ítu
me sentía
ista de baile para mover mi cuerpo al ritmo de la músi
cuerpo hasta que un tipo se pegó ju
n donde debería estar el señor Maxwell, pe
o que dijo antes de colgar, así que sal
a salir de la enorme habitac
nte terminé ahogando un grito en el justo momento en que Da
manos taparo
apartando lentamente
or
mirando s
ron al recibir su boca sobre mi cuello—, Arrodíl
o sus ojos se clavan sobre mí. Damián eleva la cabeza hacia atrás al escuchar el sonido de su correa ser desbloqueada, mis dedos se
dejar un pequeño beso sobre la polla aún cubierta del presidente de la compañía Maxwell Electronic. Lo
rtar mi rostro para evitarlo; mis pequeñas manos comienzan a rodear el tallo de su enorme
al sentir la calidez de mi lengua en la piel sensible de su intimidad, sus manos penetran lasre abiertos, mientras que su respiración y sudoración me hacen percatarme de lo excitado que está. Mi l
otalmente sobre el suelo, y así tener una posición demasiado dolorosa para mí. Mis pechos ahora se se
mejillas y nudillos se encontraban rojizas por el placer que su cuerpo estaba sintiendo, de un momento a ot
rodearon mi cuello para llegar mucho más profundo, mis ojos se torn
, las lágrimas por la asfixia se deslizaron por mis mejil
or Maxwell tocó mis senos para así mover con mayor fuerza sus caderas contra mi car
esó desesperadamente mi cuello hasta llegar a mis pechos. Sus dedos deslizaron la tela
besarte, por favor…—Mordí mi labio inferior—, déjame besarte, por favor…—Negué ocultando m
Damián acariciara delicadamente mis mejillas. Sus
e gozar de tu cuerpo… Sé que aún no estás preparada para que
ntra los azulejos de la isleta de la cocina. Mi jefe bajó rápidamente mi braga para
mi boca cuando su pene quedó en medio de mis muslos. El líquido viscoso que brotaba de mí coño, hume
zona peligrosa. El tallo del pene de mi jefe rozaban exquisitamente mis labios vaginales, mis te
s para luego embestir con mayor brutalidad. Sus manos hundieron mi rost
garraron mis pechos para sacudirse con mayor fuerza contra mi cuerpo. Damián apoyó su fren
mo gelatinas, así que caí al suelo, mientras que de mis pi
s que te prepare algo de comer?—, mi ceño se frunció—. Vez a nuestra habitac
la f
Me encantaría que todos vieran mi creación, pero necesito cuidar
ombro mientras él empezaba a cortar algunas verduras para la pasta con un cuchillo. Suspiré profundo saliendo
el agua caliente se llevara consigo cada rastro del señor Maxwell de mi
se corri
ecido cabello y lo sequé rápidamente antes de salir de nuevo del cuarto de baños. Caminé un par de pasos con una toalla de algodón cubriero
retrocediendo cuando la vergü
iente con las pastas que había preparado, entre tanto acomodó un par de
u madre y los padres de su prometida…—Damián dejó caer el cubierto que
teléfono, p
z tosca, como si el simple hecho de r
endo mi deber como
ernas, Amelia, ¿Qué te hace pensar
El cubierto envolvió unos cuantos hilos de
, pregunté mirando a mi jefe directamente a los o
me
¿
salvajemente, —¿Quieres que meta mi
quiera, es que no es el momento y pues, ya me siento cansada por todo lo que le hiciste a mi cuerpo,
ate y
o; él no era el tipo de hombres que demostrara o se abriera fácilmente
uno de los dos se disponía el ir a la cama. Damián, leía en silencio
ra termina
gándome a dejar el
eñor Maxwell, tengo que term
para
mi espina dorsal,—La habit
rápidamente mientras corría hacia la entrada del cuarto y maldije al ver el no
ignific
nada, caminando pausadamente hacia la cama
eñor Maxwell!, hay personas de la empresa aquí, ¿Qué voy a
ido barrer todo mi cuerpo con su mirada—¿Es qu
sé que piensas que tengo la culpa de tu
faciales de mi j
unciona con otra mujer que no seas tú, ¿crees que
bitación para agarrar
n ese video te lo merecías, ¡¿crees que a
Qu
o, porque si tu polla sirviera, yo
eli
como yo, ¡Así que no me eches la culpa
mando su teléfono y pasando por encima de
ntido de haberle dicho todas esas cosas horribles al s
s que una de las recepcionistas del hotel me comunicó que el empre
que lo había juzgado de una forma muy dura, e i
ciudad, y con algo de dificultad las llevé hacia dentro del lugar. Hoy podía entrar un poco ta
pies comenzaron a moverse a ver que el el
as de
í, volví a presionar los botones de elevador
ó ahora colocándose
terna, —¿Qué quiere
la aparté de un solo golpe.—Vi en las noticias que ese
as se tam
que mi novio no
mento en que su mano rodeó con
se va a casar…—Un dolor fuerte se apoderó
ostumbre, los lunes la mayoría de inquilinos de el edificio
al verle intentar besarme a la fuerza, como pude golpeé con mi p
jar las escaleras, pero terminé chocando con alg
ban al ver a Mauricio a unos cuanto
ir mi cuerpo, y es que no me había dado cuenta que Charles i
que me enoje contigo, maldita sea!—Mi mentón comenzó a temblar al escuchar a Charles aproxima
o
todo lo que sufrí cuando me dejó repentinamente. Lloré incluso hasta dormirme y me juzgué al pensar que no era sufi
Quiero que te mueras de una maldita vez!—, mis manos lo empujaron—¿so
queó su golpe, para luego empujarlo hacia atrás. Mi
el castaño colocándose nuevamente se pie—, tus p
nto en que el abogado personal del señor M
lco que hiciste en la empresa de tu papá, si no quieres ir a la cárcel, lo
del abogado y pude respirar por fin cuando este mis
tás
preguntó
usando este uniforme viejo; el
rostro sobr
ico de mirada oscura sacó una pequeña caja de los as
de corrector en mis ojera
l parecer la tienda tenía promoción y me
asó un labial que él mis
sonri
giné viéndote u
se removió al sentir su m
espejo y aplicarme el lápiz labial qu
peiné un poco mi cabello, algunas recepcionistas nos quedaron vien
e almorcemos
iado raro e incómodo para los dos; y siendo honesta, ambos trabajábamos par
, más sin embargo ambos terminamos palideciendo al ver a nu
y aunque hubiese deseado que me mirara, realmente
de la compañía colocándose aún lad
me obligó
a la señorita Stew
ué carajos es
h, se me olvidaba, necesito que vayas a Washington por unos documentos en el bufete de abogados
cita con Amelia.—Dami
una cita de trabajo conmigo, recuerd
se volvier
e mi cita con Amel
comenzaron a mirarnos—, me traes los malditos papeles ahora mismo… Amelia…
la empresa, pero de repente mis pies se detuviero
o, mientras que Damián el izquier