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Luz en la oscuridad

Luz en la oscuridad

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                                         Seamos un eclipse, uno que dure para siempre. La vida, la felicidad, el amor son cosas efímeras que pasan por nuestras vidas. Nalla lo supo cuándo conoció la traición de las personas que más amaba. Su vida, la cual ya creía que estaba sumergida, cayó aún más en un completo desastre, hasta que conoció a Noha. Es difícil decir si él le trajo la paz que necesitaba o si solo la ensombreció más. Noha al igual que ella conoce la traición, ha sido acusado erróneamente, lo llaman monstruo, asesino por donde va, ¿realmente lo es? Él piensa que sí. Por sus manos corrió la sangre de la mujer que amo, una sangre inocente y ahora más que nada desea deshacerse de todo el que quiera arruinar su nueva esperanza de volver a la vida. Nalla para él es luz, es su redención. Después de vivir una vida cargada de odio intentando acabar consigo, la llegada de Nalla lo ha cambiado todo, pero no solamente para él. Alguien más despiadado la desea, en vida o en muerte y acabará con quien sea para saciar su sed, aunque se trate del mismo Noha. Una chica con esperanzas fallidas, un hombre cansado de vivir en las sombras y un alma oscura tienen el mismo objetivo, pero diferentes maneras de conseguirlo.  Con su presencia, la universidad Cullen será un lugar que trasmita odio. Se revelarán nuevos secretos, secretos que creían haber sepultado bien. El pasado no solo afectará la vida de estos tres individuos, sino de todo aquel que intente acercarse, su familia y amigos corren un grave peligro, pero ninguno de ellos desconoce lo que puede pasar. 

Capítulo 1 Prólogo

Prólogo

Comienzo

A veces la tranquilidad que ocurre en mi mente me abruma, no la quiero la desechó. Prefiero sentir el ardiente latido de mi corazón luchando contra algo apetecible, pero, en cambio, se calma tanto que parezco muerto y se encoge bajo cualquier nuevo acontecimiento.

Cambio

Abrazaba el agua y creaba ondas a mi alrededor con cada nueva brazada, me sentía como si estuviera volando, me sentía tranquilo conmigo mismo, satisfecho.

Solo cuando estaba en el fondo podía sentir la vida, en el fondo oscuro admiraba mejor los pequeños destellos de luz considerándolos hermosos, en el fondo frío apreciaba mejor la calidez de la superficie, el ardor del sol en la piel, en el fondo mientras mis pulmones ardían sentía placer de tomar solo una pequeña bocanada de aire. Pensaba en cosas que normalmente en otras circunstancias nunca hubiera imaginado y lo apreciaba, pensaba mucho y eso me calmaba.

Y cuando me liberaba era expulsado a la superficie hasta sentir el límite del agua en mis dedos, en mi rostro y volver a mi realidad.

—Al fin llegas —exclama Darían con los pies sumergidos en el agua.

—¿Nuevo récord? —pregunto acercándome al borde para salir.

Mira el reloj y hace una mueca —casi, pero si te hace sentir mejor si yo estuviera este tiempo bajo el agua me hubiesen salido branquias —dice en tono burlón.

—Eso sería bastante bueno en mi caso —salgo del agua y me envuelvo en una toalla, me dejó caer a su lado.

—¿No se supone que estamos de vacaciones? —pregunta Darían por milésima vez.

—Estamos descansando —aseguro, aunque este no queda muy convencido de ello.

—Estamos entrenando, como hacemos todos los días —se queja mirándome mal—, y mañana empiezan las clases.

—Cierto, conoceremos a esa amiga tuya —recuerdo en parte porque no ha dejado de hablar de ella— ¿Britani verdad?

El rostro de Darian palidece —Si, mañana llega, aunque ella no sabe que estoy aquí. También te presentaré a Richard y a Bella —explica entrando al agua—, podrías salir con nosotros y abandonar tu aburrida vida sedentaria.

