img Cayendo por Rebecca  /  Capítulo 5 5 | 10.42%
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Historia

Capítulo 5 5

Palabras:1524    |    Actualizado en: 02/02/2023

ítu

dolor de bolas justo en ese momento, pero él tenía la culpa porque disfrutaba cuando me enojaba. No pude evitarlo, me miraba con los ojos ardiendo, re

de mandar todo al carajo y sentarme en

ecordar que Samuel tenía pareja y era el hombre más antipático que conocía. Lo hice sin pensar, ahora esperaba que no l

y miré mi reloj de la pared. Eran casi las once de la mañana, se me había ido el

lor juntas y ordené todo por tamaños, me gustaba que mi cocina estuviera ordenada y pudiera e

e basura, hice una nota mental para sacarla más tarde, pues no sabía siquiera s

y un armario. Me alegraba de haber llevado mis cojines con estampados coloridos, porque si algo detestaba, además de

odas las cosas que se me había ocurrido llevar. Me asomé en el clóset, en uno de

dejar mis cabellos en la coladera, pues no

roídos y una blusa de tirantes negra con estampado de Guns N’ Roses holgada. Se me resbalaba del ho

pronto a merodear por ahí. Al día siguiente debía presentarme en el colegio de gastron

buenas proporciones con aspecto de princesa refinada y vocabulario de mierda. Nuestros amigos bromeaban conta

hora, perra? —dijo al contestar—. ¿Cóm

é el teléfono entre mi hombro y mi oreja, saqué un paquet

a en el culo la mayor parte del tiempo y está caliente —dije mientras hacía mi ca

i inspiración, había inventado un montón de postres con solo esos elemen

primera vez de

buena cogida, tal vez

uva, explotó por mis dientes y llenó mi boca con su dulc

uviera programado para pensar lo peor de mí. —Mordí otra

eres una sa

ión a la ching... —De verdad quería mandarlo muy lejos,

edo ir

estruendosas se escuchaban desde el otro lado de la línea, quise golpearle la nuca a

los puños y, sin musitar palabra, se dirigió a la base del teléfono

ido a hacer ejercicio. Llevaba una playera sin mangas de color gris que estaba oscura en ciertas zonas debido al sudor, calzaba zapatillas para corr

fundo para

ambién están prohibidas, y

le pasaba? Se giró y dando zancadas camin

jiste, no necesito niñero, sabes

úsculos de su es

niña —dijo antes de cer

entré al diminuto baño. Él escuchó el ruid

becca? ¡Estoy des

a de la puertilla, no me quitó la mirada de encima, co

de que era mentira, habría pagado por ver a ese semental en cuer

mis piernas, hasta contactar con las mías; mi piel se erizó al ima

te o algo? Lo siento, pero no me v

eso antes, ¿o sí? Entrecerré los párpad

más los que piensan y

e con el ceño fruncido,

igues aquí? —pregunt

mo yo. —Inhalé aire—. Si dejaras de ser tan insoportable, te habría dicho que planeo buscar un empleo para encontrar mi propio sitio y liberarte del suplicio que es vivir con una mujer que fue darketa en la adolescencia. Puedo soportar to

Muy madu

y respirar para calmarme o terminaría arrancándole la cabeza; eso o met

n huracán, era algo así como un alacrán. No podía creer que había salido de la d

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