nic
espués:
sario para mi exilio a un lado y observo mi nuevo pasaporte a la libertad. Es un piso casi vacío, el cual tiene sólo lo esencial; una cama
ecesario, está estratégicamente ubicado cerca del área céntrica de la ciudad la cua
que puedan compensarlo. Extraño a mi familia, a mis amigos y ahora mi única conexión que tengo con mi
ando tales declaraciones, llorando y haciendo un drama digno de una actuación de Oscar, para que después los paparazzi me persiguieran por todas partes buscando alguna decla
arme un momento de absolutamente todo. La vida
.
anto de la cama, acomodo mi camiseta color azul, peino mi cabello desordenado con mis dedos, busco mi cartera sobre la mesita de n
o. Camino por las calles de esta ciudad que se ha convertido en mi nueva cómplice, a comparación de La Vella, este lugar
entró y ordenó algo rápido del menú. Regreso a mi piso con algo de comida y unas cuantas cervez
comodo en una de las sillas que ya venía con el mobiliario de este lugar y aprecio no tan solo la vista del mar, si no también ese rel
la cubre por completo. Al parecer no soy el único que quiere pasar desapercibido. Lo veo alejándose de la orilla y desapareciendo en la oscuridad de la noche al igual que tantas otras per
cido dar por terminado mi placer culposo de comer por la madrugada y simplemente vuelvo a entrar