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Historia

Capítulo 2 Mariana no merecía

Palabras:5654    |    Actualizado en: 21/02/2022

tierras y, al cabo de l

odos allí tendrían que enco

nuestro difunto jefe era

erencia de la hija

mostrando ser una persona m

r...

AR

razonar sobre lo que

taba asimilando todo

ojó a la cara como si

suponía que deb

el idiota me hubiera e

ocó la pérdida del maldi

ofunda mientras me frotab

conmigo misma y con to

. De repente, miré a m

a imposible no recordar

que conocí a Mel

derritiera con los recu

qui

mis quejas, de hech

perra que tratar de

signifcó

a en que se me humedeci

abajo, para limpiar los re

e separaba el potrero

ercándose, con un Samuel m

vola

al vehículo, restrin

do a f

ñora ahora?" —se que

siquiera dignarse a baj

vola

ante sus burlas y me ace

a puerta, noté la confus

av

ñalé con un dedo. Lueg

que esa era la única f

la forma en

ír, pareciend

es realme

, maldita sea!" exc

ado a escucharte?" Respon

scuras lo hacían lucir tan sex

que defnían su

ara él, parpadeando pa

sito de educación sol

Resopló, pero déjame

nda, preparándome. - Me di

me miró con incredulid

a palabra correcta

- concluyó para

ió la la

e r

r ahí…" comenté,

luciendo más ligero

tí más

nuestra compañía

quieres quedarte aquí?" -

rada de la fnca. “Está

v

onesto. "Es lo mínim

ord

da, solo asi

hacia el cent

utos mirando el paisaj

hé la pregun

extrañas la tra

hacia él, notan

ves puedas escuchar e

muchos”, agregó sonr

tes eran todos rectos y

so con su vanidad. - N

l dinero del mundo

ión de costumbre

hace muchos años, así q

e todavía te gust

[

Un buen sor

ible conten

scuchado esas expres

ndome de su forma de

, mirándome intensa

y la ca

uiera tengo tiempo para

ías están tan llenos q

pir

da es esta? preguntó,

la felicid

ceño, hacien

ar persiguiendo mis su

o. “¿Por qué

taba mal", dijo. "Ac

ncogió de hombros. — Livin

ir respirando todo ese aire co

be

plicar, pero mi intenc

sado por

lamó Samuel, forzando s

, se

té mientras lo veía s

que esa vieja la

uí —siseó—. “

que todo lo que podía hac

, abrí la puerta y sal

desierto, que solo estaba cubie

lar de mi bolsillo,

mal

apucha levantada, j

vieja lata me dio

ba a él. Puse mis manos

es el mejor lugar del mun

Dudo que alguien se

l bosque

quejarte?" Se quejó,

Su piel quedó manchad

ud

vantando mis manos como s

y volví a entrar en el

a atrás, oj

volví a bajar, cerrando

ansado d

que no vas a arre

r a la granja a pie”, argume

o viajar a São Paulo

erdido

scamente, abriendo mucho los

dis

ón?" Me crucé de brazo

puesto a

los ojos p

elto a conver

nté mi

eso lo que e

do, pero igno

nga este cable aquí p

o quieres sa

puesto que

ciarte las delicadas manos

deja de

puñetazo a tu cara bonita po

sin embargo, con

ió y luego me alejé

aliento por un segundo, sintiend

existent

que me estaba mordiendo e

necesitaba agregar más

s que er

a de mi mirada codiciosa,

e de la

a manija, sin embargo

o, muy mal, y un líquid

o

Gr

o! ¡No creo

os, con los ojos cerrados,

ra ta

a puerta del camión, av

li

ó acercándose. “

Qu

mpiando mi cara con una

do. Eso es todo”, explicó.

ntré a Samuel a solo u

e solo tuve que inc

sus rasgos, aprovech

erto, característic

r, pero me quedé en sile

a su pecho defnido.