—Hemos salido juntos muchas veces —me defiendo, sin poder ocultar mi sonrisa.

—Si claro a la librería —se queja salpicando agua.

Que más podría desear, esta era mi vida. No tenía otra motivación que en no fuera nadar, todo fluía y me gustaba que fuera así. No tenía necesidad de buscar nada más, estaba completamente satisfecho, aunque a veces reconozco que me gustaría ser un poco más ambicioso y sentir algo nuevo, algo que me cambiara en el mejor de los sentidos.

Y lo encontré, a la mañana siguiente, mientras acompañaba a Darian y a Abel. Ese día Abel estaba especialmente emocionado y me sentí feliz por él, se veía enamorado, me pregunté cómo me sentiría yo si como él hubiese encontrado a alguien en un abrir y cerrar de ojos, pensaba que era ridículo, que solo el soñador de Abel podría creer en tales cosas.

—A penas la conoces y la estás enamorado —me burló en tono irónico.

Abel pone los ojos en blanco —Enamorado, es una palabra muy grande, me atrajo, es solo eso.

—¿Será otro fracasó sentimental? —pregunto haciendo ilusión a los muchos fracasos que ha tenido en el aspecto romántico.

—Yo nunca fracasé —menciona con seguridad—, yo experimento y mantengo el recuerdo. —hace una pausa—, Solo una persona me ha sido imposible de atrapar.

Terminó de recoger mis libros —No lo sabía, ¿quién es la afortunada?

Me mira mal y hace una mueca de fastidio —No te importa, ya sabrás cómo se siente poder encontrar el amor y, sin embargo, fingir que no existe.

Suspiró —Muy conmovedor.

—Abel, tenemos que irnos —grita Darian de manera exagerada.

—Ve, quizás encuentra a tu amor —menciono lo bastante fuerte para que me escuche mientras se aleja.

La vida me dio una bofetada en ese instante en qué la vi y supe que era en ella, en dónde quería vivir, que se convertiría en mi nuevo oxígeno, en mi vida, en mi deseo.

—Hola, mi nombre es Bella —me mira de manera segura, me sentía como si me estuviera estudiando con la mirada, me hacía sentir inferior.

Mire a mi alrededor buscando a mis amigos, pues había perdido el habla, esta vez estaba solo y me sentía aún más solo al ser observado por ella, mantenía una simple sonrisa de pie frente a mí. Esperaba una respuesta, aunque en estos momentos no podría obtenerla, quizás cuando saliera de mi sueño podría responder y actuar como un hombre normal. Ahora estaba enamorado, estaba seguro de ello, me enamoré en un abrir y cerrar de ojos, me enamoré de la manera que solo ocurre en las historias de niños o en la manera en la que Abel siempre lo imagino, solo me enamoré.

—Me llamo Noha —mi voz salió temblorosa, no quería verme inseguro, pero no podría conseguir algo mejor.

—Bonito nombre, me ayudas a buscar la cafetería. Soy nueva y me encontraré con mi amiga en ese lugar —explica ella golpeando suavemente la punta de su zapato con el suelo.

Muestras hablaba, yo plasmaba en mi mente cada pequeño rasgo de su rostro, labios finos, ojos dorados y cabello castaño. Era hermosa, sin duda alguna hermosa, cualquier hombre y mujer lo hubiesen notado. Lo supe con mucha seguridad, estaba enamorado de la chica de los ojos dorados. Mi vida había cambiado.

Deseo

Las cosas habían cambiado sin duda, lo habían hecho para todos desde la llegada de Bella. Su personalidad afectaba a más de uno de nosotros, siempre sabía qué decir o que hacer, aunque claro, nunca simpatizó con Abel o con Richard. Aunque el sentimiento de ellos hacia ella eran similares ambos tenían razones muy diferentes para no sentirse cómodos a su lado. Darian, en cambio, se mostraba desinteresado, ya que estaba enfocado en Britani y esta era como una madre para Bella, a pesar de tener la misma edad, Britani era más paciente y reservada.

