e gustaba, no me gustaba nada. De pronto sentía que no tenía nada y me llenaba una sensación de insatisfacción muy desagradable. Tenía los ojos

a, los juguetes regados por las habitaciones y un sinnúmero

del coche y fui

a Gabriel, no sé ni para qué, no

llamada para hablar de nada o solo perder el tiempo mientras escuchábamos nuestr

oy a cenar, no tengo muchas ganas de hacer el almuerz

o una pasta no es que te cues

ngo ganas, ¿lleg

importantes que atend

tan

cir que eran asuntos mas importantes me partía y hacía añicos el corazón.—Intenta buscar

as, conteniendo el llanto

los niños, dedicada a ellos, al hogar, la escuela de ellos, que si se enfermaban, que si tenían que quedar con otros niños, los cumpleaños de los amigos, las fiestas de ellos, que si cogían piojo en el colegio, las tareas, reuniones, camb

do y más por el hecho

regarle en la cara que era un fiel, que faltó a nuestro amor, a nuestra familia, a nuestro matr

bían muchas cosas

er las tareas, llegó la hora de cenar, no había cena, mi cuerpo estaba pero y

la tele, Aura hizo mucho desorden, ya tenía sueño y se

o llega

ido, pero lo ver

n beso cuando llegue.—pid

rmir, Sami. Él te dará un beso al llega

noches

s con sumo silencio para no despertarlos, sobre todo a Aura, la d

cuando terminé de todo, me pu

staba con otra mujer y que luego solo vendría a

gar, mis lágrimas querían salir, pero no era el

itación y se desv

sigues d

ería que le dieras

antes de venir a la cama, era su rutina después del baño, pero parece que ya se había bañado, dado que estaba buscan

endo que tenía otras camisas, ¿qué tal esta?—le sugerí la a

voz baja, yo reg

té arrugada, solo

bien lisa

melo ahora en la noche, cuando ya estoy acostada y es muy tarde como para que me ponga a pl

tar las ganas de hacer tu trabajo? ¿Cómo iba a sa

que tengo

un sacrificio para ti? ¿Es un trabajo muy difícil de

difícil, hazlo tú.—cubrí mi cuerpo con las sábanas y cerré mis ojos,

e pida que me planches una camisa, pero mas increíble es que me mandes a plancharla. ¿Qué pasa contigo? ¿Qu

aldar y mis manos cruzadas sobre mis piernas.—¿Por qué llegar a esta hora? ¿Qué parte de tu tra

que él estaba muy enojado p

adas de iras, él no era de gritarme y sinceramente no le hacía falta hacerl

a pesar del miedo y las dudas.—¿Qué asuntos laborale

? ¿Qué es lo que p

cero, ¿para qué hablar si no respondes a mis pre

costó, yo hice lo mism

encé a llorar

ndo debajo del pijama, buscaban mis senos

quie

que no ten

go el amor, imagino q

quieres hace

cuando te deseo? Por si no lo sabes, ahora mismo lo que menos ten

mi pantalón, haciendo que la tela quemara un poco mi piel, se encargó de sacarlo de

otro gel de ducha, se había bañado en otro lado, estu

o, déjame

te he tocado en un tiempo, el trabajo, el estrés. ¡Hoy sí!—le dio la vuelta a mi cuerpo, dejándome boca arriba, yo empujé sin mucha fuerza, y me cubrí con las

o escuchaste que no tengo ganas? R

r a los niños? Guarda silencio y

qui

paso. Mi desesperación aumentó cuando él comenzó a besar mi cuello, mi llanto se alzaba mientras él no paraba. —Eres mi esposa, no quieres hacer de comer, no quieres tener mi ropa ordenada y no quieres tener sexo conmigo, ¿qué sigue?—su voz gruesa se alzaba sobre mi llanto y no dejaba de hablar.—¿Luego dirás que no quieres criar a nuestros hijos? Megan, ¿quien te

a voz de Sami des

gas de tu cama!—

penetraciones solo aumentaron su velocidad y su fuerza, cubrí mi boca con ambas manos para que Sami

ndo mis lágrimas y buscando mi pantalón

lma y fui hast

pasa,

ar, creo que ten

dormir.—lo cubrí bien con las sába

mía, usé el baño del pasillo y me encerré en él

en mi cama que había

dolía, lloré bajo el agua y después de vestirme me fui al

sos y me cubrí

lado y yo retrocedí

éja

eres mi esposa, así que

seado y nunca te he fo

ue quede claro. Se que también disfrutaste a pesar del llanto, no pudo ser malo para t

labas por teléfono, estabas con ella toda la noche y no sé desde

a abusar d

citaré el divorcio y mañana mismo me iré de esta casa. No me quedaré con un hombre que no

hasta hacerme estar de pie y de allí me empujó hacia la cama. Sus brazos me rodearon, había algo en él que me llenaba de miedo hasta tener pánico y no me dejaba