que brillaba co

aquí arriba, Marian

e de mi d

illas enr

aldi

a propósito", acusé, de

diaba el hecho de dej

fruncir

qué yo h

de brazos, descarad

[

sí que puedo

rró de inmediato y m

mis ojos, sorprendi

duro para haberlo

untó su dedo índi

con la cabeza. — ¡Argh! ru

ante que h

re sus talones y se fue,

sm

intiendo mi corazó

a la fnca, ya eran co

que era mejor que si

que estaría más cerca

iendo en cuenta que no est

ch

Samuel consiguió u

que afrmó que iría tras

ue se quedó atas

h se tapó la boca,

osa y despeinada. - ¿Qué

que fue atropell

a junto a ella. Cada uno

h, casi allí. Empecé

elajante y una buena n

s del día. Sobre todo, de to

atado peón q

AM

noche cuando crucé

Por suerte, había encon

señor João, ya que v

fue una pieza que fue

João me aconsejó que h

haría todo lo posibl

entrada de la mansió

r con bolsa en mano. A

ridad se apoderó del lug

r una cierta luz a través

os a una de las ventanas d

ence

ía ser donde dormía M

eintidós, podría

oy haciendo? Me q

a cabeza ne

ía la bolsa de alimento e

el lugar, y lo dejé en una

an tranquilos, y sin hacer

trás de la casa grande. n

y, peor aún, todavía tenía

ando traté de arreg

ía trabajo quitar la

la puerta, yendo a mi habi

junto en el rincón al lado

toalla y salí de la habi

baño de

rminé de lavarme, tard

ho la limpieza y, al se

í la puerta, regresando al do

ado de las otras plántulas su

Al llegar a uno de los p

quité la toalla, desnudán

cuché un grito agudo y a

abierta, como era cost

esa dirección y no pud

persona co

a ahí? grité, preocup

os hasta sostener esa f

sos y girarse hacia mí, l

, como sucedió en la ma

que no quería senti

it

rada y los latidos de mi cor

bios, incrédula de tener

esta hora, señora?"