Bella me abrió los ojos, decía lo que pensaba y como se sentía, hacía lo que le apetecía y eso para mí estaba bien. Éramos muy diferentes, pero yo ya la amaba e intenté demostrárselo en todo momento.

—¿No dirás nada? —pregunta al pie de las escaleras balanceando sus caderas.

Estaba con un hermoso vestido rojo que se ajustaba a su cuerpo, su cabello caía en gruesas ondas. Los labios rojos me llamaban para ser besados.

—Estás hermosa, como siempre —mi seguridad con Bella iba en aumento, ya no era tímido, ya no disfrutaba tanto de la soledad.

—Gracias —se acercó y dejo un suave beso en mis labios, lo cual me sorprendió mucho—, creo que ya es hora de que me beses, ¿no crees?

Habíamos salido juntos estos últimos meses, pero jamás me atreví a besar sus labios, quería esperar a que fuera el momento adecuado y aunque la deseaba mucho no veía nada romántico en besarla justo en la puerta de la residencia femenina, aun así la bese. Coloqué mis manos en sus caderas y la apreté a mi cuerpo, podía sentir cada detalle de su cuerpo junto al mío, la besé en los labios de manera calmada, quería disfrutar de este primer beso, en cambio, Bella me atrajo de la nuca y enredando sus dedos en mi cabello me atrajo aún más exigiendo todo de mí. Solo se escuchaba su respiración y la mía, el roce de mi mano con la tela de su vestido o algunos gemidos que soltaba de satisfacción mientras incrementaba el beso.

—Te deseo Noha, te deseo ahora mismo —jadea Bella separando a penas nuestros labios—. La cena puede esperar

¿Puede esperar? Claro que puede, pero no siento que yo pueda esperar mucho más, mi excitación ya era notable, la necesitaba y la deseaba tanto como ella a mí, aunque algo en el fondo me decía que no era correcto que debía esperar un poco más y conocerla, aun así acepte su mano y al seguir cambio a la habitación.

Entre beso y beso logramos llegar sin ser notados, Bella me despojo sobre la cama y tirando de la cremallera de su vestido lo dejo caer a sus pies, era hermosa, me tomé mi tiempo para admirar cada curva de su cuerpo, pero impaciente se tumbó sobre mí y se encargó ella misma de mi ropa.

—He deseado esto desde que te vi, ¿tu también verdad? —peguntaba mientras besaba mi cuello y tiraba de mi camisa.

Por supuesto que lo deseaba, pero era más que esto, yo sentí y siento mucho más que esto.

—Yo te amo —confieso escondiendo mi rostro en su cuello.

El cuerpo de Bella de tensa sobre el mío, se separa un poco y me mira con algo de sorpresa en su rostro. Me apresuré, no debí decirlo y menos en esta situación. Me relajo cuando sonríe y me besa, eso no podría significar nada malo o incluso podría significar que ella se siente igual.

—Eso es muy lindo, Noha —exclama aún agitada.

Sentí que había vuelto a nacer, no me había sentido más feliz en mi vida. La besé y acaricié sus caderas quería hacerlo más real, quería hacer la mía y conocer cada parte de su cuerpo. Besé sus pechos, su abdomen y el centro de su deseo, quería sentir el sabor de su piel, quería sentir la calidez, lo quería todo.

—Noha, por favor —suplicaba ella de tanto en tanto.

Yo me tomaba mi tiempo, disfrutaba de este tiempo, hasta que no pude más y me hundí en ella, el cuerpo de Bella se agitó y se adaptó a mí de una manera perfecta, se movía a mi ritmo, aún aprisionada bajo mi cuerpo y se arqueaba dispuesta a recibirme, hasta que ambos caímos exhaustos y más que satisfechos.

Evolución

La vida se trata de una constante evolución que se forma y deforma en nuestro interior.

