El
, copas de champán medio vacías en la mesita de noche, y las sábanas eran un campo de batalla de lino enredado. Esta habita
Todo lo que era mío -mi ropa, mis libros, mis materiales de arte- había
en mi camino. La ventanilla del conductor se deslizó hacia abajo, revelando a una mujer de una belleza escalof
deliberada. Luego, su pie
o y el murmullo bajo de voces. Mi pierna
llores. Fue un accidente. -Era la v
lamó su atención. Estuvo a mi lado en un instante, su alivio
ermiso? -exigió, su agarre en
e sintió como
o con la cabeza a la mujer que interpre
ose los ojos perfectamente
ntras me miraba de arriba abajo como si fuera basura que el viento había a
do con una rabia que apenas me mantenía e
tía consecuencias-. Esto es un asunto de la Familia. No involucramos a ext
tiendo llevarla a casa. Me dejó allí, sola en la estéril habitación blanca,
a al otro lado de la ciudad, pero no fue la ofrenda de paz lo que llamó mi atención. Fue el
atrimonio es una alianza política. Un contrato para asegurar una tregua. Una vez que m
n mi caja, la posesión preciada que s
expresión endureciéndose de nuevo hasta
ilia. -Me besó la frente, un gesto que se s
ntes. A la suite VIP en el piso de arriba. Vi cómo entraba en la habitación y envolvía su
su cabello. Vi sus labios for
illo finalmente me alcanzaron, agudos y clínicos. La señora
 
 
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