mi pecho por un ti

rdiendo el control de

o estaba en su compañía. D

os en el camino sin ayuda,

re nosotros dos. Nada

rar la manera de mantenerse

n mi cabeza, di un

, observándola tragar sal

ome con los ojos, midi

oy esperando que me diga

irada en la mía, parpad

s pensando, peón", se defend

rla acusad

e mordí el l

amente lo que pens

stía un conjunto de s

jado. En tu cara, a di

en las mañanas que v

nada en su piel, most

es en sus mej

ó de hombros y c

ido del camión cu

ue decidí venir aquí”, menc

j

lguna señal de que habí

ra! Dije en tono de regaño

La coloraci

sus me

error. Lo siento —me pr

los labios, mirándome. S

ise… um… invadi

min

asqué

n", la

spués de llegar a la

da y mañana tengo que

a la escuché hablar por

tá abandonando nuestro ac

ilidad, le

a romper el trato, solo n

a los dos días

iciendo la ve

e una pierna a la

u

mpre dudas de m

ueña perdió su verdader

eté, y ella se quedó pen

ejar escapar u

señora. Yo también

eriendo poner fn al asu

es acompañarme... —Hice

atmósfera extraña entre nosotro

do en

ue quieres mi compañí

a qué cocinar”, br

rá mejor que me vaya, s

broma, y ​se ri

, peón insolente?" - El

e un po

na. Es pequeño y s

o ponerme una camisa y

intió, siguiendo por donde l

cua

s genial, pero esto… ¡

nrió un poco

tí así frente a una

rente y tenía que admitir q

o conf

eso de la dueña, ya que

c —dije, y ella se rió,

os l

e no sabes sobre mí, p

prendí

cio por un rato hasta q

en arroz, frijoles, carne

o Mariana se lo comió com

e dio la esperanza de

un gran vaso de ag

l jugo de maracuyá que a

arme, ella tomó la dela

ta

ratando de detenerla

a cargo desde aquí", dijo,

ces, señora, eso lo pue

o la mesa. Me a

edo hacer por invitar

e reí a carcajadas

ñora", supliqué, bajando

estaba haciendo, volviéndose

del

e estoy haciendo esto,

que lo pronunció fue u

oi

tivamente no en

charla decir mi no

factor

dándome cuenta de que m

é por terminar nu

o lo creo. En fn,

rtunidad de concluir, Mariana

sa divertida, sabiendo muy

eguiría nada

e de mí, así que tendr

o, lo prometo", tartamud

ado pa

espués, Mariana terminó

a es bastante tarde, pero

traigo de esta manera, sin prác

ún asunto urgente que

tengo que lidiar constantemen

ajetreada y muy difí

es pesado, pero de todos

eso tenemos un buen desc

lo tiene, yo no, porque pr

s —señalé—. "Tien

labios co

que te gusta a

ije, aunque sabía q

gun

empre decía que la muj

estuve en desacuerdo —confesó,

ación, ya que yo n

diaste tanto que pensa

rió a carcajadas. Era in

as un ogro arrogante y

mi padre. Por el poco t

presión equivocada de

ar que este acuerdo

e concepto erróneo de l

se contrajeran en un

eso, señora", le

que me vaya entonces," anu

mío, tardando más d

s de mi cuerpo. Al mismo

illo de mis pantalones de

esitaba ponerm

tad de estas tierras a

era como un hermano

la dueña de todo allí, ademá

ía, siempre sería un s

os dos días siguientes

ga

estaba empezando a sentirm

tado por la falta de u

atención en ella cu

na noche y hasta lueg

vemos —dije, y ella se

ará má

uerta, eché llave, yendo

y cerré los ojos, sin

o dentro de mí, inc

rno! Mald

CAPÍT

ARI

ue tendrás que quedarte allí

se abría paso a través del es

c

almuerzo y yo acabab

e una

Samuel me obligó. Ro

"Él piensa que duran

ión sobre la ve

rió, sacudien

no te conoce", se burl

imaginarte ordeñan

fui yo qu

es un hombre realm

mposible evitar que

ros momentos, por cier

ami

Parpadeé ante la voz de V

anos en las caderas. Lo

o sonrojado", observó,

se lo has

ensifcó ante su irr

vergonzado. '¿Te has vu

adero, necesitaba un vaso

ón de que me estaba obliga

agua a la boca, que

zó de brazos y m

l amor van de

a la fuerte risa que m

vio

bromear, por favor?"

luché por ocultarlo. Neg

l fregadero — “Voy a dar

ente

supuesto,

squina, volví a

en el trozo de chocola

el baño, y

, pero su risa detuvo

ó mostrarle

Ponta Porã, mi ment

ortura que serían

São Paulo, arreglé

a empresa, asegurando que

os a seguir en contacto

el aeropuerto, tomé un t

an

tí ansiosa por volver

rque apenas podí

s extrañas reacciones, s

o mis rede

paró en un semáforo

ena que me puso pens

do frente a un estab

a mujer. Era una muj

stó cuando vi la for

é

dquirió un

por qué, aparté la mir

elular en mi bolso y me cr

te

ñorita?" preguntó el t

e porque notaste mi cam

pondí co

Si e

a la fnca, pag

los empleados de la gra

ez, considerando qu

n la puerta, esperándom

ie

—dijo, apretándome

é tu dul

uve fuera dos días,

tontería co

mente para poder

alguien, no soport

go, qu

o su mano, que e

Me tomó del brazo,

delgazado estos día

ble no reírs

astante rápido, lo que,

e intrigó fue el hecho de

visto a Samuel, lo qu

be haber sabido que yo re

mi regreso como si

aldi

ndo como un mo

levanté de la cama y agarr

era tarde en la noche.

abitación y dar un paseo afu

dormir por

al enorme porche, cerré

cielo estaba hermoso, ll

luna, perdido en pens

me encantaba dormir a la

En ese momento, nunca h

gen

no queriendo continu

che y comencé a caminar p

l aire gélido abr

a mis piernas me

avilló. Pensé en volver

me motivaron a seguir

eño, igu

celeré mis pasos. Sin emb

frenar en el lugar

por qué, me acerqué a

a simplemente darse l

n la misma mujer qu

con él abrazándola y r

ó en s

a, en agonía por seguir

ener el grito de frustració

gan

tan enojado? Porqu

algo en mi pe

aldi

aba volv

e allí lo más rápido posi

ezando con un tocón de ma

aca m

Gr

sí misma en el suelo cu

biertos po

proximó. - ¿Qué paso

qu

ado, preocupado porqu

i

rganta, nerviosa y avergo

nía calor y sueño, así

a refre

empieza a hinchar el to

nchada al hombro de Sa

era hermoso. Pelo rizad

que la d

urmuré, queriendo

ía hecho era sufciente, au

, pero no pude. El d

u peso sobre ese pie

su atención a su com

a Mariana a la casa gr

ó. Luego ella sostuvo s

b

dían ningún movimien

To

ra levantarme con l

ñó, luciendo molesto porqu

endac

do, comencé a al

ecesito ayuda,” gruñí,

chica. Mi boca se tor

lestar la no

n el camino", dijo. "S

ue no empeore el

! ¡No necesito tu m

ndo la humedad de las lá

j

do? Me agarró del brazo,

rme en

rostros s

' le espeté, levanta

lo

me agarró por la cintura

o fuera u

e, peón insolente!

us b

eguemos a la casa

sintiendo mi peso, ya que me

un

echo a hacer est

. ¡A

ando mi amenaza

o te daré una palm

í mis

atrevería

r cuando sentí el impacto

dome g

ejé, golpeándol

mis agresiones le es

qui

ás? insinuó c

una mezcla de revuelta,

ur, tomando mi sil

esta que

durante los sig

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