Brian estaba de pie frente a la enorme ventana con una mezcla de sentimientos. Dentro de la habitación todo estaba a oscuras, excepto por la chispa intermitente de su cigarrillo.
Cualquiera que viera su rostro sombrío, no querría acercarse a él en ese momento.
No cabían dudas de que esa mujer era capaz de afectar realmente su estado de ánimo. ¿Pero cómo era posible que precisamente ella, pudiese influenciar en lo que sentía su corazón?
Él se había enojado tanto cuando la vio con otro hombre en aquella cafetería. Al notar que era capaz de sostener su mano y tocar su cabello sin escrúpulo alguno, se sentía aún más furioso. Lo peor era que ella no se negó a nada de eso, todo lo contrario, lo aceptó con una sonrisa en su rostro.
Su celular sonó repentinamente, sacándolo de sus pensamientos. Con calma, miró el número en la pantalla, y preguntó: "Juan, ¿cómo va todo hasta ahora? ¿Has podido descubrir algo? Dime".
"Señor Clark, el nombre del chico es Toby, es el vicepresidente del Grupo Smith", respondió Juan del otro lado del teléfono, sin entender por qué Brian quería investigar a ese hombre, ya que no tenía ningún tipo de relación de negocios con esa empresa.
"¿Toby? ¿El subdirector ejecutivo del Grupo Smith?, ¿eso dijiste?", interrogó Brian. Su mirada pasó a ser más y más fría a medida que avanzaba la conversación. 'Toby, ¿así que ese hombre era Toby? Entonces, ¿es a él a quien tanto extraña?', pensó.
"Así es, se unió al Grupo Smith hace tres años. Está comprometido con Molly, la amada hija del dueño de esa empresa, desde hace un año. Y fue ascendido al cargo de subdirector ejecutivo hace solo un mes. Además, Toby también es cercano a la familia Woodsen", continuó Juan. Aunque con su poder, no tenía problemas en conseguir una información mucho más detallada, se limitó a dar una descripción general.
Quizás lo que Brian quería saber fuera la relación entre Toby y la familia Woodsen.
Brian simplemente se mantuvo en silencio. Resultó ser que ambos crecieron juntos y así fue cómo se enamoraron uno del otro. Sin embargo, Toby estaba comprometido con la hija de familia Smith. Aun así, se había visto con Arlene. Al parecer, ya no quería seguir perteneciendo al Grupo Smith.
"Señor Clark?, ¿sigue allí?", preguntó Juan al no escuchar más la voz del empresario.
"Envíame su información detallada a mi villa, mañana a primera hora", ordenó Brian, puesto que quería saber todo acerca de aquel hombre.
Ayla estaba de pie frente al espejo, observando todos los moratones que su esposo le había dejado; usaba un vestido de cuello alto y un abrigo para ocultar todo lo que podía.
Cuando Maria la vio, pudo notar lo demacrada que estaba la chica. En la mañana, al ver el desastre en el comedor, pudo adivinar lo que había sucedido la noche anterior.
Había cierta distancia entre la habitación de la criada y la casa principal, por la cual los sirvientes no podían pasar durante la noche después de un horario determinado, a no ser que les llamara el señor Clark.
"Señorita Woodsen, ¿se encuentra bien?", preguntó Maria, con mucha preocupación.
"Sí, estoy bien", respondió Ayla, mientras intentaba enderezarse. Necesitaba afrontar lo que le sucedía.
Maria se sintió realmente mal por ella al notar la expresión de cansancio en su rostro. "Señorita Woodsen, espere un momento, ya está casi listo el desayuno".
Brian, quien llevaba puesto una bata de pijama negra, bajó las escaleras, se quedó de pie en una esquina, y dijo con frialdad: "¡Arlene!".
Cuando la llamó por su nombre, Ayla seguí muy aturdida.
"¡Arlene!", gritó de nuevo el hombre, más alto todavía, y sonando mucho más enojado. Fue casi como un rugido lo que salió de él.
En ese momento, Ayla se volteó de inmediato. Al verlo, no pudo evitar asustarse de nuevo por lo que había sucedido la noche anterior. Ella solo apretó los labios y caminó hacia él.
"Señor Clark", dijo, con voz temblorosa. Ya había comprendido que no debía ofender al hombre que estaba frente a ella, y que tampoco debía dar explicaciones. El hecho de tener que explicar, significaba una gran excusa para él y, de todas maneras, ¡él no le creería!
"¿Sigues queriendo ver a ese hombre hoy? ¿No te bastó con lo de ayer?", interrogó Brian, mientras miraba la ropa pulcra de su esposa, y el cuello alto de su blusa, que intentaba cubrir las marcas que él le había dejado intencionalmente.
"No, no saldré hoy", respondió Ayla, sabiendo perfectamente que él no quería que ella saliera. Si él no le permitía salir, ella no saldría.
Al escucharla, Brian sonrió burlándose, y le dijo: "Hazme una taza de café".
"Sí, señor", respondió la chica, y se fue inmediatamente a la cocina a preparar el café para él. En realidad, ella no sabía de qué manera le gustaba, pero Maria seguramente se lo diría.
La chica colocó una taza de té frente a él, y se hizo a un lado, tal como una sirvienta, con miedo de que el hombre quedara insatisfecho.
"Arlene, ¿Clayton te ha llamado últimamente?", preguntó Brian, mirándola. ¿Acaso no se decía que Clayton amaba a su hija más que a nada? ¿Puede ser que estaba intentando escapar sin preocuparse por su hija?
El cuerpo de Ayla se tensó al instante, y respondió: "No, él no me ha llamado". En realidad, Clayton jamás la llamaría, ¡jamás!
"¿No lo ha hecho?", preguntó, de nuevo él, y continuó: "¿Me deja hacer lo que quiera contigo? Sin importar cómo has estado, ¿a él no le importaría? ¿Acaso era mentira que Clayton amaba muchísimo a su hija? Sin embargo, no olvides que fuiste vendida a mí. ¡Si no tienes mi permiso, nadie puede tocar tu cuerpo, ni obtener tu corazón! ¿Entendiste?".
Ayla tan solo apretó sus puños, incapaz de defenderse a sí misma.
"Si es que te atrevieras a salir de nuevo y encontrarte con otro hombre, ¿quién quieres que muera primero, Clayton? ¿O Toby?", amenazó Brian. El rostro de la chica palideció al escuchar esa última frase de su esposo.
'Lo sabe, conoció a Toby. ¿Se ocupara de que Toby pierda todo lo que ha podido ganar hasta ahora?', pensó.
Cuando Juan llegó con los documentos, vio que Ayla estaba de pie a un lado, con el rostro completamente pálido. Entonces le entregó los documentos a Brian, y le dijo: "Señor Clark, aquí tienen los documentos que quería".
Brian sacó de inmediato todos los materiales y, entre todo, salió una foto de Toby. "Este hombre tiene una prometida, ¿sabías eso?".
Sus palabras no fueron ni frías ni cálidas, sino como una bomba que hicieron que Ayla no pudiera seguir manteniéndose de pie.