vista de
en el suelo. Mi cuerpo era un mapa de dolor, cada moretón y corte un testimonio de la brutal eficiencia del equipo de se
a encontrado apenas consciente en el penthouse de Chase, me llevó de urgencia al hospital y, una vez más, manejó cada detalle con una eficiencia tranquila que me
res dicen que vas a estar bien. Pero necesitas descan
nte, mi mirada f
cruda y ronca-. Me vio. Vio lo que hiciero
se tensó, un músculo co
aciela. Un imbécil
ca escapó de
por mi protección, y luego me dejó pudrirme en ella. -Las palabras estaban entrelazadas
os encontrándos
conseguir. Esta vez
lejos de las miradas indiscretas de los medios y la sombra del imperio Beltrán. Me animó a redescubrir mi pasión por el diseño de interiores, ins
n acto de desafío contra el hombre que había intentado borrarme. Cristian vio mi talento, lo nutrió y organizó pequeños proyectos de diseño independientes a través de su vasta red. Me trataba con un respet
e carcomía, la necesidad de la aprobación de Chase, todo comenzó a desvanecerse. Comencé a brillar. Mis ojos, una vez perpetuamen
ndo, sus mensajes alternando entre demandas frustradas para que "volviera a casa" y amenazas apenas veladas
ntaba una serie de fallas técnicas inexplicables y brechas de seguridad. El momento era demasiado perfecto. Sabía que era Chase. Estaba tratando d
e, Cristian -dije, mi voz f
sonrió, un brillo d
bestima, Graciela. Subestima l
acables de Chase. Con la ayuda de Cristian, comencé a entender la verdadera naturaleza del "amor"
riendo desde las portadas de revistas, aclamado como un visionario, un nuevo titán de la industria. Programó una gran conferencia de prensa, una celebració
ados para finalizar mis papeles de divorcio, citando diferencias irreconciliables y abu
ción del nuevo heredero y el anuncio de su boda de sociedad. Chase estaba en el podio, Celina a su lado, luciendo cada centímetro como la pareja poderosa y vic
e fría. Llevaba un traje sastre color crema que Cristian había insistido en que usara, simple pero elegante, un símbolo
ro. Titubeó por un segundo, pero rápidamente recuperó la compostura, despidiéndome con un asentimiento seco, una advertencia silenciosa para
onrisa triunfante exte
ngo un anuncio muy especial que hacer. Mi
a y fuerte, cortando el silencio anticipatorio-
dora repentina. El rostro de Celina se contorsionó en una mueca de desprecio.
ra silenciosa detrás de mí. Saqué el sobre blanco crujiente de
a. Y soy la espos
sala. Chase se abalanzó hacia adela
esto! ¡Estás com
de matrimonio para que todas las cámaras la vieran-. Nos casamos en secreto hace cinc
aslighting de Chase, sus despidos, sus amenazas, incluso su cruel comentario de "car
evas puesta, el techo sobre tu cabe
or la multitud. El rostro de Chase perdió el color. Celina, luc
nte durante cinco años. Me etiquetó como acosadora, hizo que me arrestaran, hizo que me golpearan, todo para proteger la
bre el podio, justo frente a él, e
ase. Se acabó. Y de ahora en adelant
smoronándose a su alrededor. La opinión pública, una vez firmemente de su lado, había cambiado con una fuerza visceral y vengativa. Su reputación, su imagen meticulosamente elaborada, estaba en ruinas.

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