to para sal

deme las i

toma nota; no qui

ene

estatua de: Alfonso XII, una mujer de unos 60 años llegará a ti y te entregará un

eñor,

rque de cauce del río. Es gigantesco y atraviesa la ciud

de

. Francia, irás directo al museo Fabre, lo que más me agrada de allí es su pasado medieval, un joven de 22 años totalmente calvo, te entregará otro sobre. No te detendrás ni en Niza, ni en Génova, pero en Florencia si, ve allí al “puente viejo”, otra anciana vestida de negro, te entregará un anillo, que también guardaras donde mismo, tu última parada Roma

, todo es

e desees, pero cui

señor, nu

me llamaras cuan

rá seño

erminó y Kesner s

to para sal

deme las i

toma nota; no qui

ene

estatua de: Alfonso XII, una mujer de unos 60 años llegará a ti y te entregará un

eñor,

rque de cauce del río. Es gigantesco y atraviesa la ciud

de

. Francia, irás directo al museo Fabre, lo que más me agrada de allí es su pasado medieval, un joven de 22 años totalmente calvo, te entregará otro sobre. No te detendrás ni en Niza, ni en Génova, pero en Florencia si, ve allí al “puente viejo”, otra anciana vestida de negro, te entregará un anillo, que también guardaras donde mismo, tu última parada Roma

, todo es

e desees, pero cui

señor, nu

me llamaras cuan

rá seño

erminó y Kesner s

e y la

en las manos de Doña Luisa, quien alzó su vista al cielo, como pidiendo consejo. Voluble estaba la noche, que lamía la tierra buscando a la muerte, salva a un pasado ido, barbaros sembrando soledades, una l

subimos

abras, el hombre de cabello cano

hombre, para es

azos, iluminando el sendero que conducía al fin. Montaje de cosas

hago

aquel rostro de candor

s el

su diccionario. Molinos de llantos, modelos vacíos, co

es

pasos del altar y

es sac

ocada aquella medalla, porque le ordenó, que debía tomar un barco en el puerto de San Rafael, con e

uiero

o de la noche lo arropó, la muerte le hacía mimos y milenios enteros pasaron p

mbro eres de ésta Cofradía, naciste par

daria, sin sentido marcaba

orir, ni me int

rtieron en aullidos y la vida calló. Amenazas absurdas , cantos, rezos, promesas, juramentos y nombres, pasaron por sus

Coloquio de voces murmuraron mil cosas, los chacales saliero

ir, no quiero

ierta, despier

éltenme, me

nquilo, fue sol

tmia, producto de la experiencia vivida; sus ojos eran los de un loco, busc

dugos, los jefes de la secta, todo lo observó, todo lo vivió, no sabe como pero

te quiero tranquilo, salimos desde cuando de San Ped

rolina muy

nunca antes lo había hecho, aquel aire puro que ese ma

tame

soñ

es, subí la colina, vi a los verdu

o? Eso es

o sé cómo,

afectaron de algún modo, sufriste de alucinaci

hay algo sobrenatura

trapo por tu fren

espués de limpiarlo

parece

tétrica colina, si, efectivamente, habían puesto aceite

una tormenta en el mar sobre un velero, no es nada alentador. Millones de estrellas se ven el cielo y ella está recostada sobre mi pecho, yo acaricio sus cabellos, lo hago con dulzura y le hablo palabras bo

ctora

l, de la siempre bella ciudad de New York; se encontraban conversa

blemos en Españ

fijó sus pequeños

o qu

d ha pasado los límites. No acostumbro a ser tan flexible, agradezca que

go Kesner, no l

altado en esta relación s

da asco; sepa que tengo la lista de la gente que figura en su nómina

antes de que tome cualquier decis

lo que tenía que d

uivoca, si le i

objeto de abandonar la reunión y en ese p

am

la voz y observa que vien

ijo……. ¡

de su País; que le ha hecho la guerra a la corrupción y en especial a

de Familia y tengo un hijo,

debe ten

a, estamos en su apartamento, su hijo conversa con dos de mis hombres; le garantizo que nadie le ha hecho daño, hasta ahora no, es más,

do; su niño estaba allí, sentado en medio de dos

año a mi bebe, por favor ¿Dónde est

ada en su habitación, al salir mis

ta v

o me tome por un malva

d es su m

o que concierne a la publicidad y a su justificación legal. Voy con el otro asunto pendiente; le entregará al designado la lista que usted posee; mi personal revisará su móvil, su com

coloca frente a la Doctora Rosete, ésta no puede creer lo que ven sus ojos; sobre aquella es

s manos de su hijo; pero no lo dude ni un solo instante, s

le haga daño, es todo

acompáñeme a comer, tengo reserva

diga, estoy

, haciendo sonreír con

parece es

ro mientras se le

Doctora la n