseño todas las noches". Respondió Ayla, le había mentido deliberadamente. No podía contarle que Clayton la había vendido, y mucho menos que Brian había limitado su libertad.
"¿Es decir aún sigues ayudando como tutora a domicilio?", agregó Toby. A él no le parecía extraño su respuesta, puesto que sabía que ella siempre había tenido un trabajo de medio tiempo.
"¡Sí!", dijo Ayla con sentimiento de culpa. Pretendía ocultarle lo que estaba pasando durante todo el tiempo que fuera necesario. Ella no quería que él la despreciara; en cambio, quería ser recordaba con dignidad en el corazón de Toby.
Sentía culpa por mentirle, pero, ¿qué otra cosa podía hacer? Si Toby hubiese vuelto antes, posiblemente no se enfrentaría a esa situación en ese momento.
"Lala, ya no hagas trabajos a tiempo parcial. Me voy a asegurar de que lleves una buena vida", le prometió Toby, ya que ahora era capaz de darle una vida próspera para que ella no necesitara depender de los demás.
"Toby, por ahora estoy bien", espetó ella. Ayla no quería poner a Toby en una posición difícil, tampoco quería destruir sus logros.
El chico la tomó de la mano y le dijo: "No tienes que mentirme. Mira qué delgada estás. Mañana mismo te encontraré una casa. Puedes dejar su trabajo y mudarte, y no tienes por qué trabajar parcialmente en el futuro. Lo único que necesitas hacer es estudiar bastante. No te preocupes por más nada. Yo estaré contigo y todo irá bien". Él no quería que ella sufriera más. Desde su infancia hasta ahora, había visto sufrir mucho a esa chica. La amaba, y sentía dolor por todo lo que ella había pasado. Ayla era la única mujer en la vida con la que quería casarse.