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Historia

Capítulo 2 Tina.

Palabras:3661    |    Actualizado en: 09/05/2023

uizás metro ochenta y cinco Ángelo, pero yo mido metro setenta y cinco y tengo tacones, no,

es quien habla y lo veo por el reflejo del espejo de las puertas, no cr

trategia, creo que espere demasiado de los De Luca. — la puerta del ascensor se ab

erta se cierre y podamos continuar descendiendo, hubiera tomado el ascen

occo lo acompaña, lo que me hace suspirar una vez más, inmaduros, parecen cole

á provocando, lo veo en sus ojos y en la mueca

. — Rocco y Ángelo ríen más estrepitosamente, lo que provoca que cierre mis ojo

ideal para quit

habías recibido

uier cosa, eres lo único que m

su rostro ya no es tan clar

lancia, siguiéndome por las cámaras del ascensor, por lo que abro los ojos y alcanzo a divisar como Ezzio baja su mano, la cual

da, en él la descendencia italiana es más notoria, su cabello es color caramelo y su mirada color miel, dulce, todo

de dos hermanos comunes, mi cabello es dos tonos más claro que el de él, mis ojos son como los de mi madre, aguamarina, mie

o te interesa ser la reina de Chicago? — Ro

vez más y cuando las puertas se abren salgo primero, haciendo una seña para

. — digo con los

medio de su frente y muchos otros en su chaquet

tomo el puente de mi nariz con dos dedos, vamos, que me está costando controlarme, a

estacionamiento, al tiempo que los De Luca salen del ascensor, luego de detener las puertas, se me hace

evanto mi rostro y trato de tomar una gran bocanada de aire, pero solo puedo llenar mis pulmones de sus coloni

onde solo es perturbado por el sonido de las botas del personal

lientas cuando ordena

omo todo un rey, m

o tuy

la voz de Eliot, pero olvidar poco a poco su

con violencia, provocando que mi brazalete se rompa y caiga, maldición, trato de tomarlo, pero Salvatore es más rápido y lo toma primero, detenié

demanda Leonzio y solo

tantini, se les dijo que estarían seguros y así será, aunque… dejen de jugar co

, es patético, pero desde que él murió, suspirar se volvió natural en mí, es como si el peso que carga mi corazón me impidiera respirar con normalidad. Al abrirs

zi

competencia, son hermanos, un hombre y una mujer, dicen que la mención de su apellido causa miedo en la mayoría, todos los respetan, pero no por ellos mismos, ese temor lo genero su abuelo Marco Constantini, mafioso de antaño, que tenía muy poca paciencia y la mano más rápida para disparar que cualquiera de su tiempo, por lo que concluimos que no será difícil derrocar a los actuales dueños de Chicago, después de todo, en estos últimos

son lindas, pero las he visto mejores. Una melena rubia cr

ame lo de

, que es más notoria gracias al vestido negro que lleva puesto, sus curvas sí que es algo que no he visto muy seguido, y sus piernas… kilométricas, tomo un poco de cerveza ya que de pronto mi boca

ice, sin siquier

Ti

de amores y me pregunto quién sería tan e

virte vodka? — parece que la conoce, es

ede hacerlo regresar? — al fin abre sus ojos,

no está bien, y yo no me equivocaba, una mujer despe

a, como si mi belleza no le ocasionara nada, y eso me pone, y sí que lo hace, estoy acostumbr

ara ahogar penas… puedes decirme Tina y yo te diré Chicco. — me pierdo en sus labios,

os, trato de analizar todo de ella, es un enigma andante, no ve su teléfono móvil, eso quiere decir que la ruptura no es reciente o que sabe perfectamente que ese hombre no la llamara, tampoco ve a

en llama. — De acuerdo, voy en camino. — me in

a de mis pies hasta el último cabello

no me sentía tan acompañada y a gusto. — eso me molesta, la

abio se mueve en algo que pretende ser una sonrisa, pero, aunque la

labios recorren los míos, mis manos se apresuran a tomarla por la cintura, pegándola más a mí, que, sin darme cuenta, también me he puesto de pie, su lengua reclama mi

ufrimiento y no puedo, no puedo enojarme por ser utilizado, es más, me ofrezco par

nombr

rima rueda por su mejilla, pero al fin muestra una sonrisa tan grande de dient

las personas abren paso con cada pisada que da, el bamboleo de sus caderas es apreciado por más de uno, y las luces reflejan el bri

regreses. — el comentario de Fran me oblig

iscu

y ve cuantos ya te quieren muerto, Tina no ha besado a nadie después

n callejón dándome golpes con un montos de idiotas, niños ricos que piensan que por i

on burla, pero lo ignoro, hoy no peleare con nadie más

o, mientras Rocco y Ángelo dejan su maldito juego de video y se une

amina y sé que es porque a pesar de que mi ceja san

Salvatore me ve con felicidad, los demá

zio no son personas pacientes, es

a veían con respeto, esto. — digo apuntando mi rostro. — Es el resultado de matarme a golpes con un grupo de perdedores, porque ella me beso,

ue a Rocco parece que es

lor aguamarina, labios gruesos,

olo recordarla? — la burla de mi herm

u acabarías en tus pantal

traban mujeres común y corriente, nada a lo que nuestras madres nos contaron, mi familia practica la poligamia, no es una obligación, es más… un estado natural, normal, mi madre y tía, se enamoraron de Franco De Luca, nuestro padre y antes de eso nuestra abuela se enamoró de Vico y Piero Salvatore, aunque muchas veces pe

a Tina, pero ella no regreso y el tal Fran tampoco estaba, por lo que pude saber, se había jubilado, algo que no me cuadraba, era mayor, per

maldita reunión. — Lupo y Leonzi

espués de todo los Constan

no estamos en Italia, aq

forma de conocer el rostro de ese par, y

e respetara

así, de lo contrario nadie

mprendía, ya habíamos perdido en Italia, los De Luca cayeron bajo la sombra italiana, el maldito jugo bien sus cartas, ya que tenía la mano ganadora, nunca nadie vio su ros

no con la mafia que la rodea y su esposo un abogado reconocido, que dedica su tiempo a defender a las personas del Clan Constantini, también esta Prieto, padre de los actuales lideres del Clan, pero esta retirado, pudimos saber que no crio a sus hijos, estos fueron criados por un tal Noha, Leonzio cree que es el mis

s esto adelante. — Lupo hace valer su posición de mayor, junto con Leonzio, nad

ños y nacieron el mismo día, luego sigue Ángelo que tiene 27, Rocco con 26, Salvatore que obtuvo su nombre del apellido d

ego de anunciarnos y es cuando le veo, Tina, quien está viendo al h

yo que creía que se llamaba Martina, para mi desgracia no gasta ni una mirada en mí, hasta que termina de ver con detenimiento a todos mi

la T

me calienta de esta mujer, aunque mi primo y hermano la estén molestando, tratándola de niña, casi rompo a reír cuando Leonzio salió con eso d

o con nosotros, pero al llegar al estacionamiento puedo ver que solo es para salvar nuestros traseros… ella nos está ayudando y lo confirmo cuando mi primo le pregunt

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