La miraba desde la barra bailar, ya se había hecho habitual nuestras visitas a estos antros, tanto que extrañaba un poco la tranquilidad a la que estaba acostumbrado, pero Bella disfrutaba más de esto, no quería que se sintiera aburrida a mi lado, no querría discutir nuevamente con ella. Ya hacía unas semanas que todo andaba genial entre nosotros y así quería mantenerlo, más que nada porque la amo, solo estábamos evolucionando y adaptándonos a la relación.

Se acerca a mí sin dejar de moverse con una nueva copa en sus manos.

—Es un poco tarde, deberíamos volver a casa —solo lo sugerí, pero el rostro de Bella se deformó de la molestia.

—No seas aburrido, iremos a casa luego de quemar este puto lugar —grita llamando la atención de todos—. ¿Cuándo te volviste tan aburrido?

Toma mi rostro y lo aprieta de manera brusca para luego echarlo a un lado. Ya no puedo más, estoy agotado de sobrellevar a Bella, de los entrenamientos y de todo lo que está pasando.

Bella enciende un cigarro sin importarle su vea mal que fume estas cosas, se vuelve estúpida cada vez que consume. Toma una bocanada y me lanza todo el humo en la cara.

—Ya relájate amor, bebé un poco —aprieta él vaso de whisky en mis labios.

Lo tomo con rabia y lo lanzó aún lado causando que se rompa, los ojos de Bella se abren aún más, están rojos al igual que su rostro, su molestia es notable y yo estoy igual, tanto que no me importaría hacer otro espectáculo.

—¡Ya basta! Iremos a casa ahora mismo, estás ebria y drogada, ¿sabes lo peligroso que es? ¡Conduzco una moto, no puedo hacerlo con una loca en mis espaldas! —grito tan fuerte que la garganta me quema.

Bella no entra en razón con ninguno de mis métodos, no razona y no es parcial. Ninguno de mis intentos la hace cambiar de parecer, cuando discutimos tiende a lastimar y no importa si soy cariñoso, si me enfado o si la dejo, ella nunca cederá en nada.

—¡Pues vete! Abel me vendrá a buscar en su coche, él es mejor que tú en muchos aspectos —lo dice sin pensarlo y me gusta creer que hay mucho más en sus palabras.

—¿Qué carajos dijiste? —pregunto con rabia apretando los puños a cada lado de mi cuerpo.

Ella solo sonríe satisfecha, otra vez lo ha vuelto a hacer, me ha vuelto a lastimar y lo ha hecho a sabiendas. Abel es mi mejor amigo y no soporto que vea esos comentarios como una broma.

—Vete a la mierda Bella —la hago a un lado y me largo.

Después de una hora dando vueltas decido ir al apartamento de Richard, con suerte estará ahí.

No tarda mucho en recibirme, pero por su aspecto sé que estaba durmiendo. Me examina preocupado.

—¿Volvieron a discutir? —pregunta invitándome a pasar.

—Es inevitable —me lanzó en el sofá e intento tranquilizarme—, podrías pedirle a Darian o a Abel que pasen a por ella, se niega a regresar conmigo.

—Claro, quizás Britani la controle —menciona Richard enviando el mensaje.

Últimamente, ni siquiera Britani puede controlar a Bella.

—Has cambiado mucho, digo cuando te conocí, eras el chico perfecto de este lugar, no te soportaba…, ahora —se queda en silencio.

—¿Ahora qué? —pregunto exasperado.

—Ahora tienes cara de mierda, estás destruido, es ella —niego con la cabeza al escucharlo.

—Estamos intentando encajar, debemos acostumbrarnos —explico frotando mis ojos, me duele la cabeza.

—Solo veo que tú lo intentas. A veces para que funcione deben existir ciertos límites y normas, pero a Bella no parece gustarle —explica, yo solo hago silencio, tiene razón y no puedo defenderla esta vez—, quédate esta noche, mañana de seguro la perdonarás.

