n urgente con el consejo de administración de su familia. Me dejó en el castill
a pedicura y leerle a su hijo nonato de un libro de canciones de cuna. Estaba de rodillas, li
adentro. Un grupo de hombres vestidos de negro, con los rostro
ellos agarró a Evelin. Ella gr
soy? ¡Bernar
pugnante, y Evelin chilló de dolor, su brazo colgando en un ángulo anti
uno de los primos de Bernardo, un rival que reconocí de una foto familiar que Bernardo
Evelin e hizo una vi
ió en la pantalla, con el ce
stoy en un
ella. Los hombres enmascarados, l
un cuchillo en la mejilla de Evelin-. Una pequeñ
ojos estaban fijos en mí, abiertos con un terr
voz un graznido crudo y desesperad
n, incluyéndome a mí,
si le pones una mano más encima a Addison, quemaré a toda tu familia hasta lo
sostenía se rió, presionando el cuchillo con más fuerza contra su mejilla, pe
. ¡Te cederé toda mi participación en G
lta al teléfono, una expresión
e especial es
és de la mordaza, negando con la ca
on fuerza en la cara y luego me r
haciendo un gesto a uno de sus ho
el sonido de un animal en una trampa-. Por fa
s de terror y confusión corriendo por m
de Bernardo, el equipo real, irrumpió, disparando sus armas. Todo el secuestro fue un montaje. Una
stuvo asegurada, Bernardo, que debía
in siquiera dedicarme una m
ca y la envolvió en sus brazos
, mi amor? ¿
olpeando su pecho con su mano buena-
, su rostro, sus lágrimas-. Un truco para engañar a mi
ernardo, su rostro una másc
o... me
, un sonido frí
nto. Siempr
comenzó a alejarse, dejándome s
arré el bajo de su pantalón. M
ordaza ahora suelta alrededor de
miró, su rostr
e momento,
uele el estómag
do lo que
mano, y se alejó sin mirar atrás. Su a
te me atravesó el abdomen. Fue un calambre tan v
aba acumulando en el suelo d
uerzas, me arrastré fuera de esa casa de los horrores. Dejé un rastr
coche y llegué al aeropuerto. Compré un boleto
rque, esperando para abordar el avión que me
l número que ya no estaba
e, espero que te pu
por la mitad y la tiré a