la recibieron. Estaba sentada en la mesa del desayuno, usando una de las batas de seda de Jimena, con los p
jo Eugenia, sin siquiera molestarse en bajar
. Sus manos ahora estaban firmes. La tormenta de emociones hab
mente molesto", dijo conversadoramente, limándose las uñas. "Simplemente no se m
Jimena en su
a sonrisa burlona en su rostro. "Les pareció divertidísimo. Tuve, como, un millón de likes"
mano de Jimena
io rojo. Se abalanzó, agarrando a Kenia por su cabello
gió, su voz un gruñido gutural que
udo y penetrante. "¡Quítam
una máscara de horror y furia. "¡Ji
scena: Jimena, con sangre goteando de su mano, sos
su rostro oscuro de rabia
erte de mi padre!", gritó Jim
za. "¡Solo estaba diciendo que sentía que no tuviera
sparente. Pero Cornelio se la creyó
ando una pequeña marca roja en la frente de
temblando de rabia. "Nun
o a la sollozante Kenia, y luego a la humeante cafetera de
su voz peligrosamente tranquila
ncimera, tomó la cafetera calient
onfundida. "Corn
jos en Jimena. "Es justo que tú la lastimes a
gre y maliciosa. Miró la cafetera en sus manos, lueg
usurró Jimena, da
vaba, su expresión
n arma. "Esto es por ser una mojigata aburrida y estúpida", gru
ido hirviendo le salpicó el cuello y el hombro. El dolor
Clavó la mirada en Cornelio, que no había movido un músculo. Vio un destello de algo en su mirada -¿lástima?
n una disputa de patio de recreo. Puso un brazo reconfo
bre su víctima. El dolor en su hombro no er
cumpleaños es la próxima semana. Deberíamos hacer una gran fi
dole el cabello. "Lo que sea por ti, Ken. Haremos la
, lanzándole una mirada triunfante a Jimena.
, dijo Jimena
iscusión. "Eres mi esposa. Somos los Valdés. Presentamos un frente unido. Estará
. Ante su dolor, su luto, su humillación, t
n su caja fuerte. Pensó en el video en e
oz un susurro mu
ía pensar que habían ganado. Les dejaría
de esos pedazos se estaba afila