Yo siempre perdono, yo siempre cedo a todo, soy un maldito perro en este juego de Bella. Lo peor es que la amo…, ¿la amo? No puedo creer que esté dudando, hace mucho no se lo digo y ella nunca lo he dicho, ¿por qué la amaba? No sabría qué decir, me gustaba su personalidad, quizás no la intérprete bien, quizás ella es buena, pero no para mí.

Es para mí, claro que no es. Ya lo decidí y lo mantendré, solo tenemos que evolucionar.

Choque

Me despierto debido a las notificaciones que llegan a mi teléfono, miro la hora y son las doce del día. El apartamento se encuentra totalmente en silencio, Richard ya debió irse. Enderezó la espalda y revisó mis mensajes, todos de mi padre. En otro momento le respondería, solo que ahora no tengo tiempo de discutir con él.

Conduzco a casa planeando en mi mente la mejor manera de arreglar la situación con Bella, siempre lo arreglamos y ese tiempo de paz dura a penas una semana, luego vuelve la guerra, el cansancio y las dudas.

Extrañamente, el apartamento está muy limpio, la tormenta de Bella no ha pasado por aquí, naturalmente si estuviese enfadada hubiese lanzado todos mis libros fuera de los estantes; sin embargo, todo está en su lugar, la cama esa hecha, tal como lo deje todo. Bella no ha pisado este sitio.

Llamo a Britani, seguramente se quedó con ella.

—Hola Noha —responde a la llamada.

—Hola Zanahoria, ¿Bella está contigo? —pregunto sentándome en el suelo, estoy agotado.

Hace una pausa muy larga —Si está aquí —miente, lo sé porque si voz tiembla cuando miente.

—¿Dónde está? Te conozco Britani —aprieto el celular hasta que mis nudillos se ponen blancos.

Hace otra larga pausa —En un rato estará contigo.

Lanzó el celular enfadado, no me puede mentir, los conozco a todos. Todos me mienten, la única que no lo hizo fue Bella. El corazón se me aprieta, Bella no mintió, no estaba bromeando, soltó la verdad para lastimarme, fue la sinceridad de una chica borracha.

Sin pensar mucho más las cosas vuelvo a ponerme en marcha, esta vez me dirijo a apartamento de Abel, no muy lejos de aquí, subo las escaleras sintiendo que me ahogó con cada paso que doy hasta llegar a su puerta, suplico estar equivocado con todo.

—Tu no Abel, tú no podrías —tomo una bocanada de aire cuando golpeó a la puerta—, cualquier otro menos tú.

—¡Noha! —me detiene Darian llegando a mi lado.

No está solo, Britani lo acompaña y Richard está con ellos en el fondo, este mira al suelo decepcionado, podría decir que se siente avergonzado.

—Ven con nosotros, hablemos en casa —pide Britani.

Una lágrima rueda por mi mejilla, solo una lágrima. Me acaban de apuñalar, todos ellos lo han hecho, me han traicionado todos.

Tocó a la puerta con más fuera, y entonces lo supe, supe que estaba equivocado, que había sido un idiota soñador todo este tiempo. Mire a los ojos a mi amigo y a la mujer que a la que había prometido amar oculta en su espalda, ya no sentí amor por ninguno de ellos, los odiaba, me odiaba, quería morir y quería que ellos lo sintieran.

—Noha déjame explicar —pide Britani llorando.

—Tú no hiciste nada Brit, no expliques, ni siquiera hace falta —sueno más tranquilo de lo esperado.

Abel me va a decir algo, pero lo silencio con un puñetazo en la cara, cae al suelo y Bella lo sostiene.

—Te odio Bella.

Los dejo a todo y corro escaleras abajo, necesito huir de aquí, necesito volver al tiempo en que no la conocía y decirme a mí mismo que no voltearé a verla y así quizás nada de esto pase, necesito regresar.

—Noha detente, por favor, tenemos que hablar —pide Bella alcanzándome antes de que suba a la moto.

—¡No hablaré de nada contigo! Ahora mismo iremos a casa y recogerás todas tus cosas, no te quiero ver en mi vida —le paso el casco, pero lo lanza al suelo agrietando el cristal.

