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Historia

Capítulo 2

Palabras:1323    |    Actualizado en: Hoy, a las 17:01

el estómago de Jimena se contrajera. Se levantó de la cama, con el cuerpo adolorido por

asta lo alto de la gran es

lanco como si fuera la dueña, bebiendo una mimosa. Corne

on sus labios quirúrgicamente mejorados. "Ese Ferrari rojo está... co

El gesto fue tan casual, tan íntimo, que fue como un puñetazo en el estómago de Jim

mano con desdén. "Su cara era tan patética. ¿No podemos simplemente

su padre. Un hombre que había construido su vida sobre la integridad y

las escaleras. Una sonrisa maliciosa se extendió por su

plotó en un único y silencioso grito. Bajó las escaleras volando, con el

a en el sofá, sus mano

ornelio, poniéndose

do su cintura, inmovilizando sus brazos a los c

luchando contra él. "¡Es una

fá, con los ojos muy abiertos por un miedo fin

a ambulancia! ¡Te estabas riendo!

Cornelio!

ornelio, su voz tensa por la molesti

qué?", se

o ha

o. "Bien. Siento que tu papá

desprovistas de remordimiento, que Jimena dejó de

elio, como si eso resolviera t

ea entre niños, no como una confe

ojos de Jimena. Se volvió hacia Kenia. "Ken, si te disculpas de

e verdad siento que mi noche de diversión fuera tan inconveniente pa

se convertía en hielo. La vida de su padre. Puesta en l

un murmullo tranquilizador en su oído

ués de esto?". Se retorció en su agarre para enfrentarlo, con los ojos encendidos. "Esa cosa", escupi

su paciencia finalmente agotada. "Y

metido amar por el resto de su vida. "Era mi padre,

erá de vuelta. Si sigues con esto, no solo me estarás faltando al respeto a mí. Estarás faltando al respeto a su memoria.

la opinión pública. Amenazaba con profanar el l

. Lo miró a los ojos y vio que hablaba en serio. Haría cu

Su cuerpo se afl

alabra sabiendo a ceniza.

soltó, dándole una palmadita en el hombro como si fuera un perro desobedient

zado. No tenía idea de que a

escaleras. Entró en su habitación y cerró la puerta con llave,

ue a su clóset, al panel secreto detrás de los zapateros que su padr

ron la combinación. La caja fuerte se abrió con un

u padre junto al garabato extravagante de Cornelio. Recordó sus

poder necesita contrapesos. Esto asegura que sie

o. Con mano firme, tomó una pluma de su escritorio y firmó su no

u matrimonio. Según este documento, ella tenía derecho a

"Haré que paguen, papá", susurró a

o objeto. Un delgado celular desechable. Lo encendió. La pantall

abr

o para ella, había una copia perfecta y en alta definición del video que había tomado la

ra la gente común. Que el dinero y el poder

i

asegurarse de que Kenia de la Torre, Cornelio Valdés y cualquier

renacer. Y lamentarían el día en que

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