atrás. Luego tomó un cojín y se lo puso en la e
a mirada. Magui l
ujó hacia atrás
tar aquí, Magui
la chica y sonrió acariciando l
o sufriste
cruzó de bra
no pasó nada, ¿pa' que chingados me eny
ochó—. Y no tienes patas, no eres un animal —agregó—. Si
ocurre? Sabe que debo trabajar. Nomás me hubiera puesto
luego se toc
ugada. Me pondré botox
mirándola con atención—. Eres la co
onrió h
unque la pa
na se
o soy de brut
Tenía un hermoso cabello, que gracias a ella, ahora estaba bien peinado. La pi
a ella y le aca
res h
bajó la
tú. Soy una an
i se
dice
al recordar que había en televisi
programa ése que sale en
y tomó el control
ie semanal de un famoso zoól
después—. Allí viviría muy feliz... —su
n atacaba a una cebra, ante la
ler esp
ría yo vivir. Nunca
rrugó l
suci
ar el agua —d
se l
e aburre v
bía visto a su alrededor. Lucía poderoso y muy alto. Sus rasgos eran tan varoniles y su voz amena le indicaba que podía ser a
—anunció Magui
la es
.. —dijo perdida
chofer se acercó a ella con una somb
eta y siguió pens
nía la inocencia de una niña. Quería protegerla, p
ban por su actitud tan masculina, pero ¿de qué otra manera podía comportarse si desde los cinco años quedó a cargo de su p
Gracias a ella, por su lealtad, su enorme esfuerzo y el res
los despeinados escondía la belleza de
ndo no estaba entre los compañeros. No dudaba que tuviera buen cuerp
taba decidida a sacar a la
omedor. Iban a desayunar juntas lo que la elega
nte a ella y tomó una cuch
ijo dejando que escurrier
zar tu día, en lo
a había mandado para que la ayudara con las com
y para su edad era u
las dos semanas que
ó con desagr
devolver
ecordó que cuando llegó, más de dos años atrás a ese pueblo
hombres —dijo con
aboreó
pronto volver
negó con
or todos lados. El sexo es...
siempre es as
xperiencia. Lo que viví
que comía y e
e f
lina
ue iba a pasar... creo. A lo mejor no
su mirada se
ió para darl
stan los hombres —