img Seduciendo al señor Maxwell  /  Capítulo 5 No puede ser… | 13.16%
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Historia

Capítulo 5 No puede ser…

Palabras:2836    |    Actualizado en: 04/03/2024

ítu

Berlín. Acomodo mi americana mientras limpio el polvo imaginario de mi falda, el señor Maxwell camina recto hacia l

hombro. Damián odiaba hacer esperar a sus clientes premiun, ya que decían q

s después de nuestra llegad

tender que alguien había entrado al lugar, pero terminé removiéndome sobre mi

le hacían marcar perfectamente esas zonas sensuales de su cuerpo, y aunque no podía negar qu

, sonrió, más sin embargo apart

, mientras que nuestro jefe clavó los ojos sobre él—.

n esp

e las manos del abogado tocaron mi cabeza, mis piernas retrocedieron al sen

tosco y algo grosero el presidente de la compañía Maxwell Ele

encima de mí, Mauricio intentó tocarme para ayudarme, pero mi cuerpo

rsionistas, entre tanto una mesera nos traía el

ñía tan poderosa como la suya, señor Maxwell…—Af

i le entrego los documentos de nuestro acuerdo secreto. Respiré hondo, para ahora si buscar la carpeta con el cont

ita Stewart?—La pregunta del empresario alemán me tomó por so

or—, Damián agarró la taza de café humeante delante de é

cias a usted las cosas en la compañía Maxwell están en

a mitad de mi estómago, —¿Perdone?

mbre comenzó a reír junto a sus colegas, menos Damián y Mauricio.—No me lo tome a mal, solo que una muje

dad, —¿No cree que su comentario

a…—Susurré despacio logrando que todos en la mesa guardaran silencio—Policarpa Salavarrieta

ció el ceño, —

por los derechos de hombres, mujeres y niños, fue ejemplo de revoluc

é la c

preguntó el empresar

den mi ejemplo»—Solté tomando un sorbo de vino—, la Pola nunca se casó ni tuvo hijos por su muerte repen

icio sonriero

te ante mi respuesta, pero al venir la mesera con los alimentos encargados

stioné observando cada

endo el intento de levantarse de la mesa, pero mis mano

on el ceño

amos en condiciones de malgastar los fondos?—el abogado del señor Maxwell se vol

er en silencio,—¿Desde cuando

do de la mesa para empezar a comer, se me cayó de las manos al oír la pregun

viendo mis ojos al plato de sopa d

las relaciones de pareja entre empleados de la misma compañía está prohibida en mi empresa…—Rugió el enorme hombre

do hacia atrás y salir caminando hacia la entrada principal del restaurante. Su espada ancha se encorvó un poco mientras se detenía; el pelineg

olso y dejar a Mauricio en la mesa

carro abría la puerta para hacerle pasar.—Hoy tiene una reunión a las cinco de la tarde co

ecortada obligándome a mirarle—, ¿Qu

. Siempre me había sentado en el mismo lugar desde que trabajo para Damián, yo

r Max

linegro, haciendo que el hombre entrado en años frenara

l vehículo, para acto seguido salir y abrir rápidamente la puerta del copiloto. Su mano t

ocaron mi cabeza para guiarme hacia los asientos de atrás d

ndo mi falda, entre tanto mis m

—, no lograba escucharte, ¡Esto es tu maldita cu

as un sordo!—Vociferé apagando el iPad—¡Bien pude irme en

ir en taxi

r que me está

mis pequeños pechos al intentar abrir la puerta junto a mi lado. Algo dentro de mi estómago explotó

o hombre, pero nuestro jefe le abrió los ojos para que se callara,—ahora que lo re

moda se despren

Carla sacando mal las copias para la junta del director corporativo de Maxwell Electronic, mien

cosas para su reun

ñía, ninguno de los dos volvió a decir nada y de hecho, desde medio día ninguno se habí

sajeaban un poco mis hombros. El día de hoy había sido demasiado agotador y apenas eran las tres de la tarde

spuesta a limpiar mis zonas húmedas, pero

s usando un tono burlón—. Escuché a algunas chicas decir q

n con asombro—, con razó

e ya se d

sa

piernas por un par de pesos…—Mi corazón comenzó a doler

ll se va a casar con

con algo d

oí abandonar el cuarto y como pude salí de allí, me miré por un momento el desastre de mi maquillaje en el espejo, pero