—¿Qué le diré a mis padres? Esto es una tontería, podemos arreglarlo —está llorando, aunque ya no creo nada de ella, todo me parece falso

—Le dirás qué Abel es mucho mejor que yo en todos los aspectos —repito lo que dijo y sus ojos se abren.

Se sube a la moto enfadada, intento concentrarme en el camino y evito escuchar todas sus súplicas, nada de lo que diga pude cambiar lo que siento ahora mismo.

—¡Detente de una jodida vez Noha! —me grita Bella asustada por la velocidad que vamos alcanzando sin saber que llevo intentando hacerlo desde hace dos minutos.

No se detiene, nunca lo hizo, ni siquiera cuando ese coche se atravesó en nuestro camino. Solo pude apretar su mano y recibir el impacto que me lanzó muy lejos de ella. Tenía miedo, sentí mucho miedo y dolor, me arrastre ignorando la sangre, ignorando los gritos, solo quería alcanzarla, pero no lo logré, todo se oscureció, apenas alcance un mechón de cabello castaño lleno de sangre antes de quedar inconsciente.

—Está muerta —repetí al ver a Richard entrar a la habitación de hospital fría y vacía.

No me podía mover, no lloraba. Yo también había muerto, al menos así me sentía.

—Lo sé —Richard se deja caer a mi lado, él tampoco puede decir nada.

Y me rompí —Él me culpa, todos me culpan —Richard me envuelve con sus brazos, no dejo de llorar, por mucho que me avergüence mostrarme tan desechó.

—No fue tu culpa —me consuela.

—Si no hubiese ido o quizá si me hubiese subido solo a la maldita moto, debí dejarla —me falta el aire, aprieto las sábanas con fuerza.

—Habría sucedido, hay cosas que son inevitables, que deben suceder y que nos ayudan a aprender.

A esas cosas a veces le llamamos destino, pero el destino es una mierda que la mayoría de las veces se olvida de nosotros y nos trata como juguetes, nos desecha, abandonados sin esperanza alguna, sin alcanzar a ver la luz en ese camino al que todos llaman destino.

Tres meses después

Un nuevo puñetazo, espero el segundo u el tercero. No puedo creer que este hombre ya esté cansado de luchar conmigo, respondo con toda la rabia que llevo contenida dentro hasta que cae.

—Noha el asesino vuelve a ganar —grita Leo, el dueño de este mugroso antro.

Esa frase llego muy lejos ese día, si antes ya me consideraba uno este día se hizo una realidad para todos, tome la tarjeta que me brinda Leo sin prestar mucha atención a lo sucedido en el medio de la lona y aspire todo el contenido sintiéndome aún más muerto, me gustaría que sucediera, busco la muerte día y noche, no parece llegar y soy un cobarde que no ha logrado terminar con su propia vida.

—¡Leo, no se levanta! —un chico se queda a un lado del cuerpo que acabo de hacer caer.

Las manos me tiemblan, las tengo llena de su sangre, Leo palidece y me mira desconcertado. Caigo a su lado y lo revuelvo en un desesperado intento de que despierte, pero no lo hace. Su cuerpo aún está cálido, pero no respira, se ha ido.

—¡Despierta maldición! —grito abrazándolo con fuerza—, despierta Bella, despierta.

Leo me empuja lejos del cadáver, hay un gran revuelo entre todos los asistentes y los trabajadores de este lugar intentan controlar la situación haciéndoles creer que todo está bien.

—Vete de aquí Noha, deja de hacer una escena, acabarás en la cárcel —me lleva a la puerta trasera y me empuja afuera—, piérdete por un tiempo, yo me encargo de todo.

Cierra la puerta y me deja en el callejón, camino sin rumbo a medio vestir, la oscuridad me cubre y evita que las pocas personas que pasen a mi lado vean las salpicaduras de sangre que cubren mis manos y pecho. Llego al campus y busco la piscina, entro con facilidad, si fuera descubierto ahora estaría en grandes problemas con mi padre, por suerte logro llegar. Me quedo en el borde y miro las pequeñas ondas en el agua, antes me traía paz estar en este sitio y quiero recuperar esa paz. Me dejó caer hasta golpear el fondo con la espalda, expulsó todo el aire de mis pulmones y cierro los ojos.

