e a hear

er

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perdiendo su tiempo, cuando podría hacerlo perfectamente sola sin preocuparse por los demás. Tampoco es alguien a quien le guste hacer amigos, es muy sele

un par de chicas de camisa az

ada por el nuev

mocionada por eso? —levan

e gustan tanto como a nosotras. —dijeron la

lo hacen de manera malintencionada sino por pura ignorancia, pero, por favor, ¿en serio creen que, por su ascendencia y cultura, v

tarlos en chino cantonés y nadie se da cuenta, no lo habla a la perf

comentó Sara— No sirven para nada, ni siq

o siéntelos, parecen dinero sacado de Mono

acer? —pregun

testó— Los vamos a triturar y haremos pompones con ellos, s

billetes de colección. Hay gente que colecciona billetes viejos, tal vez terminen valiendo más así de lo que valen ahora. Sara siempr

na era impresionante lo mucho que podías comprarte con un billete de cien, y lo llena de vid

sar el rato, pero aún seguían esperando por est

ono, para ver si le habían escrit

nella estaba sentada en un sofá al lado d

otras tres juntas —contestó Sara, ella y Anton

on el vestido como un loco? Que ni lo sueñe

sesora de imagen que s

glaron? —pregu

de los dos se quiere realmente —Sara sabía que hasta los amigos de Ignacio lo veían así—, Sara sabía que Paula podía llegar a ser muy controladora con los demás, hasta el pu

y que todo el mundo los viera como una pareja que va a llegar a casarse y a tener hijos; Ignacio ha mejorado bastante su acti

ediato que Paula mentía, se tocaba el pelo c

tó Sara— La otra vez comentó que estaban a

o que te debería preocupar ahorita es lo de los condon

cial. —dijo Antonella, abriendo su bocota, como

si lo hago con Gabriel?

con varios muchachos, y eso está bien, es decir, no las juzgaba en lo absoluto, pero no comprendía cuál era su interés con que ella saliera con

buena reputación en cuanto a estar con las chicas, es por eso que cada segundo que pasaba, Sara comenzaba a reconsiderar

el de una buena vez, Sara. —dijo Paula— Ya estas c

sé ¿Y si me hace

dó los ojos, fastidiada– Tú solo

te lo meta sin condón. —agregó Antonella

eso due

vieras al

el corazón le dio un brinco, eso

e. —la reprendió P

ende

—respondió, sin más— Ya va déja

a esa fiesta, lo que le habían dicho había terminado de asustarla por completo, ya no tenía ganas de nada, excepto por s

os afuera, salgan. —es

a muy tarde— Ya llegaron por nosotras, ya

por alguna razón ya habían visto, por lo menos, un video pornográfico en su vida, y a Sara rea

n que los estaba escuchando, eran de un año mayor que el de ella— Es como si estuvie

os videos, y quedó un 30 % sorprendida, y un 70 % espantada. Pero esa idea nunca se le había ido totalmente de

dón

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No me vayan a vomitar el auto, estoy ya en la cuerda floja con l

hablas de este

la soportaba— No te va a terminar dej

cariño a sus carros. —Paula se volteó a ver a sus amigas algo molesta, Sara no ent

da. —comento Antonella, Sara sonrió

o que no le incumbe— Pero es que, como en ninguna de esas fotos sale

a de estos vas a sentir lo

e esper

— Si son fastidiosos, ¿pueden llevarse bien

gnacio tiene sus momentos de no soportar a Paula, porque c

de vomito ni condones usad

sa, pero después pensó que fue sonó algo forzada. Sentía que la estaban empujando hacia