n con miedo—. Amelia…—Pronunc

ás de ella baja

e de las empleadas de esta compañía—, ¿saben todo lo que he hecho para cuidar la imagen del

ugado un poco su entrecejo. —Todos aq

erencia entre tú y yo?—, la rubia mordió su labio inferior al sentirme demasiado cer

l café que llevaba dentro, más sin embargo t

su cuerpo, mientras el líquido marrón cayó sobre su

tanto mis manos no dejaban de cubrir mi bo

pero el pelinegro ni siquiera la miró, ya que se había girado rápidamen

ntrol de la situación cuando la puerta de su oficina fue azotad

e servilletas de papel e integrar secar un poco su camis

que Damián provocaría por esto. Él odiaba perder las cosas que lo hacían sentir a gusto y s

s botones de su camisa.—Amatista, dame los malditos nombres de esas mujeres, ¡Ah

Flavia

el teléfono y pronunció: —Despide a todas las chicas que estaban intimi

dic

que sus ojos me miraron de una forma tan pe

lta para huir de aquí, el ambiente se sentía demasiado raro

úda

erd

al teléfono—, Amelia, tengo que dar una información impo

los labios, mis piernas titubearon en acercarse hasta el imponente

por consecuencia de nuestra enorme diferencia de estatura, es que si bien, su met

arle preguntar por su prometida—, no me voy a casar, Mauricio…—mi cu

significaba

ada al oír mi nombre—,

al verle sonreír. ¡Lo es

Maxwell, dispuesta a organizar todo lo que se necesitaba para la reunión de hoy. Al

demás secretarias que estaban con ella, corri

lo que est

oficina. Camila rodó los ojos; entre tanto Andrea se sentó just

ál r

mo si no su

axwell se v

,—No es ético estar hab

a, Amelia!, ¿Sabes cuantos co

evitar

de nuestra liga, amiga.—Musit

drea entre risas, —le he pi

sobre los documentos imp

mé secando los papeles

e, pero la aparté para salir de

det

co… Siento que lo he visto en al

embargo mis pies se detuvieron al ver a un moreno que conoc

eta de Damián pasó rápidamente por encima de mí, p

—¿Cómo mi je

ido p

uede

img

Contenido

Capítulo 1 «Prefacio» Capítulo 2 ¡Mi jefe está gritando! Capítulo 3 mi verdadera pesadilla… Capítulo 4 ¡Voy a tener sexo todos los días con mi jefe! Capítulo 5 No puede ser… Capítulo 6 ¿Qué es lo que quieres Capítulo 7 Damián mismo había elegido para mí. Capítulo 8 Sentía que no podía respira. Capítulo 9 El señor Mauricio está aquí con la policía…
Capítulo 10 Voy a hacerte el amor…
Capítulo 11 Estoy enamorado de ella, pero jamás podré decírselo…
Capítulo 12 ¡¿Pero por qué !
Capítulo 13 El video de Damián y yo se había filtrado en internet…
Capítulo 14 ¡No puede ser!
Capítulo 15 Nunca le dije donde estaba…
Capítulo 16 Damián está celoso y esta será su forma de vengarse.
Capítulo 17 ¡Amelia está en peligro!
Capítulo 18 ¿quién es tu mujer
Capítulo 19 ¡La voy a matar!
Capítulo 20 Amelia…
Capítulo 21 Dios, ayúdame…
Capítulo 22 Su cara me lo dijo todo…
Capítulo 23 Te amo…
Capítulo 24 Alguien ya estaba detrás de mí.
Capítulo 25 un par de hombres que se quieren matar
Capítulo 26 porque eres mi mujer…
Capítulo 27 Sin que nadie se dé cuenta…
Capítulo 28 Estoy a punto de perderlo todo…
Capítulo 29 Mauricio nos traicionó…
Capítulo 30 si algo sucede quiero que sepas que te amo…
Capítulo 31 No te muevas, hoy yo te haré el amor…
Capítulo 32 Mauricio le había disparado a Damián…
Capítulo 33 Claro que disparé…
Capítulo 34 Celos, amor, sexo y mentiras…
Capítulo 35 Carajo…
Capítulo 36 Damián, esto no te lo puedo perdonar…
Capítulo 37 Final
Capítulo 38 Epílogo
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