Unos brazos me levantan y me llevan a la superficie incluso antes de que pueda sentir la necesidad de tomar aire. Richard me arrastra por el suelo lejos de la piscina.

—¿Qué intentabas hacer? —me revuelve de manera brusca.

—¡Quiero morirme! Ya no puedo más, no puedo más.

—No seas idiota, vamos a casa.

Richard no menciona nada, pero sus ojos me dicen que sabe mucho más de lo que yo podría dar a entender. Me mira afligido, preocupado, podría decir que se siente incluso culpable, pero el único culpable de lo que ha pasado soy yo. Mi vida se ha desmoronado por mis malas decisiones.

Llegamos a casa y me dirijo a la ducha, él se queda pensativo en la puerta.

—¿Quieres que me quedé? —pregunta sin soltar la puerta.

—Quiero estar solo —confieso.

—Vale, vendré cuando amanezca. Me llamas si necesitas algo —se marcha y me deja tranquilo.

Me meto bajo la ducha aún con los pantalones puestos, golpeó mi piel causando nuevas heridas, no quiere tener más sangre sobre mí, no quiero tener la sangre de nadie. Soy culpable de todo.

Tomo una cuchilla con mis manos temblorosas y la paso de manera brusca y con rabia por mis muñecas, me doblo en el suelo por el insoportable dolor que siento y me quedo así mientras veo la sangre correr y mezclarse con el agua, ya es mi fin al fin.

—¡Maldición Noha! No te debí dejar lo lamento. Estarás bien. —me levanta en brazos mientras repite una y otra vez que estaré bien.

—Déjame morir de una puta vez, Richard.

Y sucedió todo se apagó.

Un año desde la muerte de Bella

Centro psiquiátrico Muller

—¿Te volviste a pelar Noha? —pregunta la doctora Muller limpiando las heridas en mi cara.

—Creo que es más que obvio —respondo sin mirarla a los ojos.

Un año a pasado y mis avances han sido muy pobres, supere las drogas aunque aún tengo el deseo de consumir nuevamente, no he bebido ni una sola gota. Me sigo metiendo en peleas con personas mucho más grandes que yo, pero teniendo en cuenta que aquí todo es de plástico, es la única manera que encuentre para terminar conmigo, solo que no funciona aún.

—No sé por qué estás aquí, le insistí a tus padres que tú no eras como el resto de mis pacientes, tú solo necesitas aprender a vivir —explica terminando de curar las heridas.

Me burló de su comentario —Quiero hacer lo contrario.

—¿A quién le haces luto? A Bella o al que eras antes que Bella —pregunta y la miro con rabia, ella sonríe—. Sabes considero que la vida se divide en cinco etapas, primero la tranquilidad se ve interrumpida por un deseo y ese deseo se convierte en una evolución que muchas veces termina en un choque con la realidad, luego llega el cambio, ya debes cambiar.

Limpio mis lágrimas con brusquedad y miro al suelo.

—¿Me enseñas tus dibujos? —pide y le muestro la carpeta que escondo bajo la cama.

Los revisa todos con algo de disgusto, todo es oscuro, malévolo y triste. Sus ojos se ilumina cuando llegan al último dibujo que hice. Es una chica, con el cabello largo muy rizado, los ojos grises muy expresivos, su nariz es fina y redondeada en la punta, sus labios son gruesos y carnosos, su rostro delicado. Me trasmite fuerza y confianza.

—¿Quién es? —pregunta los doctores con curiosidad.

—No es nadie, solo lo imaginé —menciono con la voz temblorosa.

Vuelve a sonreír —Mañana te podrás ir de este lugar, ya estás listo para ese cambio.

Cambio

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